La escuela soporte e impulso de la cultura (VI parte y última)

19/10/2015
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Juntos hemos oteado por los empeños de los gobiernos de la región latinoamericana, sea de manera directa, colegiados sus principales actores en el tema educativo, o siguiendo normas dictadas desde otros pueblos o naciones, que se consideran útiles para aplicarse en nuestros medios; tarea que nos permite hacer algunas apreciaciones generales –no aplicables a algunos países pero a la mayoría sí- que ponen en el banquillo de los acusados al proceso, pero fundamentalmente a sus actores principales. Veamos por qué.

 

Las artes, la ciencia, la educación, la cultura en general es asunto de ciudadanos, de individuos libres, de grupos organizados en búsqueda del fortalecimiento de nuestra identidad y la defensa de los valores que conformaron una región que intensamente busca ser ella, afirmándose todos los días, con los altibajos de la respuesta positiva o negativa de sociedad y gobierno a las presiones y dictados desde el exterior.

 

Académicos que estudiaron las reformas educativas más importantes del siglo XX, Hans Weiler (Alemania 13-Sep.-1935) y Torsten Husén (1º marzo 1916 in Lund, Suecia– 2 julio 2009) corroboran lo anterior, subrayando que unas tuvieron éxito y otras fracaso. Pero no se quedaron allí, profundizaron en su análisis para darnos su versión de dichos resultados. Veamos: ¿cuáles son los fundamentos que juzgaron estos analistas para arribar a tales conclusiones? Sin duda jugaron con diferentes componentes conceptuales y políticos de uso en el análisis de las políticas públicas.  Veamos algunos de ellos.

 

Husén considera que las reformas con resultados importantes se deben a que la dirigencia política que las procreó en algunos gobiernos del subcontinente, era conscientes de que estaba apostando al futuro. Lo mismo ocurre si el equipo que crea las reformas con esa visión, tuvo apoyo pleno. En cualquier caso se actuó con la mayor cautela y, a la vez contundencia. No hubo alocamiento ni presiones discursivas para llegar a resultados en plazo perentorio, sino que estos fueron programados con esa concepción de futuro, a distancias medidas por arriba de períodos gubernamentales. El Estado se mantiene al frente con sus liderazgos, echa mano de la negociación con los demás actores en el proceso educativo, siempre con la mira en el porvenir.  https://translate.google.com.mx/translate?hl=es&sl=en&u=https://en.wikipedia.org/wiki/Torsten_Hus%25C3%25A9n&prev=search

 

Para Weiler, un elemento fundamental que revela el fracaso de tales reformas, es precisamente el orientarlas e impulsarlas en una oratoria cortoplacista, con la meta no expresada, más de cuidar el capital político de corto plazo, que de buscar verdaderos resultados educativos a medio y largo períodos. Si la reforma aporta a sus intereses políticos inmediatos, se aventuran por ella. No así si daña capitales políticos de partidos poderosos o de grupos encausados a perpetuar el poder, más allá de un período gubernamental, intentando restar riesgos, dejando al discurso el aspecto reformista.

 

Ocurre que al ser rehenes del corto plazo, por el debilitamiento de su fuerza política o por presiones externas que hacen suyas, se interesan más por el costo-beneficio en la inmediatez. En los dos casos la lucha es con la inercia. Pase lo que pase, el sistema en boga continuará sin grandes contratiempos y muchas veces con el apoyo de los gremios –los sindicatos generalmente le apuestan a un status-quo que les preserve los privilegios logrados-. http://web.stanford.edu/~weiler/Texts14/Weiler_Buch_komplett.pdf

 

Las fuerzas opositoras a las propuestas de cambio –grupos gremiales en formación o cenáculos de intelectuales “no orgánicos”- “probarán” a los gobiernos, por una parte buscando negociaciones que les abran la puerta a propuestas de modificación a los preceptos acordados o por acordar, por la otra empujando a sus bases –aliados con grupos que buscan diversos ajustes sociales y económicos- para evitar el avance de las determinaciones gubernamentales, generalmente convertidas en leyes. Por lo general, en casi todos los países de la Región son grupos que buscan, desde cambios perentorios para preservar o ajustar la búsqueda de beneficios gremiales y en los servicios educativos, hasta el impulso a cambios profundos que tocan la propia estructura del sistema en boga.     

