Las mujeres no somos parche

23/06/2015
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La decisión del Plenario Intersindical de Trabajadores - Convención Nacional de Trabajadores (Pit Cnt)  de no contar con mujeres en su secretariado no es más que un emergente de la realidad social uruguaya siglo 21. No debería asombrarnos. Estuvo bien que sucediera para brindar la exacta medida de las cosas sin edulcorantes.

 

Tampoco es solo culpa -como si importara- de los compañeros de la central de trabajadores…y trabajadoras. Somos socialmente víctimas de circunstancias de degeneración cívica estructural que al menos hoy estamos en vías de corregir. O de pensar caminos para cambiar.

 

Es cierto que algunos tienen intereses creados sobre el tema.

 

Sin embargo, no presupongamos la mala fe.

 

Solamente debería espantarnos lo que sucedió, para llevarnos hacia la acción del pensamiento democrático que pregonamos hombres, mujeres, lesbianas y homosexuales progresistas y varias otras personas de diferentes pensamientos políticos.

 

¿Por qué nos cuesta tanto ir del discurso a los hechos en este asunto?

 

“Andá mi amor andá, yo hago los mandados, la comida y me quedo con los nenes. La próxima voy yo”.  Eso si la dama tiene un compañero con todas las letras. Porque si está sola y con hijos maneja sus tiempos y ahí sí, tal vez aparezca un Sistema de Cuidados paliativo.

 

Ese tipo de actitudes colaborativas en el entorno familiar, deberían ser cotidianas para facilitar a las femeninas ocupar espacios de involucramiento, de responsabilidades y liderazgos en diversos ámbitos.

 

Si se quiere, si hay ganas, hay mil maneras para que las oportunidades sean igualitarias en todos los sentidos, también en cuanto a descanso y esparcimiento.

 

Claro que las organizaciones tendrían que observar esta realidad con debilidades de género que son discriminaciones negativas, y hacer algo al respecto. No poner paños tibios al dolor, sino soluciones equilibradas y de fondo. Aunque se reconoce que asumieron el error como tal en el caso citado.

 

Posteriormente y al ver la embarrada, los queridos y necesarios amigos del Pit-Cnt resolvieron integrar a tres mujeres en representación de distintas comisiones.

 

La resolución paliativa fue calificada de “parche” que “resuelve un déficit democrático; por un tiempo lo resuelve” por las autoridades de la gremial. Otra vez tomamos nota del esfuerzo aunque el “pero” sigue y se agiganta.

 

Las mujeres no somos parche ni remiendo como para que nos usen para disimular algo roto, ni cataplasma que aguante los dolores. Tampoco somos cuero para curtirnos como lonja y pegarnos -simbólicamente en este caso- hasta que se les cante por más que saben que aguantamos sosteniendo el ritmo de la sociedad pero desde el castigo del mayor peso, sin estímulo ni reconocimiento a nuestro esfuerzo.

 

Es duro porque son hechos.

 

Sinceramente estamos un poco demás cansaditas del ninguneo.

 

Parche pa que te peguen, para remediar o poder sacarse alguno las ganas de golpear.

 

Para que “los grandes hombres” lleguen a la casa luego de espléndidas arengas sindicales y tengan la rutina del hogar solucionada a costa de la resignación personal de una compañera de vida que seguramente además es asalariada o “trabaja afuera”.

 

Basta.

 

Un poco de vergüenza en la cara.

 

No se acuerden de nosotras; cuenten con nosotras.

 

Existimos.

 

Somos madres, abuelas, hijas, hermanas, compañeras de lucha por un mundo menos injusto. Ya ni más justo decimos.

 

No queremos lo que nos toque sino lo que nos corresponde.

 

Estamos hablando de derechos humanos de las humanas y de la humanidad.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/170586?language=es
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