El vaivén del cese al fuego bilateral
- Opinión
La nueva escalada del conflicto armado ha puesto a tambalear al proceso paz del Gobierno Santos y las FARC, pero también parece haber influido en el cambio de posturas. ¿Se acerca el alto al fuego bilateral?
Desde el pasado mes de abril el conflicto armado colombiano ha sufrido un nuevo escalonamiento. Policías muertos por los disparos de las FARC. Guerrilleros fallecidos por bombas que el ejército ha lanzado desde aeronaves. Buses y camiones quemados en vías rurales. Explosiones en las ciudades. Crudo regado en los suelos y ríos colombianos…
Son daños irreparables de una nueva cólera que ha puesto a tambalear el proceso de paz que el gobierno Santos realiza con las FARC.
“Se venía de un año y medio muy dinámico en cuanto a acordar unos puntos de la agenda, en temas como lo rural, participación política y cultivos ilícitos. Pero el proceso se estanca cuando discuten sobre asuntos duros y polémicos en nuestra sociedad, como la reparación a las víctimas, la justicia. Y otros temas igual de complejos y asociados a la finalización del conflicto, como el posible desarme y la desmovilización", manifiesta Diego Herrera, presidente del Instituto Popular de Capacitación IPC.
En medio de esta furia desatada con la muerte de 11 policías a manos de las FARC, y el desencanto percibido entre la población por la nueva ola de ataques, Humberto de la Calle ofreció una entrevista que se divulgó con una inmediatez asombrosa. En parte porque el contenido del mensaje era muy revelador, y en parte porque la entrevista venía firmada por un periodista famoso: Juan Gossaín.
En esta especie de entrevista-comunicado, casi monólogo, Humberto de la Calle le habló a diversos sectores de la sociedad colombiana. Por un lado, dio una palmadita a las espaldas del uribismo, al incluir la propuesta de Álvaro Uribe de pedir a las FARC que aceptaran concentrarse en zonas rurales en las que pudiera verificarse el cese al fuego, bilateral o voluntario.
Pero lo más esclarecedor de su entrevista, fue decir que el gobierno dejaba la puerta abierta para estudiar un posible cese al fuego bilateral. Algo insólito en un momento de tanta tensión en el proceso de paz.
Este cambio de postura sería una corrección a su política de hierro de seguir negociando en medio del conflicto. Una política criticada por diversas organizaciones sociales y defensoras de Derechos Humanos que desde el principio de las negociaciones han exigido un cese al fuego bilateral y sin excusas.
“Es que los hechos de la guerra, y especialmente los sucedidos en los últimos meses, han hecho que entre la población se pierda la confianza y la credibilidad en el proceso de paz. La gente no entiende y se pregunta: ¿si estamos en una negociación, por qué se siguen poniendo muertos y siguen habiendo daños? Y olvidan que fue el mismo gobierno el que impuso esa condición que a nosotros nos parece tan equivocada: la de negociar en medio de la confrontación”, explica Diego Herrera.
El expresidente, senador y líder del Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, quien se opuso durante mucho tiempo al proceso de paz, ahora también cambia sus posturas. Incluso pidió en su cuenta de Twitter “recuperar la fe en el proceso” y volvió a lanzar su propuesta de pedir zonas de concentración para las FARC, sin población civil, “de tamaño prudente y no estratégico para la economía nacional”.
Es curioso que Uribe clame por rescatar una fe que se supone él desconocía. ¿O tal vez sí, en lo profundo de su ser?
Y más extraño aún, que su propuesta de zonas de concentración se parezca tanto al concepto de “zona de distención” aplicado por el entonces presidente Andrés Pastrana en sus negociaciones de paz de El Caguán. Un completo fracaso del que el mismo Uribe fue un crítico acérrimo y recalcitrante.
De hecho, ya se ve la cabeza del expresidente Andrés Pastrana criticando a Uribe por su severa contradicción. Así lo publicó en su Twitter:
Con la reciente escalada del conflicto, Uribe y el Gobierno Santos no son los únicos que están cambiando sus posturas. En Antioquia el gobernador Sergio Fajardo salió ante los medios de comunicación a declarar que sería un error un cese al fuego bilateral, como puede verse en el siguiente video publicado por Teleantioquia Noticias.
Ver el video completo en Telantioquia Noticias
Una opinión algo diferente de la que concebía en enero de este año, cuando decía que el cese al fuego bilateral era un hecho crucial para el país, tal y como puede verse publicado en el siguiente video de Minuto 30:
Ver el video completo en Minuto30.com
Estos cambios de postura dan la sensación de que políticos que se habían hecho una imagen de guerreristas estuvieran mesurando sus posturas, quizá porque estén viendo avanzar el proceso, pese a las dificultades, y no quieren quedarse como los malos del paseo en caso de que la paz se firme. Mientras que líderes más moderados, como Fajardo, parece que estuvieran endureciéndose, pensando en ganar terreno político y desconociendo todo lo que hasta el momento se había alcanzado con la tregua, como el pacto de desminado humanitario.
Eduardo Álvarez Vanegas, coordinador del Área de Dinámicas de Conflicto y Negociaciones de Paz de la Fundación Ideas para la Paz, cree, al igual que Sergio Fajardo, que el actual momento de escalada de conflicto no es apropiado para que el gobierno acepte un cese al fuego bilateral.
“El gobierno daría un mensaje de que cedió ante los ataques de las FARC”, arguye Álvarez. Y considera apropiada la condición que se puso a las FARC de celebrar un cese bilateral solo cuando los guerrilleros acepten el acuerdo en materia de justicia y estén dispuestos a concentrar sus tropas.
Camilo Sánchez León, investigador y experto en Justicia Transicional de la corporación De Justicia considera que es poco realista pedir a las FARC que se concentren, pues dejarían de ser una guerrilla. “Perderían su ventaja estratégica de estar escondidos. No creo que acepten”, afirma.
Y cree que el reciente cambio de posturas se debe a que la escalada del conflicto trastocó los cálculos políticos que hasta entonces se venían construyendo. Fue como una gran sacudida en el tablero de las negociaciones. “Dudo que el gobierno nacional, cuando ordenó de nuevos los bombardeos aéreos, calculara que la escalada fuera a ser tan profunda y tan rápida. De hecho, fue tan rápida y tan profunda que acabó con las perspectivas políticas que algunos habían hecho”.
Lo que más lamenta Camilo Sánchez con esa misma escalada, es que la confianza en el proceso de paz, que difícilmente se había alcanzado durante casi tres años, se desplomara intempestivamente.
“Es como una palma y un coco –explica Camilo-. La confianza en el proceso ha crecido con la lentitud de una palma y se ha perdido en lo que demora en caer el coco. Esto nos recuerda lo frágil que es este el proceso. Y como aún no conocemos las ventajas de vivir en paz, lo que le queda más fácil a la población es alentar de nuevo la vía militar. Si el gobierno y las FARC celebran un cese al fuego bilateral, podrían empezar a mostrarnos cuáles son las ventajas de vivir en paz”.
A fin de cuentas, explica, es a la población a la que se tiene que convencer, pues los acuerdos deberán ser refrendados por la mayoría de los colombianos.
Sábado, 11 de Julio de 2015 13:58
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