El Papa pidió perdón por la conquista y colonia

10/07/2015
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Lo que no hicieron hasta hoy las oligarquías, las clases altas y medias bolivianas, lo hizo el Papa. Pedir perdón por todos los abusos, discriminaciones, racismos y pigmentocracia contra los pueblos dueños legítimos de estos territorios: quechuas, aymaras, guaraníes y otros. Si es la voz oficial de la religión colonialista pues ya es un avance. Pero todavía queda pendiente la palabra de las colonias extranjeras y sus descendientes, que no han pedido perdón a nuestros pueblos y nacionalidades.

 

Tiene que saber el Papa, y no creo que le hayan explicado, que hasta en estos días se han cometido actitudes coloniales como la extirpación de idolatrías, que en las instituciones eclesiales de la herejía colonial estaban encargadas de eliminar toda imagen sagrada de nuestras religiones, por considerarlas “idólatras” y “anti cristianas” a los ojos conquistadores. Y destruyeron una waca sagrada en la curva de la autopista, con la excusa de adornar, maquillar en su típica hipocresía occidentaloide, los mestizos y modernos bolivianos. Pues la historia neocolonial continúa, más disimulada y más convertida en modernismo social darwinista.

 

 En el llamado proceso de cambio nunca pidieron perdón las oligarquías extranjeras “bolivianas”, a nuestros pueblos. Se adueñaron de nuestras tierras, de extensos territorios, a nombre del desarrollo y progreso, e hicieron su América y riqueza extrema. Se adueñaron del poder político en el Estado republicano colonial, se adueñaron de todas las riquezas y se adueñaron de la nacionalidad “boliviana”. Por tanto de todas las instituciones, donde jamás fuimos partícipes en estos siglos. Hoy disimulan e incluso se convierten en plurinacionales. Sin dar ese paso de pedir perdón por todo el desastre que fue su presencia, para la historia de los  pueblos indígenas de este país. En otras realidades lejanas, donde también las tragedias de la colonización exterminaron miles de pueblos originarios, pidieron perdón por sus complicidades con la colonización: Canadá, Australia, Sud África.

 

En Bolivia siguen creyendo esos grupos coloniales, que tuvieron todo el derecho de llegar y asaltar las riquezas del país. No son conscientes de lo sucedido. No son conscientes de la tragedia que significó y significan esas presencias de mentalidades ajenas a nuestras realidades. Y nos dicen a nosotros los que no “les entendemos”, que nosotros somos los radicales, los resentidos y los cerrados a sus realidades. Inequidades y paradojas que sólo en Bolivia se pueden dar: los invasores nos llaman culpables de las tragedias que ellos ocasionaron. Los originarios y nacionales (nacionalidades) debemos arrodillarnos y ser sumisos ante sus obras y presencia. Esa es en esencia la neocolonialidad, como nueva forma de suministrar mentalidades coloniales en procesos de cambio.

 

 Al menos el Papa demostró ser cristiano: pidió perdón a los pueblos originarios, por el pasado colonial. No se refirió al presente, porque como los actuales neocolonialistas cree que la colonia significa pasado. Y sucede que el colonialismo es lo más presente que hay. Las mentalidades de la conquista sólo se han transformado en el tiempo; no han cambiado. Y tienen esa capacidad de cambio y de reacomodo, en sus camaleónicas formas sociales que les han permitido sobrevivir en estos siglos. Cuando tienen que ser de izquierda lo son, cuando tienen que ser “nacionalistas” lo son. Cuando tienen que ser indigenistas lo son. Lo que no quiere decir que su comportamiento y lógica colonial haya cambiado. Esas mentalidades son tan actuales como hace 500 años. Ni siquiera entienden lo que significa ser cristiano, en sentido del perdón o convivencia social. Nada raro que no hayan pedido perdón, porque responden a esas lógicas retrógradas, hispanas y medievales, que no han heredado costumbres liberales ni democráticas modernas, sino señoriales y patrimonialistas. Al menos su representante de dios en la tierra pidió perdón a nuestros pueblos.

 

 Qué poco hemos avanzado en la recuperación de nuestras religiosidades, de nuestras religiones en el sentido institucional. Sólo se están folklorizando nuestras religiones propias, sin sentido alguno, para mostrar a gringos o turistas. Para dar gusto a los teóricos neocoloniales del indio bueno, del indio domesticado, del indio obediente y bueno. Sin que eso sea realmente inclusivo y material. Hasta hoy no se han construido templos para nuestras religiones milenarias. Hasta hoy no se promociona sacerdotes o sacerdotisas de nuestras religiones. Seguimos en el rincón del folklor colonial para gringos o turistas, pero no somos parte de las políticas de Estado para recuperar nuestros imaginarios de Estado, desde la recuperación de nuestras religiosidades, porque la religión es nomás parte de las ideologías de los pueblos.

 

Ya pasó el Papa. Quedan nuestras realidades tan iguales como antes de la llegada del Papa. Siglos de conquista y coloniaje (educación y Estado republicano), por supuesto que han dado sus resultados: los millones de católicos. Ese es el triunfo del sistema global y económico. Todavía nuestras luchas están cuesta arriba, demasiado cuesta arriba. Las poderosas mentalidades de la conquista hoy transformadas en neocolonialismo, no serán fáciles de cambiar. Nosotros mismos somos parte de esas mentalidades, adormecidos y convencidos de la conquista. De esas cenizas tenemos que resucitar, primero en nosotros mismos y luego en el fuego de la expansión en los imaginarios milenarios de las estructuras de nuestros Estados, todavía en el recuerdo de nuestra memoria larga. Ya llegarán los muertos por la santa herejía y la extirpación de idolatrías. Pacha.

 

 La Paz, 9 de julio de 2015

https://www.alainet.org/es/articulo/171004
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