El Chapo y otras lecturas de la crisis mexicana
- Opinión
Foto: http://www.kienyke.com/krimen/mentiras-fuga-chapo-guzman/
Demoledor ha sido el golpe propinado por el “Chapo affaire” al mandato de Enrique Peña Nieto. Apenas a dos años y medio de ejercer el ejecutivo federal y con múltiples escándalos que envuelven a su círculo cercano y a él mismo, el mexiquense está políticamente desfondado.
Un análisis detenido del golpe asestado y del timing con que fue ejecutado lleva a pensar unas hipótesis que poco tienen que ver con la capacidad escapista del “warlord” sinaloense. Su supuesta fuga apenas fue un detalle dentro de un juego mucho más grande.
Tropezando con la misma piedra
Mientras en Almoloya el barón de la droga más buscado del país se fugaba por un supuesto túnel que nadie vio ni sospechó de su existencia, Peña Nieto y su habitualmente enorme comitiva estaban en una visita de Estado en Francia. Tras la recepción oficial y con el pleno conocimiento de los hechos, dio una conferencia de prensa reconociendo la gravedad de los hechos aunque considerando que los más de 60 acuerdos que firmaría lo obligaban a proseguir su rutina en aquel país.
A escasos días de la histórica resolución de la Ronda 1, y en virtud de los términos utilizados para referirse a los acuerdos e inversiones, puede pensarse que en el paquete hay algo relacionado con el sector energético. Peña Nieto utilizó casi las mismas frases con las que describió su reforma energética.
¿Tienen relación los acuerdos de París con la fuga del Chapo? No a ciencia cierta, pero las conjeturas cuentan a su favor con algunos cabos sueltos interesantes.
En primer lugar ya expusimos que no es la primera vez que un escándalo golpea al gobierno cuando desaira los designios de Washington, sobre todo si está involucrada la quintaesencia de su seguridad nacional: los hidrocarburos. Así lo dijimos aquí mismo cuando hablamos de “Las arriesgadas jugadas geopolíticas de Peña Nieto” (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196236).
Por supuesto no estamos inculpando a Estados Unidos por la fuga del Chapo, como sí lo hizo el ex titular de la SIEDO Samuel González Ruiz en una entrevista concedida al periodista británico-estadounidense Malcolm Beith.
Pero una buena hipótesis de trabajo podría establecerse sobre la base de lo difundido por la agencia noticiosa AP cuando asegura que la DEA tuvo conocimiento de unos presuntos planes de fuga apenas un mes después de su captura.
Teniendo en cuenta esta información de AP ¿es posible que la DEA haya evitado compartir su información con las contrapartes mexicanas como respuesta al ingreso de capitales franceses en el sector petrolero mexicano sin la aprobación previa de Estados Unidos? Considerando las implicaciones que esta fuga arroja sobre la figura de Peña Nieto la idea no parece tan descabellada. Washington estaría demostrando que sin su apoyo poco es lo que se puede hacer contra el mayor reto de seguridad que enfrenta el país. Reiteraría además que el sector energético y todo lo que suceda a su alrededor es de su incumbencia, incluso cuando esté inmiscuido uno de sus mayores aliados al otro lado del Atlántico.
Si así fuera resultaría una osadía mayor que el gobierno desatienda los intereses de Estados Unidos y se empeñe en atraer inversiones que después deba cancelar vergonzosamente… El fantasmagórico tren chino a Querétaro lo atestigua.
La carrera hacia el 2018 y las implicancias internas
El caso en cuestión cambia la correlación de fuerzas entre los principales contendientes a la candidatura priísta con miras al 2018. El perjudicado resulta Osorio Chong, encargado por el propio Peña Nieto de la vigilancia del Chapo en una entrevista concedida a León Krauze días después de su captura, reproducida por Televisa a través de su filial estadounidense Univisión.
¿Esto plantea la salida de Osorio Chong como un fusible de la crisis? Su caída vendría como anillo al dedo para las aspiraciones de los dos grandes adelantados en la carrera presidencial: Luis Videgaray y Manlio Fabio Beltrones.
Otro gran aspecto involucrado es la reforma del sistema de salud y la probable privatización del IMSS y el ISSSTE. Semejante fuga no sería una “cortina de humo” ya que existen otras formas de distraer a la opinión pública sin necesidad de enterrar la imagen nacional e internacional del presidente. Pero una vez en marcha no viene nada mal meter uno de los temas pendientes en la agenda de privatizaciones, sobre todo si los bancos y las agencias aseguradoras son los ganadores consagrados, buscando implementar el modelo americano.
Norberto Emmerich (IAEN, Ecuador)
Edgard Valenzuela (UNAM, México)
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