De la colección editorial “Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales”, de 26 tomos en los que se recogen las voces de la sociedad a través de 25 encuestas –interpretadas por 93 investigadores y 65 asistentes de 23 institutos y centros de la UNAM–, para “obtener una visión integral de las transformaciones del país al inicio del siglo XXI”, llama seriamente la atención el trabajo e interpretación realizado sobre los jóvenes.

Le comparto una parte de los números más representativos de la muestra, interpretada por algunos de los 158 universitarios que participaron en el ambicioso proyecto.

55 por ciento de los encuestados tiene cierto grado de desconfianza hacia la juventud, debido a que no están totalmente de acuerdo con el planteamiento de que “la mayoría de los jóvenes son honrados y se puede confiar en ellos”.

En tanto que 37.5 por ciento dice estar de acuerdo en que “la juventud se interesa solamente por su propio bienestar”, 31.3 por ciento piensa que “no sabe lo que quiere”, 27.5 y 26.2 consideran que es “conflictiva e irresponsable”, respectivamente (Emir Olivares Alonso y Arturo Sánchez Jiménez).

De los participantes en la muestra demoscópica, 6.4 por ciento señala como una de las obligaciones “hacerse responsables de sus actos”, 4.2 menciona que “ser respetuosos y tener valores”, 2.8 opina que “ser buenos ciudadanos” y 2.5 “obedecer las leyes”. Los porcentajes más altos para “su principal obligación” fueron “estudiar” (47 de cada 100) y “trabajar” (21 por ciento).

En México viven 22.9 millones de personas de 18 a 29 años. Y 64.9 por ciento de la población coincide en que “son el futuro del país”. Mas la encuesta se refiere a personas mayores de edad y pese a ello se les considera en su perspectiva y no en el presente, abunda el estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Los jóvenes se informan “la mayoría de las ocasiones” vía internet. Así lo asegura 57 por ciento de los encuestados de entre 15 y 24 años de edad; también 43 por ciento de los que tienen de 25 a 34 años de vida. En contrapartida, sólo 27 de cada 100 de los que tienen de 45 a 57 años de edad se informan por internet.

La falta de oportunidades y la pobreza son los principales problemas que enfrentan los jóvenes, según 48.8 por ciento; 35.7 por ciento afirma que es la inseguridad pública y la violencia; 22.9 opina que las adicciones, malos hábitos y falta de valores; 5.3 que son la corrupción y la ausencia del Estado, y 3.4 estima que maltratos y abusos.

A diferencia de 1985, la juventud tiene menos posibilidades de conseguir empleo, considera 56.6 por ciento de los encuestados. Mientras que 20.8 por ciento estima que dispone “de las mismas oportunidades”, 15.9 piensa que “son mayores” y 2.7 por ciento que “son mucho mayores”.

La fotografía que aporta la muestra pone en relieve que la mexicana es una sociedad que mayoritariamente no confía en los jóvenes, al considerarlos irresponsables, poco confiables y egoístas, sin claridad en lo que buscan y hasta conflictivos.

Sin embargo, un altísimo porcentaje, 64.9, suscribe la afirmación de que constituyen el futuro de México, lo cual es una conclusión propia del sentido común, pues a los adultos y/o mayores no corresponde tan decisivo papel.

Corroboro que la actitud entre padres y abuelos de jóvenes a demandarles resultados que supuesta o realmente ellos obtuvieron cuando eran muchachos, es una constante que evidencia un divorcio generacional, porque juzgan el presente con las anteojeras del pasado.

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