Otro modelo de socialismo
- Opinión
Con el triunfo del Partido Liberal (39,7%) en las recientes elecciones (19/10/2015) de Canadá, que además obtuvo 183 de los 338 escaños en la Cámara Baja del Parlamento, Justin Trudeau pasó a ser el Primer Ministro, luego de 9 años de dominio del Partido Conservador, encabezado por el gobierno de Stephen Harper (2006-2015).
La victoria de Trudeau seguramente dará continuidad a las recordadas políticas del gobierno de Pierre Trudeau (1968-1979 y 1980-1984), padre del nuevo Premier, y con quien Canadá trató de mantener independencia frente a Estados Unidos (pese a su integración en el NAFTA, junto con México); garantizó la unidad del país por sobre la variedad de una población de inmigrantes y, sobre todo, frente al Quebec de habla francesa e intereses separatistas; impulsó un modelo de bienestar mundialmente reconocido, e incluso mantuvo un importante apoyo a Cuba.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Canadá mantiene excelentes índices mundiales en empleo, ingresos, bienestar social, preservación del medio ambiente y, ante todo, se distingue por su sistema universal de salud pública y gratuita, la educación igualmente pública y gratuita y un vasto programa de ayudas sociales. Al mismo tiempo que se le reconocen altos índices de libertad económica empresarial, el Estado es un regulador intervencionista y preserva radicalmente los logros sociales.
Sobre esa base, que ni los conservadores de Harper se atrevieron a desmontar, el Primer Ministro Trudeau, que nombró un gabinete inédito de 30 ministros (15 hombres y 15 mujeres) de variada composición inmigratoria y étnico-cultural, anunció la recuperación de las inversiones estatales para solucionar la desaceleración económica, el impulso a una nueva y renovada presencia de Canadá en las relaciones internacionales, el desarrollo de los programas medioambientalistas y la reducción de impuestos a las capas medias pero aumentándolos a los ricos, pues el sistema impositivo constituye un soporte al sistema de bienestar social.
Con estos antecedentes, el triunfo de Justin Trudeau ha sido interpretado como un “giro a la izquierda”, que reforzará un modelo que bien puede ser identificado como uno de los socialismos del siglo XXI junto al de los países nórdicos europeos.
Ese giro puede resultar muy favorable a los países de América Latina y particularmente a los gobiernos progresistas y de nueva izquierda, incluso porque el sistema canadiense es un ejemplo de construcción de bienestar colectivo con fuerte participación del Estado, algo que todavía no entra en las mentalidades de las élites tradicionales del poder económico latinoamericano, que aún añoran el retorno de los viejos tiempos del neoliberalismo, que ya rigió en estos países desde la década de 1980, bajo nefastas consecuencias sociales.
A diferencia del Canadá, en condiciones de desaceleración económica, ha aumentado el peligro del retorno conservador en América Latina, que amenaza contra las posibilidades de estabilizar los proyectos progresistas de bienestar social.
Ecuador, lunes 9 de noviembre de 2015
- Juan J. Paz y Miño Cepeda, historiador ecuatoriano, es coordinador del Taller de Historia Económica. http://puce.the.pazymino.com
Publicado en El Telégrafo 9/11/2015
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