En las primeras semanas del levantamiento zapatista de 1994, diversos actores percibían que el PRI no ganaría las elecciones. El escenario nacional que creó la rebelión indígena cambió radicalmente con el asesinato de Colosio y después de Ruiz Massieu. Los zapatistas decidieron quemar el “cartucho electoral”, convocaron a la Convención Nacional Democrática (CND) que acordó “ni un voto al PRI ni al PAN”. La CND y los candidatos del PRD, chueco o derecho, fueron derrotados.

En la coyuntura de los Diálogos de San Andrés de 1995, el EZLN puso como condición la renuncia del priísta Robledo Rincón al gobierno de Chiapas y reconoció a Amado Avendaño como Gobernador en Rebeldía. De 1995 al 2000 fueron nombrados una serie de gobernadores sustitutos e interinos. Nefastos: Ruiz Ferro y Albores.

En el 2000, los responsables de la Ingeniería Política tenían claro que era políticamente incorrecto que el PRI y la Familia Chiapaneca recuperaran el gobierno en Chiapas. Eran los históricos responsables del levantamiento armado. Si a nivel nacional Zedillo fue la “bisagra” para la transición de la derecha del PRI a la derecha del PAN, para Chiapas se diseñó la transición del PRI a una coalición de partidos que llevó al gobierno al ex priísta Pablo Salazar.

En 2006, el PAN con Calderón, siguió en el gobierno federal y Juan Sabines, otro ex priísta temporal, bajo los colores del PRD gobernó Chiapas. Ambos fueron la “bisagra” para que sin la menor dificultad, en 2012, el PRI-Verde llegara al gobierno. Salinas/Peña Nieto al gobierno de la República. La jugada en Chiapas fue exitosa. Era políticamente inconveniente lanzar a un candidato del PRI y lanzaron a Manuel Velasco, del Verde y ganó. En la coyuntura electoral de 2015 nuevamente arrasó el PRI-Verde. Sabines fue nombrado cónsul en Florida. Su papel operar el voto de migrantes chiapanecos, en su mayoría indios tzolziles chamulas, a favor del PRI-Verde.

Chiapas es un tema en manos de Seguridad Nacional (CISEN). Es políticamente incorrecto y riesgoso que el PRI y la Familia Chiapaneca recuperen el poder político. Esa afirmación puede explicar el crecimiento de la presencia del Verde en la geografía chiapaneca, en los gobiernos municipales y en el Congreso de Chiapas.

El mapa político de Chiapas, sustancialmente, no se modificó. De acuerdo a datos preliminares, entre el PRI y el Verde gobiernan 91 municipios, 22 sus partiditos franquicia y 9 la oposición oficial. (Por los resultados se han derivado conflictos en 8 de los 122 municipios). De esa forma mantienen el equilibrio político con las fuerzas del PRI y la Familia Chiapaneca que se diluye, parcialmente, en el Verde. El Verde, también ha sido una opción política para ex bases de apoyo zapatista. De esa forma el Estado ha fortalecido el cerco político a la Autonomía Zapatista. Funcionan los aparatos político – militares del Estado mexicano.

Conviene estar pendientes de las grietas que el Estado mexicano sigue abriendo en los Movimientos Sociales y en la Sociedad Mexicana en su conjunto.     

¿Qué sigue?