¿Papa sin carne durante el estío al que nos convoca el presidente Barack Obama?

02/10/2015
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Pese a las buenas intervenciones de algunos presidentes ante la Asamblea General, la reunión por el 70º de la ONU no rebasó los efectos aburridos de una fiesta de cumpleaños de la abuela.

 

TeleSur presentó en vivo a casi la totalidad de los discursos de los mandatarios de nuestra región; momentos mejores como el de Vladimir Putin, o la payasada de Barack Hussein Obama. En la intervención de Raúl Castro se observó la sala del plenario casi llena. Era de esperar; no pocos reporteros de agencias internacionales aguardan porque el presidente de Cuba, cometa una genuflexión simbólica a la “buena voluntad” y “valentía política” obamezcas. Pero la entereza y sabiduría políticas del hermano de Fidel priman por sobre la imagen de “afro” adolescente ronquero del actual inquilino de la Casa Blanca.

 

Los EEU quieren empujar y el gobierno revolucionario no lo va a permitir. Es una cuestión de principios que el “excepcionalismo” angloestadounidense es incapaz de procesar. Y todo lo que no convoque directamente a combatir a los modos de dominación que de manera expedita consuma ese excepcionalismo, está de manera velada o no a favor de él.

 

Es necesario citar criterios, porque la avalancha de información, que promueven los medios que la transmiten, diluye momentos de lucidez crítica en océanos de banalidad que gesta la cultura del capitalismo. El actual proceso de normalización de las relaciones bilaterales entre Cuba y los EEUU va adquiriendo un sesgo de leyenda urbana globalizada acerca de un “excepcionalismo” angloestadounidense victorioso y magnánimo, donde las razones de principios que porta el gobierno revolucionario cubano son empujadas hacia una “nube” de Google a Facebook.

 

Durante su intervención en el plenario de la Asamblea General de la ONU por su 70º de fundada en Nueva York “Rafael Correa, lamentó que su homólogo estadounidense, Barack Obama, quiera poner fin al embargo contra Cuba simplemente porque “no funcionó” y no porque atenta contra el derecho internacional, [...] “entristece” cuando se escucha al presidente Obama que propone “cambiar 50 años de embargo, no porque ha roto con todo el derecho interamericano, con todo el derecho internacional, con todos los derechos del pueblo cubano, sino porque (dicha medida) no ha funcionado”. Un modo acertado de responder a los lamentos de Obama quien expresó en su intervención ante el foro que "confía en que el Congreso estadounidense “inevitablemente levantará un embargo que no debería estar más en vigor”, pues a su juicio medio siglo de políticas de aislamiento contra la isla no sirvieron para generar los cambios deseados por Washington.[1]

 

¿Quién se equivocó? Como reza una vieja ranchera mexicana.

 

El presidente ecuatoriano dijo, además, que “mira con esperanza el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos y espera que ese proceso conlleve al fin del embargo y al retiro de la base (militar) de Guantánamo”; lo que no significará la "concesión de ningún poder sino el triunfo de la justicia y de la dignidad del pueblo cubano”.

 

Lo que intentan dar a entender no pocas agencias de información es que entre Los EE.UU. y Cuba existe una vieja tensión “idílica” como entre el carnicero del barrio y su mujer. Líos “privados” solucionables detrás de una pared, con el objetivo de minimizar hasta lo absurdo a las secuelas de un bloqueo genocida –hasta hoy el más antiguo del mundo-, que ha costado y cuesta enormes sacrificios al pueblo cubano. Y encima de todo –base naval ilegal estadounidense en suelo cubano de por medio desde hace más de cien años-, exigirle a Cuba “indemnización” como pago a la nacionalización de empresas yanquis en 1959/61. ¿Cuánto ha costado al pueblo y al gobierno revolucionario de Cuba más de medio siglo de ese bloqueo genocida? Es una cifra de espanto que desde hace mucho rueda por la Asamblea General de la ONU y que provoca estrabismo al más pusilámine de los mortales.

