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Algo no cuadra todavía. Mucho menos tratándose de la Agencia de Central de Inteligencia (CIA) y relativo al tan desaseado asunto de la “guerra contra el terrorismo” y, todavía peor, el origen fincado en el derrumbe de las Torres Gemelas aquel 11 de septiembre de 2001, durante la administración Bush.

¿Tiene que cuadrar? Pues se supone que debe prevalecer la verdad “científica” por encima de cualquier especulación impropia. Pero entonces, ¿acaso ya cuadró lo referente a la versión del gobierno de George W. Bush, en su momento, que los terroristas de Al Qaeda, comandados por Osama bin Laden, orquestaron los atentados de Nueva York, el “edificio 7” (que se cayó solito) y el misilazo (¡perdón el estallido de un avión!) al edificio del Pentágono?

¿O es verdad que fueron autoatentados, todo a la vez que las pruebas periciales de no pocos laboratorios, especialistas en explosiones y en demoliciones, químicos y metalúrgicos, laboratoristas, etcétera, han dicho que todo apunta hacia allá? Nada raro.

Ya se sabe, y eso al parecer casi nadie lo cuestiona, que Sadam Husein no tuvo que ver con esos atentados, como se le endilgó de inmediato. Mucho menos que Irak poseía armas de destrucción masiva, para constituirse en un arma potencial que alimentara a los terroristas con la finalidad de otro presunto ataque a EE.UU.

Lo que también se sabe, y de eso no hay duda alguna, que el gabinete de Bush, el compuesto por los halcones D. Cheney, C. Powell, D. Rumsfeld, G. Tenet y C. Rice, el vicepresidente, el secretario de Estado, el Secretario de Defensa, el Director de la CIA y la Consejera de Seguridad Nacional, respectivamente, hizo hasta lo increíble por asegurar que Husein era protector de terroristas para justificar la invasión y apoderarse de la segunda reserva petrolera de Oriente Medio.

Como tampoco hay duda de que bin Laden había sido un terrorista aliado (también socio de los Bush en algunos negocios) de Washington en los tiempos de la invasión soviética a Afganistán; preparado militarmente, armado y apoyado con todo por la CIA para expulsar a los soldados soviéticos del país.

Luego entonces, no probada su responsabilidad ¿o sí? de que bin Laden haya orquestado los atentados porque más parecen autoatentados, los de las Torres Gemelas; probado que la guerra contra Sadam fue por la apropiación de los pozos petroleros, ¿realmente fue el en su momento “enemigo público número 1 de Estados Unidos”, bin Laden el hombre que cazado el comando de fuerzas especiales del ejército de EU en Pakistán, aquel 1 de mayo de 2011 en Abbottabad?

Puede ser. Porque también EU desecha lo que no le sirve y asesina aquellos otrora gobernantes serviles. De esos ejemplos hay muchos. Pudo ser bin Laden. Pero también puede ser que no. Por lo menos hay quienes aseguran que, aún y cuando fuera cierta, la operación de inteligencia del equipo especial que se presume asesinó a bin Laden fue compartida entre estadounidenses y paquistaníes. No solo de EU, como se dijo.

Bueno, sea cierto o no —al menos EU convence poco— el asunto resurge porque apenas este día 20 de mayo la oficina del Director de Inteligencia Nacional ha publicado información, luego de un riguroso escrutinio, de alguna documentación que poseía bin Laden en el suburbio en donde fue presuntamente muerto. (Ver: http://www.dni.gov/index.php/resources/bin-laden-bookshelf?start=1 ).

Algunos libros, también de dudosa confirmación que fueran presuntamente ubicados en la librería de bin Laden, esperamos no sean utilizados con otros fines. Como señalar que se trata de propaganda, contrarios a los intereses estadounidenses. Porque EU ve “enemigos” aún en donde no los hay. O se los imagina y los crea cuando así convine a sus intereses. Porque el decadente imperio le teme a todo lo que se mueve como país perdedor. Por ello tiende hacia el totalitarismo adentro, luego de tanto ensayo en el exterior. Porque el unilateralismo se le terminó y, peor aún, está cosechando una credibilidad nula.

Tanto pretexto, muchos de “falsa bandera”, para llevar la guerra a otros países. Eso sí, seguramente Washington sabe que se cosecha la siembra. Lo dice uno de los autores, Michael Scheuer —un americano ex oficial de la CIA, historiador y analista político— de los “leídos” por Osama bin Laden donde ubicaron su libro Arrogancia imperial: USA se crea sus propios enemigos debido a su política exterior controlada por diversos lobbies como el lobby sionista, que ambiciona el petróleo de países musulmanes ubicados en Oriente Medio.

“El autor cuestiona la suposición común de que el terrorismo es la amenaza a la que Estados Unidos se enfrenta en la era moderna, con el argumento, más bien, que la insurgencia islamista (y no el ‘terrorismo’) es el centro del conflicto entre los EEUU y las fuerzas islamistas, que en lugares como Cachemira, Xinjiang y Chechenia, ‘no están luchando sólo por la independencia, sino contra la barbarie institucionalizada’.

“Scheuer sirvió a la CIA durante 22 años antes de dimitir en 2004. Fue jefe de la unidad de Osama bin Laden en el Centro Contraterrorista de 1996 hasta 1999. Se desempeñó como Asesor Jefe de la Unidad Bin Laden desde septiembre de 2001 noviembre 2004. Él, ahora se sabe, ha sido el autor anónimo del libro de 2004 el Imperial Hurbis: ¿Por qué Occidente está perdiendo la guerra contra el terrorismo? Y los primeros trabajos anónimos: ‘A través de los ojos de nuestros enemigos: Osama bin Laden, el Islam Radical y el futuro de América. Después de la publicación de sus libros en el anonimato, estos han sido asociados con el nombre, fue mencionado en una declaración de Osama bin Laden, el 07 de septiembre 2007. De acuerdo con bin Laden: Si quieres entender lo que está pasando y si le gustaría conocer a algunas de las razones de su guerra perdida contara nosotros, debe leer el libro de Michael Schauer, pues aclara las dudas en este sentido’”.

Un ejemplo, porque otros autores fueron encontrados también, como: Willard Matthias, Michel Chossudovsky, John Perkins, Noam Chomsky, Bob Woodward, etcétera, que tienen mucho que decir de la guerra contra el terrorismo orquestada desde la administración Bush Jr. de EU. Pero ni eso asegura que Laden esté muerto.

Correo: sgonzalez@reportemexico.com.mx