 

En tanto se precisa qué rumbo seguirán los cambios -frecuentemente bien conformados en las nuevas rutas de la educación o simplemente para consolidar o recuperar el control desde la cúspide del poder “perdido” en el manejo de la educación- seguirán adelante programas y proyectos que vienen aplicándose y se incorporarán cambios recientes, que no representen conflictos serios. Esta es una constante en varios países de la Región.

 

Lo preocupante es que urge en Latinoamérica y el Caribe, país por país -dentro de cada uno región por región- definir el camino que lleve a impactar positivamente en el corazón del proceso educativo que es la escuela y allí, avanzar hacia la atención personalizada del centro de todo aprendizaje-enseñanza que es el alumno, el educando en todos los niveles.

 

Esta es una ruta compleja, dificultándose más, conforme pasa el tiempo. Los riesgos de fracasar en el intento son crecientes. Muchos gobiernos lo soslayan, lo envían al discurso hueco. Otros se empeñan en ello, buscando afanosamente la participación de los docentes, de los directivos, incorporando en esa tarea a los padres de familia en la conformación de un sistema que prepare para el logro del bien generalizado. Lo hacen sin pensar en períodos perentorios para cumplirlo -un cuatrienio o sexenio, según las dimensiones constitucionales de los gobiernos- dejando para el que sigue el alcanzar las metas trazadas. Lo cierto es que la salida de los males de la pobreza, provocada por el acumulamiento de la riqueza en muy pocas manos, está apoyado en la educación y esta se mueve en un camino pedregoso, agotador, pero constante en su andar.

 

Hablar de falta de programas y metodologías de la enseñanza en la Región es un exceso. Existen estos y en muchos casos puestos al día y alineados con los acuerdos que los gobiernos adelantan en los organismos multilaterales de la ONU (UNESCO, CEPAL, CREFAL y otros vinculados) y los creados con intención política pero encausados con seriedad al análisis del proceso educativo regional y global (OEI, OCDE y otros).

 

Empero su aplicación puntual deja mucho que desear. Para que ello ocurra –opinan muchos expertos- es necesario trabajar en concordancia y aquiescencia de los tres factores mencionados ya como Trípode de la educación a saber: alumnos, maestros y sociedad (padres de familia en principio). Esto se avanza en diversos países recabando información del pensamiento de cada uno de estos sectores. Recordemos que en el caso mexicano la Secretaría de Educación Pública (SEP) efectuó en el 2014, 21 foros por diversos rumbos del país que recibieron criterios de docentes, directores, supervisores, investigadores y organizaciones civiles, quienes presentaron propuestas, mismas que fueron resumidas y procesadas por académicos independientes (no orgánicos) conformando proyectos y vías de acción, de fácil interpretación y comprensión, tanto para los involucrados en el proceso como para la población en general. Pero aún se espera el destino de tan importantes aportes.

 

La reforma para que impacte en las partes más sensibles del proceso educativos –ya expresadas- requiere ser pedagógica. Sólo así podrá cooperar a la puesta al día de todos los factores del aprendizaje-enseñanza: maestros, para que amplíen conocimientos y mecanismos estratégicos para la mejora en el aprendizaje de sus alumnos y les saquen del impacto negativo de los medios y algunos sectores de la sociedad. Para ello será necesario  atenderles uno a uno, con la colaboración consciente y activa de sus padres o tutores. Así, todos juntos voltearán a su entorno social, el que cubren las escuelas abiertas a las localidades en que actúan, rescatando al paso posible y pertinente, los valores que fueron orgullo de nuestra nación, desde las épocas precolombinas. Separemos la política cortoplacista de los requerimientos de una política pública de largo aliento en cada país de la Región. Confiemos en el magisterio y auxiliémosle a estar al día, sin acoso laboral. En esto sí aprendamos de las naciones que hoy están en la punta del desarrollo.  

 

Villahermosa, Tab. 18-Oct.-2015.

 

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com

https://www.alainet.org/es/articulo/173087
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