*Cumbres tienen similares fines de dominio

*Contener a Rusia, para avanzar contra otros

La zanahoria y el garrote. Como el cuento viejo del burro. Temible realidad. La metáfora es por lo que sigue. Pues resulta que este 10 y 11 de junio ha transcurrido la reunión de CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en Bruselas con la Unión Europea (UE); todos los países de América Latina con los del viejo continente. Pero de empalme sucede también la reunión de los magnates del Club Bilderberg, en Telfs-Buchem, Austria, entre los días 11 y 14 de junio.

La primera es de promesas; la segunda de atropellos. El plan de aquella es defender los principios engañosos de siempre. Los objetivos de la segunda están puestos en delinear la estrategia del dominio y el control con las nuevas herramientas. Suena a que la realización de ambas cumbres es para camuflarse mejor. Esconder a los segundos del escándalo mediático con los primeros. Pero hay que estar atentos.

Descuidar los fines de ambas reuniones es dejarse llevar por sus escondrijos y sus propias trampas. Por esa suerte de espejismo, la política del garrote y la zanahoria, que tantos frutos le ha dado a Estados Unidos en Latinoamérica hasta que se le cayó la máscara. Pues resulta que en el fondo se trata de la misma imposición: el uso de la fuerza de los más desarrollados contra los frágiles. Los jodidos, por la culpa de aquellos, por la explotación de los pobres orquestada por los desarrollados a costa de los explotados por sus políticas rapaces.

La primera, CELAC-UE, se presenta como latinoamericana; la segunda, cumbre Bilderberg, es global. Son los colonizadores contra los colonizados; los primeros: la peor amenaza para la humanidad. La amenaza de los magnates es global, salvo lo que signifiquen para ellos los BRICS.

La reunión de Bruselas, entre europeos, latinoamericanos y caribeños, ha sido para “fortalecer las relaciones entre ambas regiones”. Cumbre para la cooperación y el diálogo, bajo el lema: “modelar nuestro futuro común: trabajar por unas sociedades prósperas, cohesivas y sostenibles para nuestros ciudadanos”. La zanahoria de siempre. La cumbre fomentará la identidad y los valores compartidos entre Europa, América Latina y el Caribe. “Una oportunidad para profundizar en el diálogo político sobre las iniciativas orientadas a los ciudadanos en relación con la innovación para el crecimiento sostenible, la educación, la seguridad y el cambio climático” (bla, bla). Discutir cuestiones “birregionales y mundiales” es el pretexto. En realidad lo que la vieja UE requiere es seguir las mismas políticas de explotación de los recursos naturales de los pueblos allende el Atlántico.

Los inversionistas necesitan mercados de dónde sacar las mayores ganancias. De dónde extraer los mejores productos y seguir explotando las reservas naturales. Qué mano de obra seguir explotando y a quienes sacrificar en caso necesario. Los pobres se defienden menos. América Latina está disponible siempre. Esa es la mentalidad del conquistador occidental. Pero se equivoca desde que, además de la CELAC, están la UNASUR, el ALBA, el Banco del Sur y, con otros países, los BRICS y su Banco de Desarrollo. La alternativa que ha multipolarizado la aldea global otrora presuntamente unipolar. América Latina levanta la cabeza con la unidad bolivariana; así les apeste Chávez a muchos, porque las iniciativas son venezolanas.

Es más, si cabe aclarar, Venezuela está desplazando a México en los roles latinoamericanistas. Y mejor aún, porque Venezuela apoya a otros países en los hechos. Claro que México cumplió un papel solidario desde su política exterior en otros tiempos; Venezuela lo está haciendo ahora pero desde la geopolítica. Con todo está iniciando y aprendiendo. En pocas palabras, Venezuela hace más que México en su momento por la unidad latinoamericana. Con los nuevos roles, por los nuevos retos puestos enfrente por el imperio gringo.

Pero los ricos también lloran, aunque ahora están de fiesta. El aquelarre sucede en Austria. Ahí llegan la crema y nata. Los que sostienen el garrote a dos manos. Es la 63 conferencia Bilderberg, a donde llegan entre 120 y 150 integrantes de 22 países. Hay líderes políticos, industriales, de las finanzas, académicos y de medios. Ahí definen qué hacer con: la “inteligencia artificial, la seguridad cibernética, la amenaza de las armas químicas, la estrategia europea, la globalización; Grecia, Irán, Medio Oriente, OTAN, Rusia, terrorismo, Reino Unido, EU, elecciones en EU”. Los temas de momento que preocupan y ocupan a los ricos. Es la agenda 2015. Al final dos cumbres con un mismo fin: incentivar los mecanismos del dominio y el control.

Por supuesto que a la elite Bilderberg le interesa determinar cómo aterrizar los asuntos para su propio “bienestar”, que se consiguen con estrategias de guerra en otros lados; en los bueyes del compadre. Pero además: robots para el combate, espionaje contra los ciudadanos, muerte por armas químicas; cómo seguir amenazando desde Europa a Rusia, los planes de la OTAN; qué hacer con Grecia, contra Irán y el Medio Oriente; pero si ¡para eso está el terrorismo!: para ocupar países mediante el crimen y el miedo, para apoderarse de los recursos ajenos. La apuesta es contener a Rusia —por eso el conflicto en Ucrania seguirá—, en tanto se avanza contra el resto bajo escenarios de guerra como en Irak, Siria, Yemen; es decir, bajo el pretexto del islamismo antioccidental se atiza un terrorismo jihadista.

También les ocupa hacer algo para salvar al Reino Unido, como decidir si se tiene que abandonar la Unión Europea; qué con el imperio gringo en decadencia (claro que no lo dicen, pero se ocupan del relevo presidencial). O continuarán las políticas de salvación de los grandes bancos. Porque el bienestar se consigue con dinero y el dinero con el crimen y el hurto de los bienes de terceros. Se trata, oficialmente claro, de “discusiones informales sobre los temas importantes que enfrenta el mundo.”

Secrecía total. Nadie sabe, nadie supo la identidad de los participantes, ningún nombre se revela. Encerrados a piedra y lodo, deciden qué hacer con el mundo. Aun y cuando no hay resoluciones, no se vota ni hay declaraciones, así se encuentren representantes de medios de comunicación. Finalmente, hay que decir que el Club Bilderberg es una amenaza para el mundo. Pretende no solo espiar a cualquier persona, hacerse del control social. Atentar contra la identidad de las personas, aprovechando el tiempo que se emplea frente al computador, o desde la comodidad de los dispositivos inteligentes.

Aparte que para eso están las redes sociales, para saber quién hace qué cosa. Convertir el mundo real en un mundo virtual y manejable, controlable. Para eso sirve la industria de la inteligencia artificial, el mundo de las guerras. El Club Bilderberg quiere controlar a la población mundial. Para eso se reúne año con año desde que surgió en 1954. La lista de participantes es grande. (Se puede consultar en el sitio www.bilderbergmeetings.org.). Dos cumbres con un mismo fin. EU-CELAC & Bilderberg. Camuflado mediante la política de la zanahoria y el garrote aplicada.

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