 

El cambio de método hacia Cuba por parte de la política angloestadounidense está en la reanudación de las relaciones bilaterales con que agarrar por el cuello al pueblo cubano desde su misma capital de La Habana; utilizando herramientas políticas de presión como el bloqueo de marras. Barack Obama es un activo de las agencias de inteligencia angloestadounidense, que desde zonificación política demócrata intenta “sanear” un poco la imagen y estrategias con que llevar a vías de hecho los mismos objetivos históricos subordinados a sus intereses, desde la segunda carta de Jefferson, bien recodada por Edmundo. Hilary Clinton no puede llegar a la Casa Blanca con ese fardo de acoso contra Cuba, que vira en su contra a toda la región latinoamericana y caribeña. Resulta muy amargo para ella recordar que su esposo William (Bill) se vio obligado a subordinarse al ala republicana y firmar la ley Helms-Burton que arreciaba ese acoso contra Cuba mientras Mónica Lewinsky le abotonaba rápidamente su portañuela.  Es el lenocinio que más a costado el pueblo cubano. ¡Ah, el excepcionalismo angloestadounidense!

 

Nuestro hermano Nicolás Maduro, presidente de Venezuela Bolivariana, en su destacado y muy inteligente discurso, a nuestro criterio cometió una pifia, al enunciar que los EEUU llegarían a una estabilidad de interacción con nuestra región el día en que tuviesen con cada país de la zona las mismas relaciones que hoy comparten con Cuba. Hermano Maduro. Patinaste en una mancha de aceite de la apariencia hegemónica imperialista. Lo único que casi seis meses después ha logrado con Cuba los EEUU es una embajada abierta en La Habana. Pero sin embajador. Y muchos problemones a solucionar durante un largo tiempo ya previsto. Los EEUU no encajan ni con sus propias taras.

 

Los estudiosos, no cubanos, del temas han dejado claras algunas cosas.

 

"Cuba siempre declaró estar dispuesta a normalizar sus relaciones con Estados Unidos con la condición de que se funden en tres principios fundamentales: igualdad soberana, reciprocidad y no injerencia en los asuntos interiores. Conviene recordar que en el conflicto entre La Habana y Washington la hostilidad es unilateral. Estados Unidos es quien impone sanciones económicas obsoletas, crueles, sin eficacia y que martirizan al pueblo cubano desde 1960. Estados Unidos es quien invadió militarmente a Cuba en abril del 1961. Estados Unidos es quien amenazó a Cuba con una desintegración nuclear en octubre del 1962. Estados Unidos es quien financia una oposición interna en Cuba para conseguir un cambio de régimen. Estados Unidos es quien emite programas de radio y de televisión, ilegales y subversivos en dirección a Cuba y con la meta de desestabilizar la sociedad [...] Estados Unidos es quien lleva a cabo una guerra política, diplomática y mediática contra Cuba. [...] Cuba nunca agredió a Estados Unidos en toda su historia. Al contrario. Ya en 1959 Fidel Castro expresó su voluntad de tener relaciones cordiales y pacíficas con Washington. A modo de respuesta, Estados Unidos aplicó a Cuba una política de una brutalidad extrema."[2]

 

Existe una guerra integral por parte de la política y los gobiernos estadounidenses contra la revolución cubana desde el mismo 1ro de enero de 1959. Resulta muy peligroso seguir insistiendo en “pasar la página de la historia” –Maduro lamentablemente también utilizó la frasecita-, un anatema impuesto por el de Obama y reiterado por su Secretario de Estado el 14 de agosto del 2015 en La Habana. Hoy de convoca  a todo el pueblo de Cuba someterse a una amnesia “despolitizada” que nada bueno puede reservarnos durante ese proceso de normalización de las relaciones bilaterales entre los EEUU y Cuba.

