Paraguay: elecciones y desafíos

23/11/2015
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La derrota del Partido Colorado en las elecciones pasadas demuestra las posibilidades abiertas a la izquierda paraguaya. No es el fraude electoral el mayor problema político de los sectores de izquierda y progresistas. Su mayor desafío es la forja de confianza mutua para lograr una construcción que garantice su unidad de acción.

 

Un nutrido grupo de frenteamplistas participamos como observadores internacionales en las elecciones paraguayas este 15 de noviembre. Provistos por los materiales necesarios recorrimos tanto la capital como el interior profundo. Nuestro rol fue fundamentalmente disuasorio frente a prácticas fraudulentas endémicas. Visitamos un gran número de locales, circuito por circuito, observando la conducta de las Mesas y detectando anomalías. Al respecto, encontramos realidades diversas, por ejemplo, una correcta atención de las autoridades electorales en Asunción y también serias dificultades en el interior por la supervivencia del patronazgo (1). Observamos el entorno a los locales y corroboramos el despliegue de operadores electorales sobre todo en áreas notoriamente carenciadas. Lamentablemente la pobreza de amplios sectores sociales propicia la compra de votos. A esta seria irregularidad debemos agregar la difusión de encuestas a boca de urna a lo largo del día.

 

También pudimos conectarnos con paraguayos de a pie, ciudadanos que nos manifestaron su descreimiento sobre todo el proceso. Una persona llegó a confesarnos que en su opinión “votar sería una hipocresía”. La abstención también protagonizó la jornada electoral.

 

Con los resultados a la vista

 

Esta vez, pareciera que la maquinaria del fraude y las manipulaciones de los sondeos no fueron suficientes para torcer los resultados. Estas elecciones significaron un juicio demoledor al actual modelo implementado por el Presidente Horacio Cartes. Así lo constataron políticos de distintas tiendas.

 

La derrota del Partido Colorado fue catastrófica según palabras de referentes colorados quienes no ocultaron su enojo con la gestión “tecnocrática” del Presidente Cartes y su aislamiento con su Partido (2).

 

El candidato triunfante en Asunción, Mario Ferreiro, manifestó: “Fue una construcción muy inteligente. Nosotros salimos de una situación muy complicada en 2012 (...) la gente quiere la unidad de la oposición para derrotar el proyecto hegemónico. Tenemos una ciudad con muchos problemas pero con muchas oportunidades” (3).

 

Aníbal Carrillo Iramaín, del Frente Guasú, realizó el siguiente balance de la elección: “Esto habla con cifras muy contundentes de una consolidación, de una confirmación de la tercera fuerza política electoral de nuestro país: el Frente Guasú, que se afirma como tal por la cantidad de votos, por la cantidad de concejalías y tres distritos donde tenemos intendentes” (4).

 

Los desafíos de la izquierda

 

El futuro próximo determinará el significado histórico de esta elección. Los paraguayos han evaluado la gestión de Cartes, un empresario sin trayectoria política, devenido Presidente por obra y gracia de su poder económico. Las iniciativas populares de la presidencia de Lugo difícilmente hayan sido olvidadas por la población. De este modo, esta nueva expresión popular muestra potencial, capacidad de perseverar y traducirse conscientemente en la búsqueda de cambios reales.

 

Todo indica la necesidad de consensos programáticos y articulaciones estables en un espacio de mayor amplitud hacia las elecciones nacionales. Esta estrategia sobrellevará poderosos obstáculos. Recordemos la participación del Partido Liberal en el Juicio Político Express al ex Presidente Lugo. Un golpe de estado, en primer lugar, objetivamente asociado al agronegocio, al latifundio, a las tierras mal habidas, al oligopolio mediático y a la USAID. En segundo lugar fue un golpe contra la reforma del Estado Oligárquico y la apertura de la participación popular. En tercer lugar, el golpe significó la imposición de un nuevo empuje de acumulación por desposesión: bienes comunes, recursos estratégicos, servicios públicos y derechos sociales (5). El actual Presidente Cartes ha sido señalado como “el principal articulador de fuerzas parlamentarias para la rápida destitución de Lugo” y además como “sospechado de ser el más importante lavador de dinero proveniente del narcotráfico” (6). Su antecesor, Federico Franco, el hombre del Partido Liberal que ocupó la Presidencia después del golpe a Lugo, ha sido acusado por corrupción y clientelismo durante su breve mandato.

 

Las batallas contra el neoliberalismo y el autoritarismo requerirán más unidad del disperso arco de fuerzas de izquierda y progresistas; también la búsqueda de alianzas con sectores liberales y colorados de base disidentes; y sobre todo el apoyo permanente de las organizaciones populares y las grandes mayorías víctimas del modelo. Esta enorme energía seguramente contará con los trabajadores del campo y la ciudad, las organizaciones territoriales, las esforzadas mujeres y el compromiso de la juventud paraguaya. Estos sectores constituirán las condiciones necesarias del cambio y la recomposición de la esperanza.

 

Notas

(1) José Tomás Sánchez, "Función pública y democracia. Apuntes sobre los avatares del patronazgo en los 25 años de democracia" http://paraguaydebate.org.py/wp-content/uploads/2014/02/Jose-Tomas-Sanchez.pdf

(2) En radio Ñanduti, http://nanduti.com.py/

(3) En TELESUR, http://www.telesurtv.net/news/Paraguay-Partido-Revolucionario-Febrerista-gana-elecciones-en-Asuncion-20151115-0043.html

(4) En el diario ABC, http://www.abc.com.py/nacionales/frente-guasu-en-toda-la-republica-1428174.html

(5) Ricardo Canese y Mercedes Canese, “Saqueo y Abuso. La ley de APP de Cartes”, Jerovia, Paraguay, 2014.

(6) Julio Benegas Vidallet en Brecha, http://brecha.com.uy/sangre-seca-en-tierra-roja/

https://www.alainet.org/es/articulo/173767
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