De cómo los “maximalistas de izquierda” convierten el NO en SI

Grecia y el movimiento global de resistencia

13/07/2015
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
grecia bandera. grecia bandera
-A +A

El pueblo griego emitió un contundente NO a la política de austeridad que viene imponiendo la “troika” compuesta por el FMI, el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE).

 

Los alcances y límites del NO

 

Hay quienes interpretan el NO como un salto al vacío. Lo relacionan con alguna de estas situaciones: 1. Negarse a pagar totalmente la deuda o declararla absolutamente impagable. 2. Salirse de la Unión Europea y del Euro. 3. Derrocar a la oligarquía griega y “hacer” la revolución socialista. 4. Entregarse totalmente a la órbita de Rusia, China y los BRICS.

 

La verdad es que el referendo que impulsó y logró el NO, es una estrategia política para ganar tiempo. La intención visible para el pueblo griego que lo apoyó es  renegociar y reestructurar la deuda en mejores condiciones, lograr la condonación de una parte de ella, y sobre todo, impulsar un movimiento en toda Europa contra el poder omnímodo de la “troika”, contra la política de recortes sociales y la llamada “austeridad”.

 

Además, el gobierno de Tsipras ha puesto la lucha por “democracia real” en primera línea. Al convocar al pueblo a pronunciarse mediante un referendo está enfrentando la esencia de la democracia representativa. La consulta popular es una figura que se asemeja a una gran Asamblea Pública, eje central de la democracia directa que le dio vida a esta forma de gobierno que inventaron los griegos.

 

La campaña por el “NO” derrotó la campaña del miedo desarrollada por el gran capital. El pueblo griego venció a los partidos y a los medios de comunicación oligárquicos, a todos aquellos que temían perder lo mucho o poco que poseen ante la eventualidad de salir del “euro” y, a los escépticos y pesimistas que existen en todas partes.

 

Es preciso entender –para no transformar el triunfo en derrota–, tarea en la cual los “maximalistas” son expertos, que por ahora, las transformaciones estructurales que golpeen al neoliberalismo y al mismo capitalismo, no podrán ser ni siquiera planteadas en el inmediato futuro, por cuanto el gran capital tiene arrinconado al pueblo griego. Se necesita respirar, tomar aliento y buscar la forma de reaccionar a la ofensiva. Por ahora, nos tienen a la defensiva.

 

Además, la trampa en que están metidos los pueblos de los países económicamente más débiles de Europa hace imposible una solución por separado. El poder del “euro”, en manos principalmente de los bancos alemanes, transfiere permanentemente riqueza de los países pobres a los ricos, renta del trabajo al gran capital. El problema es de todos los europeos. El pueblo helénico dio un primer paso en la dirección correcta, pero puede –indudablemente– salir sacrificado. No obstante, ya mostró con valentía un camino a seguir.

 

La crisis económica –que no es sólo una crisis financiera coyuntural sino una manifestación más de la crisis sistémica del capitalismo– ha empujado en ese mismo sentido a amplios sectores sociales de varios países europeos y del mundo que sufren las políticas de austeridad impuestas por la burguesía financiera y el imperio capitalista.

 

Los alcances y límites de los gobiernos democráticos y progresistas

 

Es indispensable entender que ni Syriza ni ningún gobierno democrático –tanto en Europa como en América Latina– está en condiciones, ahora, YA, de romper y enfrentar al poder del capital financiero con medidas anti-capitalistas. No pueden lanzarse a aventuras individuales y correr el riesgo de tener que enfrentar bloqueos financieros y económicos como el que ha sufrido Cuba durante más de 50 años. Por eso se requiere mucho tacto, prudencia y gran visión estratégica.

 

Lo que vienen haciendo los gobiernos democráticos y progresistas de América Latina –en  términos estrictamente económicos– es lo que se puede hacer. Renegociar contratos con empresas transnacionales, imponer condiciones sociales y ambientales a los proyectos mineros y petroleros, iniciar procesos de industrialización y fortalecimiento de bases económicas “propias”, atender con subsidios la población más pobre y reversar los procesos de privatización atacando a los grandes monopolios.

