El futuro ya está aquí y es tan impostor como el pasado

21/07/2015
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La caída del muro de Berlín, en 1.989, fue un punto de inflexión en el occidente cristiano marxista. Se impusieron los halcones del Pentágono y los pensadores al servicio del sistema (Fukuyama, El fin de la Historia), hicieron un invento sui géneris de la historia. Era el triunfo de la democracia gringa anglosajona, sobre el socialismo real sin ideas ni creatividad posible para sobrevivir, en un mundo tremendamente competitivo y cruelmente neoliberal. Las promesas del sistema se hicieron democráticas por todo el mundo: por fin la democracia era un sueño alcanzado, y por fin el mundo se dirigía a una paz social y desarrollo económico mundial. Sueños que se derrumbaron a la vuelta de la esquina: invasión de Irak, torres gemelas, invasión de Afganistán y destrucción de varios países del sur con la moda de la economía neoliberal.

 

En Bolivia todos los sacerdotes y monjes de la izquierda se pasaron fácilmente a ser sirvientes del neoliberalismo. Finales de los años 80 y toda la década de los 90, los izquierdistas fueron los funcionarios públicos más dóciles y obedientes de los gobiernos llamados neoliberales. Clases altas y medias vivieron felices en esos años dorados del neoliberalismo, porque en definitiva les favorecían con todas las políticas de Estado elitistas, donde indios y pobres no tenían inclusión social y económica posible. Los yuppies izquierdistas del modelo nunca se hicieron problemas con sus consciencias, pensaron como siempre que les tocaba vivir bien después de ser los soñadores y los torturados y exiliados de la república.

 

Sin ideas, sin propuestas, sin nacionalismo, sin identidad con nuestras realidades, esas izquierdas dogmáticas importadas bolivianas, y de iglesias decimonónicas, simplemente se acomodaron al proceso de derrumbe del muro de Berlín. Además, el rotundo e histórico fracaso de las clases medias izquierdistas en la UDP, 1.982, cuando demostraron que eran tan corruptas o más que la derecha, y los teólogos de la liberación se arrodillaron en cuerpo y alma al Vaticano del Papa anti comunista y agente de la CIA, pues su paso a ser parte de las estrategias del neoliberalismo fue muy sencillo. Porque en el fondo no hay diferencia alguna en ese occidente práctico entre socialismo y cristianismo liberal, son lo mismo. Tienen las mismas raíces filosóficas y comparten los mismos paradigmas lineales de las ciencias y la historia. No son distintos. Por tanto sus actitudes pues no deberían extrañarnos: son hermanos gemelos. Cristo y Marx fueron luchadores y a sus maneras herejes; pero sus seguidores y monjes sólo siguieron las huellas lineales y teleológicas de esas enseñanzas, desde las clases altas y medias. Interesantes cuestiones, que en estos momentos curiosamente no hay investigaciones ni teorizaciones de estos fenómenos sociales: clasistas y políticamente de los discursos encubridores.

 

 Las promesas después del triunfo anglosajón en 1.989, no se cumplieron. El mundo es cada vez más inseguro por la inseguridad y soberbia de occidente. Países como Francia o Inglaterra siguen soñando nostálgicamente en sus papeles imperiales, y hacen la corte a los norteamericanos bombardeando Libia y Siria, e inundando de armas todo el oriente medio. Prefieren vender armas y traficar con oro o diamantes, a resolver sus herencias coloniales en el sur del mundo: pobreza, hambre, falta de tecnología y dinero para proyectos. Los alemanes desean otra vez ser los amos de Europa, con sus políticas neocoloniales y de ocupación económica en los Estados del sur de Europa.

 

Lecciones tienen: cuando utilizaron tanques les fue mal. Hoy prefieren utilizar la banca y las finanzas, es menos sucio y costoso. Sus campos de concentración se han transformado en sofisticados sistemas económicos de humillación, de tortura y destrucción de Estados. Ahora no hay problemas conscienciales porque de comunistas en general se han hecho liberales cristianos, es decir tienen la confesión de domingo para olvidar las tragedias y lavar la consciencia.

 

 La alta tecnología y la era de la información se han convertido en otra excusa de dominio y expoliación hacia el sur. Los chantajes al respecto son evidentes: cambio climático y nuevos préstamos a nombre del cambio climático. El control totalitario y demente de los Estados Unidos y los países ricos, es muestra de lo que en realidad son. Satélites, SNA (denuncias de Snowden), drones, etc., sólo denotan sus temores antidemocráticos clásicos y coloniales, sobre las poblaciones del sur e incluso sus propias poblaciones. En esos pensamientos modernos o modernísimos, o postmodernos occidentales seguimos siendo bárbaros, salvajes, incultos y poco civilizados, por lo que tienen que cuidarse y mucho. No desean competencia alguna, sólo docilidad y buena voluntad. Como las clases altas y medias en Bolivia, sólo desean indios buenos y dóciles. Así occidente, en realidad no cambia en el tiempo, sólo se modifica y tienen otros matices más actuales.

 

 Sí, el futuro occidental teleológico y lineal ya está aquí. Y pues es tan impostor como el pasado. Es decir es tan colonial como siempre. Sólo quiere indiecitos dóciles, buenas personas, dogmatizadas y domesticadas por occidente. Que piensen pero no tanto. Que opinen pero sin perder la cordura y la educación con occidente. Mantener el statu quo de la historia es lo más importante: que todo cambie, pero que nada se transforme. El espanto de occidente ante la posibilidad de herejías y rebeldías de pueblos que no tienen lógicas occidentales, es respondido con violencia, con chantajes económicos y destrucciones de sistemas económicos de naciones enteras, porque ellos tienen esas lógicas, son dueños de esas lógicas y sus patentes de manejo secreto. La eliminación de pueblos que piensen distinto a las coordenadas occidentales, son historias conocidas. En Bolivia son mentalidades fuertemente enraizadas: pensar desde lo autóctono o puro es prohibido, las lógicas occidentaloides eliminan a otras lógicas. No son necesarias las palabras, las acciones tienen contundencia tradicional desde siempre.

 

Lo ideal tiene que ser salir de ese tablero de juego occidental. Como hubiera sido ideal que los griegos salgan del euro. Pero todavía son herejías imposibles, porque las lógicas coloniales de los colonizados es que defienden a sus esclavistas. Tienen miedo pensar distinto, tienen miedo saltar al vacío. A ese vacío que tiene sentido porque lo que existe realmente es trágico y sin sentido. Lo ideal es pensar con sentido propio y con autoestima cultural propia. En nuestro caso es absolutamente posible. Los obstáculos son las clases medias y altas, que desde siempre están en otro tren, el occidental, y fuera de nuestras coordenadas culturales y existenciales. Sean de izquierda o derecha son lo mismo, son filosóficamente hermanos gemelos. Sus diferencias son sólo de café, matices pequeños. Si saltáramos esos obstáculos en algo avanzaríamos como los iraníes, chinos, japoneses, o rusos. Ser nosotros mismos, y no  prestados o copiados y mal copiados. Pensar otro futuro, un futuro nuestro sin las trampas reales y mentales occidentaloides que nada bueno nos han traído, nada bueno sino tragedias, espejitos y promesa de “futuros lindos” y copiados. Futuros donde nunca hemos sido los actores principales, sino los secundarios o los esclavos de esos sueños. Tenemos las condiciones para pensar otros futuros; aunque todavía no los medios y los canales posibles. Nuestras ventajas comparativas son reales. Pero eso es otra historia.

 

La Paz, 19 de julio de 2015.

https://www.alainet.org/es/articulo/171246
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