 

"El presidente Raúl Castro no pudo hablar con más claridad respecto a eso. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos no significa que Cuba renuncie a su proyecto de sociedad o a su política exterior internacionalista y solidaria con los pueblos del Tercer Mundo y los desheredados del planeta. La política interior y la política exterior de Cuba son competencias exclusivas del pueblo cubano y no son negociables. Cuba no negocia su libertad ni su independencia ni su soberanía. Cuba seguirá sosteniendo las causas justas que reivindican la emancipación del género humano y dará una mano generosa y fraterna a los avasallados, a los revocados, a los humillados, con el objetivo de conseguir «la plena dignidad del ser humano» para usar una expresión del héroe nacional cubano José Martí Cuba, fiel a los ideales del Che, seguirá «temblando de indignación» cada vez que se cometa una injusticia en el mundo, sea donde sea. El pueblo cubano es, por esencia, antiimperialista. Eso forma parte de su idiosincrasia. Sin embargo, no es antiestadounidense. Al contrario, siente una simpatía natural por el pueblo de Estados Unidos."[3]

 

Según una vieja tradición gastronómica cubana, la papa con carne lleva carne, que es la implicación ideológica de la receta. La visita de Francisco I a Cuba fue un éxito, pero ciertamente obnubilante. Cuba es una nación cuya raíz está soportada por una diversidad cultural, que hace improbable clasificarla como eminentemente católica. En los últimos quince años han sido tres los pontífices que visitaron a la isla. Pero el actual Papa argentino  se lleva las palmas. Nunca antes en el último medio siglo emergió un jefe del Vaticano con semejante inteligencia para ideologizar su propuesta doctrinaria desde una supuesta desideologización de la homilía.  

 

Más que tomar distancia del presidente estadounidense, el discurso papal llama a montarse en el carro del proceso de neoliberalización con espiritualidad y pies sumisos; algo ya muy antiguo en la cotidianidad capitalista. La coincidencia circunstancial con principios del pueblo cubano en la defensa de los derechos humanos y de soberanía, no hace sino obligarnos a recordar que los sistemas de poder imperantes, comienzan a interactuar contra los proyectos progresistas de la región. Una mezcla cabalística entre Francisco I y Barack Hussein Obama podría diseñar un camino “sublime” de retroceso para la revolución cubana hacia el modo imperante de dominación imperialista. Es solo aguardar algo más de seis meses para comprobarlo.

 

“Entre la ideología del papa Francisco I y la ideología de la Revolución Cubana existen claramente diferencias. El papa Francisco I abraza lo que se conoce como doctrina social de la iglesia, que plantea el cambio de las prácticas políticas que dañan en el mundo a la naturaleza y al ser humano, sin tocar el sistema capitalista. La Revolución Cubana es una revolución socialista, que desde hace 64 años acabó con la explotación y opresión capitalista, y que a 90 millas de la ciudadela imperialista más poderosa del planeta, defiende su derecho a la dignidad y la independencia. […] Es precisamente la fortaleza ideológica lo que le ha permitido a Cuba resistir el criminal bloqueo impuesto por EEUU. Fueron los ideales de justicia social y de democracia los que impulsaron a los hombres y mujeres que atacaron el 26 de julio de 1953 al Cuartel Moncada en la provincia de Oriente; que desembarcaron en el Granma, que libraron la lucha guerrillera en la Sierra Maestra, que alfabetizaron, que crearon escuelas y hospitales, que se declararon socialistas, que combatieron en África para terminar con el colonialismo, que tienen hoy el orgullo planetario que ningún niño o niña cubanos se duerme sin haber cenado. Todo es no podría haberse realizado sin las ideas de Martí, sin las ideas del Che, sin las ideas de Fidel. Estas fueron y son las ideas del cambio.”[4]

 

Resulta indispensable recordar que

 

“La fe es una experiencia humana que responde a la necesidad de trascender mientras que la ideología es una construcción cultural e histórica que responde a intereses de clase [...] la iglesia mediada por la fe -y también por la cultura y la historia- nos puede convocar a sentarnos, orar y reconciliarnos entre explotados y explotadores, entre víctimas y victimarios, entre opresores y oprimidos, entre patriotas e imperialistas, pero a la vez nos puede convocar a la resistencia ante el opresor, ante el explotador, ante el victimario y ante el imperialista. Eso depende ya de la ideología que movilice esa fe [la de Francisco I es la de la reconciliación]. No hay fe en el vacío.”[5]

 

Y una advertencia…

 

“Cuba vive en la actualidad quizás la mayor y más peligrosa de sus batallas, la batalla de ideas [...] Pedir la desideologización es pedir la rendición, y para eso primero tienen que derrotar[nos]. Porque cuando se abandonan los principios ideológicos se queda derrotado, vencido. Y Cuba no está vencida…”[6]

 

La aguda intelección de Petras se acercó al tema, quizás fue demasiada la alharaca.

