La colonia Palmitas, ubicada literalmente en un cerro de la capital de Hidalgo, con su mural Pachuca se pinta, “el más grande de América Latina” y con alrededor de 20 mil metros cuadrados, dice ya la propaganda oficialista, fue magnífico escenario para que Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Osorio insistieran en su acertada visión sobre el combate a la delincuencia organizada, aunque múltiples hechos no siempre guarden correspondencia con el rescatable discurso pronunciado en la víspera de la entrega del III Informe de Gobierno.

Informe que, evidentemente, no es dable valorar hoy porque todavía no es público, amén de que dar por hecho que “estará plagado de mentiras” (Andrés López Obrador) es propio de la batalla político-electoral anticipada, mas no del quehacer que nos corresponde, aunque no falte colega que lo comentó por anticipado.

Dijo el titular del Ejecutivo federal que para disminuir sustantivamente la delincuencia organizada –no sólo la de los narcóticos sino en todos sus giros y en forma simultánea, agrego–, es preciso rescatar los espacios públicos en las localidades con alta incidencia delictiva.

Según recuento hecho por el Grupo Reforma, del 13 de mayo al 20 de agosto de 2015, se registraron en total 1,496 homicidios violentos en 269 municipios y de ellos mil 52 sucedieron en 38 municipios y 12 delegaciones del Distrito Federal. Acapulco acumuló el 14 por ciento con 205 asesinatos de 298 cometidos en Guerrero. Le siguen al puerto, Ciudad Juárez, Chihuahua, y Zapopan, Jalisco. Y por estados son, después de Guerrero, Jalisco (170), Michoacán (150) y el estado de México (142).

“Atacar la raíz del problema” de la inseguridad, implica para EPN trabajar con las comunidades para que cuenten con empleo o actividades productivas y reconstruir el tejido social.

Seguramente así es y al parecer Palmitas lo respalda. En la Bella Airosa, la tierra de Osorio Chong, fueron tantos los aplausos que recibió, ahora que muchos insisten en que el ganador con los cambios en el gabinete fue Luis Videgaray, que Peña se franqueó con los asistentes al acto y les dijo: “sé que tiene aquí muchos simpatizantes (…) además de ser amigo, es un gran colaborador. Lo éramos ya cuando fuimos gobernadores, él de Hidalgo y yo del estado de México”.

Sólo que los datos que presentó el Coneval, y después vanamente pretendieron maquillar, muestran que dos millones de mexicanos se sumaron a las filas de la pobreza moderada y sólo 90 mil personas superaron la pobreza extrema de 2012 a 2014, es decir, el último año de Felipe Calderón y los dos primeros del mexiquense.

Si a lo anterior añadimos que el crecimiento de la economía persiste bajo la denominación de “mediocre” que usa Videgaray para llamar a los últimos 33 años, los del capitalismo salvaje que seis presidentes promovieron con extraordinario entusiasmo, por más que existan “signos alentadores” –en generación de empleos y hasta mejor remunerados, más inversión extranjera directa, crecimiento del turismo internacional y de la producción agropecuaria, de acuerdo al mismo secretario y al presidente–, pues se ve harto difícil que existan márgenes para “atacar la raíz” socioeconómica del agudo problema de la inseguridad pública.

Naturalmente que prefiero equivocarme y a la vuelta de los meses y años reconocerlo aquí sin tapujos, pero no es aconsejable confundir los deseos con la realidad, sobre todo cuando a la vista está el presupuesto base cero. Y el rico ejercicio gubernamental siempre comienza por el recorte al gasto social.

forum@forumenlinea.com

Twitter: @IbarraAguirreEd

www.forumenlinea.com

www.facebook.com/forumenlinea