 

Se podría hacer mucho más si existiera voluntad política para fortalecer la integración regional frente al imperio y al gran capital financiero pero, ello depende en lo fundamental del movimiento social y político de carácter democrático y de izquierdas. Su tarea es transformar consistentemente la correlación de fuerzas en favor del pueblo, aislando y neutralizando a los sectores burgueses que se “colinchan” de muchas formas en los procesos de cambio y obstaculizan el avance. Hay que aprovechar la “pausa anti-neoliberal” para construir nuevas formas de democracia política, económica y cultural, fortalecer la organización y la movilización popular y, avanzar con paso firme hacia transformaciones más profundas.

 

Claro, sin hacerse ilusiones en el “Estado heredado” que sigue siendo una herramienta del gran capital. Éste no ha perdido el Poder sino sólo el gobierno. Para desgracia de los pueblos la dirigencia democrática ha caído en la ilusión “institucional”. Esa es la causa principal de los procesos de burocratización y “cooptación” del movimiento popular, para beneplácito del establecimiento burgués y frustración de los trabajadores y comunidades de base.

 

El precario equilibrio de la economía y el movimiento global de resistencia

 

Es claro que existen condiciones objetivas para impulsar cambios revolucionarios en el mundo. La recesión de la economía en China es un hecho, los precios del petróleo siguen cayendo, ya nadie desconoce el caos ambiental producido por el cambio climático, y la crisis económica mundial se profundiza. El poder financiero es un castillo de naipes soportado en el juego especulativo de bonos financieros y en un mercado bursátil virtual.

 

El precario equilibrio de la economía global necesita a diario nuevos “estímulos extras” para controlar medianamente la crisis. Utiliza la inyección de recursos públicos al sistema financiero privado, promueve guerras destructivas para generar proyectos de reconstrucción, crea y explota noticias sobre descubrimientos tecnológicos, usa éxitos económicos pre-fabricados de una u otra empresa, impone recortes de conquistas sociales, y traza múltiples formas de evitar la hecatombe.

 

Sin embargo las condiciones subjetivas no están a la altura de la crisis. Los partidos políticos de izquierda tradicional miran hacia atrás. Todavía se piensa con enfoques nacionalistas y “estatistas”. Los nuevos movimientos recién aparecen y les falta madurar. La gente no tiene todavía conciencia anti-capitalista. La lucha por rescatar la democracia pareciera ser la primera prueba de fuego. Se debe depurar la democracia representativa, construir nuevas formas de democracia directa, deliberativa y participativa, y fortalecer el pro-común colaborativo.

 

A pesar de todo un gran movimiento continental y mundial está en plena gestación. Es necesario visualizar ese movimiento y empezar a concretarlo. Dicho movimiento tiene como protagonista principal a los pueblos de América Latina que están luchando y derrotando las políticas neoliberales. Esa corriente internacional no será en el inmediato futuro un movimiento único o dirigido por determinadas fuerzas. Será la sumatoria flexible y plural de muchos esfuerzos locales, regionales, continentales y globales. Unos por mayor democracia, otros ambientalistas, unos más por “antiglobalización”, los ya existentes por “auditoría” de la deuda pública, y los más, por derrotar las políticas neoliberales para avanzar hacia una sociedad “post-capitalista”. 

 

Lo ocurrido en Grecia es una señal y un síntoma. La vida empuja, ella misma nos obliga a cambiar. ¡Hay que acelerar el paso...!

 

Nota: Los “maximalistas de izquierda” tratan a los demócratas y progresistas que llegan a los gobiernos como oportunistas, reformistas, quinta columnas de la burguesía y demás epítetos de ese estilo. Incluso, muchos de ellos no están de acuerdo con la vía electoral y civilista. Pero cuando éstos llegan al gobierno les exigen ésta vida y la otra, y si no “decretan” la revolución o se lanzan a aventuras individuales, los tratan de traidores y renegados.

 

Bogotá, 12 de julio de 2015

 

http://redsomosciudadanos.blogspot.com/2015/06/grecia-y-el-movimiento-global-de.html

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/171034?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS