Contra las intenciones del capitalismo angloestadounidense

El escozor de haber leído a “Charlie” en La Habana

03/07/2015
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En unas horas se presentarán los pormenores de la posible apertura de las embajadas de Cuba y los EEUU. ¿El presupuesto para los programas de subversión contra Cuba será enrumbado a favor de la normalización de las relaciones bilaterales mediante una estrategia real pueblo a pueblo?

 

La paz no es el objetivo ni de Obama, ni siquiera de Santos. Sino tirarle un cebo a la guerrilla colombiana para que deponga las armas, se convierta en oposición política legal (civil) y comenzar a presionarla para que: o haga concesiones al poder de la derecha pro yanqui; o sea diezmada como ocurrió con la UP.

 

Además bajar la tensión interna en Colombia (beligerancia) frente al compromiso con USA de servir de posible trampolín a una agresión a Venezuela como parte del despliegue de la ocupación imperialista del mundo, sin tensiones insurreccionales al interior de Colombia.

 

En la materialización de la geofagia expansiva que procura el TLC firmado entre Colombia y EEUU, el espacio ocupado por la guerrilla estorba enormemente a tales intereses. Santos tiene que “tranquilizar” a Colombia.

 

Se negocia en La Habana, a mi entender bajo una puesta formal que pretende ir ganando tiempo, hasta llevar a la guerrilla a un punto de no retorno dentro de esas conversaciones. En un momento determinado la “superioridad” bélica del gobierno colombiano se hará factible al lograr que la guerrilla, mediante resultados en esas conversaciones saque la mitad del cuerpo de la selva; y la maquinaria militar de Santos cercene a esa mitad oculta en la selva. Sin perder de vista que el mismo Santos necesita llevar esas conversaciones a una dimensión en que La Habana no pueda interceder por la guerrilla, si existe un viraje advertido como no ético, debido a que se abra paso el clisé de que el “pueblo” colombiano necesita “la paz”, y que los guerrilleros lo impiden. Porque no existe solución bélica sino política.

 

La Habana asume una posición ética muy difícil, no puede dar criterios. En fin, lo esencial es crear condiciones de “estabilidad” en Colombia que den paso al cumplimiento del TLC con los EEUU, a quienes les importa un chícharo si estas conversaciones se dan en La Habana o en el Ártico. Además, necesita cierto consenso en estos momentos con América Latina y el Caribe, que se le escapan, y por otra parte se le queman los frijoles en un montón de lugares al mismo tiempo.

 

La prioridad norteamericana es económica, es la de acumulación expansiva hacia los territorios que las soberanías de la región le “quitaron”, y debe recobrar, porque está en bancarrota durante el proceso de acumulación rentista de capital; y con una economía real casi destartalada. Estas conversaciones son solo un momento histórico, de la guerrilla dependerá lo que suceda en el futuro.

 

Los verdaderos intereses políticos de EEUU no tienen en cuenta el reconocimiento a Cuba por esas conversaciones. Insistir en el análisis al respecto de esa manera, es una tontería o la intención de Charlie de figurar desde una perspectiva “oficialista” que también existe para menoscabo de los principios que deben defender la soberanía cubana. Lo que buscan la ultraderecha y la no ultra es el desmantelamiento de la integración regional sin EEUU. Existe mucho cebo para eso de por medio. Para ellos seguiremos siendo terroristas de todas sus “listas” posibles.

 

Cuba forma parte de la nueva integración regional de los países de la América Latina y el Caribe, por consenso unánime de los países de dicha integración, y no por la voluntad política de EEUU, que padece un autismo histórico, político y cultural escandaloso.

 

Esas cumbres (Cumbre de las Américas) deben ser rechazadas. No existe ningún elemento de juicio hoy para que estas se celebren. Sería la estulticia en la humillación más supina, el acercamiento de Cuba a los EEUU sin condiciones, o bajo condiciones epiteliales. Solo para hacer “grupo” y sentarnos como un mamerto condicionado, en ellas. Debemos respetarnos y respetar a la dirección histórica de la Revolución. Con su guía atravesando grandes logros y también errores, hemos llegado hasta aquí con soberanía, sin muertos de hambre tirados en la calle, sin niños pidiendo limosnas, sin ultraderecha interna moviendo el piso; en pos de la voluntad política y el consenso empoderado del pueblo políticamente organizado para aplicar la rectificación radical socialista que actualice y salve al proyecto de emancipación social cubano.

 

Cuba no está obligada a una interacción con los EEUU bajo chantaje y acoso político. Geográficamente ya estamos bastante cerca, políticamente lo contrario. Resistir para avanzar con creatividad es lo esencial. El acercamiento incondicional o concesionario a los EEUU no aporta absolutamente nada, sino la perspectiva de una agresión militar más cercana. Que la lucidez de nuestra acumulación histórica proteja al gobierno revolucionario de Cuba de dar un paso en falso al respecto. Defender la nueva integración latinoamericana es lo esencial, Charlie. A veces, viajar –desde nuestro socialismo hacia “afuera”-, mucho hace daño al discernimiento político pertinente.

 

El fomento de la confianza mutua pasa, de manera irreversible, por un cambio diametral de política de los EEUU hacia Cuba que ha hecho todo lo humanamente posible por dar elementos de juicio al respecto. Reiterarlo vale como reafirmación, no como posibilidad de confianza mutua sin condiciones.

 

¿Qué acuerdo de lucha antiterrorista se podría viabilizar, si el promotor del terrorismo como herramienta política para su despliegue durante la ocupación imperialista del mundo es el propio EEUU? Si existe terrorismo es porque ellos lo mantienen, y lo practican. Cuba ha sido la víctima de esa política terrorista durante más de medio siglo.

 

No pocos viajan a la Isla, ofrecen declaraciones a la prensa, estimulan el aumento e intensidad de las gestiones de “ambas partes”, pero existe en lo profundo de la fosa de la cultura angloestadounidense la intención de llevarnos a un acuerdo bilateral posible a través de la firma de un TLC de Cuba con los EEUU. Hemos puesto toda la voluntad y todos los muertos durante este medio siglo. El diálogo interno entre cubanos, no puede pasar por ahí. No existe posibilidad humanitaria mutuamente ventajosa, porque las leyes angloestadounidenses (ilegales) contra Cuba aún lo impiden.

 

Y que me disculpen si parezco un “dinosaurio”. Desmantelar una ley contra Cuba por parte de la política angloestadounidense es tremenda “jodienda” porque forma parte de un tejido “histórico” que el grupo de poder WASP impone en ese país desde hace siglos. Sin subvalorar demasiado a Obama, que es un caballito de “Troya”, un negro en EEUU no puede atreverse a tanto; aún si es semantizado como culturalmente y políticamente incoloro. A JFK y a su hermano les pasaron la cuenta. Collin Powell por voz de su esposa denegó ser aspirante a la presidencia de ese país, el sabrá por qué.

 

Todos los modos de exclusión y dominación están intactos en la unipolaridad capitalista, que no es tan efectiva, y no es lo más peligroso del asunto. ¿Tuvo Putin que tumbarle los dos misiles que desde el Mediterráneo, el gobierno angloestadounidense lanzó contra Siria, para que desistiese de intervenir directamente en guerra de agresión a ese país, siguiendo los deseos de Israel?

 

Eso quiere decir que no las tiene todas en la mano; y que debe seguir “apretando” a Cuba, así sea a través de una “smart polític” con estrechón de manos y besitos en la mejilla incluidos. La “libertad en la desigualdad” es un principio que protege a la hegemonía angloestadounidense, un patinazo al respecto y el sistema se caerá sobre su propia mancha de aceite. Solo la presión solidaria internacional propició que nuestros 3 héroes pudiesen salir libres. No podemos caer nuevamente en ingenuidades. La relación con el pueblo estadounidense no es la misma que con su gobierno; y el mismo pueblo de ahí padece “lagunas”, a veces enormes, en su información. Por ahí está el rumbo en la lucha por la liberación de otros hermanos latinoamericanos.

 

Somos nosotros en Cuba quienes no podemos dejarnos engañar con los “mejoramientos” del periodo Obama, que ya se van “secando” en su segundo mandato. Lo que debe esperarse es un recrudecimiento de la guerra económico política contra (mientras nos tiran un palo con una zanahoria en la punta) Venezuela Bolivariana y Ecuador.

 

Ni pensarlo, el presupuesto para los programas de subversión contra Cuba no será dilapidado a favor de la normalización de las relaciones a través de una estrategia real pueblo a pueblo.

 

La variedad posible de cubanos a contactar la define los mismos intereses de la política imperialista de EEUU. Además, ser “disidente” en Cuba, término rocambolesco que ha sustituido al de contrarrevolucionario o gusano en la generalidad de los casos refiere a un modo de vida a costas del dinero que paga la SINA, que es parte del presupuesto yanqui para la subversión en Cuba. Las pugnas por esos cuatro bucks, en Cuba son a muerte entre ellos. La ética y la decencia no existen dentro de esa “disidencia” mercenaria. Ampliar los contactos con personas al margen de esas relaciones tóxicas provocaría un escándalo –en los EEUU-, de proporciones imprevisibles. ¿Saben cuánto han tenido que traicionar, mentir, simular, agredir y ridiculizarse Fariñas y Soler, para recibir su “mesada”? ¿Los actos que han asumido y que los convirtieron en “trapijo” espiritual y humano? Las filas de los disidentes levantan un “muro” contra lo que vaya en dirección inversa a sus intereses. ¡Ahora que están viajando a, y saliendo por los medios imperialistas globales! Decir más de medio siglo después que Batista “era una joyita” es un canto inolvidable a la imbecilidad. A ese tenor está la disposición del gobierno de EEUU. Ni en pintura la ultraderecha de Miami nos quiere ver por allí.

https://www.alainet.org/es/articulo/170859
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