 

“Es bueno que diga que la Iglesia debe servir a los pobres; es bueno que reconozca que lo más importante es el servicio; pero cuando habla de que los pueblos deben dejar de lado la ideología, eso es ideología, diciendo a la gente que abraza el marxismo que deben abandonarlo ¿Y para qué? ¿Qué queda como alternativa, como postura crítica ante el capitalismo, si su palabra es simplemente un mensaje de sumisión? [...] El papa está equivocado en ese sentido. La ideología progresista es algo positivo, es un arma para que los pueblos puedan entender el mundo, interpretarlo y dirigirse a la lucha. El mensaje a los pobres del papa no tiene nada que decir sobre estas cosas, y el papa debe aprender de su visita a Fidel Castro cómo Cuba se mantuvo independiente frente a las agresiones norteamericanas; cómo Cuba avanza en los programas sociales; [...] El papa tiene mucho que aprender de Cuba y no simplemente dar lecciones y homilías. Es importante que reconozca que Cuba ha avanzado socialmente y debe entender las razones: por la intransigencia de la ideología, la lucha de clases, la lucha antiimperialista, que es una ideología positiva [...] la justicia viene de las luchas irreconciliables con el capitalismo y los opresores imperialistas. Y eso es parte del mensaje positivo de Cuba [...] Cuba y el papa están en un período de amistad, de abrazos, pero debemos entender que si hay aspectos positivos del mensaje del papa en lo inmediato, en la coyuntura, sin embargo estratégicamente hay problemas y debilidades en su mensaje, sobre cómo se puede formar la conciencia social necesaria para vencer a los opresores, a las fuentes de injusticia.” [7]

 

Por lo general el momento de arrancada de procesos sociopolíticos importantes puede manifestar acciones en que trastabillemos. Expresado por el mismo Fidel en su momento, y antecedido por el Che, en el imperialismo no se puede confiar. Pero en un mundo tan complicado y atormentado por las guerras y una desigualdad como pesadilla global, donde la sobrevivencia de la especie humana está a un tris de desaparecer gracias a  los avances tecnológicos y científicos en función de las guerras como expresión política sin alternativas, el diálogo y la negociación deben ser rescatados.

 

Para Cuba se inicia una etapa harto complicada, quizás mucho más que la que antecedió a un país bloqueado. La cultura, la política y la sociedad hegemónica angloestadounidense están enfermas como en el caso de algunos alcohólicos que ya en estado de delirium tremens continúan negando su adicción.

 

Prepararnos para una complicada etapa post Obama. Porque la papa con carne lleva carne. No es sólo papa. Al estío de Obama le resta solo algo más de un año.



[1] CARLA LOAIZA. Correa lamenta que EEUU quiera finalizar bl... Contrainjerencia. 29/09/2015.

http://www.contrainjerencia.com/index.php/?p=109900

[2] Tarik Bouafia. Los cubanos seguirán siendo los autores de su modelo económico. Entrevista a Salim Lamrani. Rebelión. 29-09-2015. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203824

[3] Ibidem.

[4] Roberto Pineda. Fe e Ideología en la visita de Francisco I a Cuba. La Haine. 29/09/2015.

http://www.lahaine.org/mundo.php/fe-e-ideologia-en-la

[5] Ibidem.

[6] Ibidem.

[7] James Petras. Francisco I habla de que los pueblos deben dejar de lado la ideología: eso es ideología. La Haine. 29/09/2015. http://www.lahaine.org/mundo.php/francisco-i-habla-de-que

 

https://www.alainet.org/es/articulo/172777
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