Especulación en el mercado del cobre

09/05/2015
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Foto: Wikipedia natcopper   wikipedia
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El precio de los futuros del cobre ha disminuido 35% desde febrero del 2011 luego de haber presenciado un boom similar al del resto de las materias primas en la primera década del Siglo XXI. La explicación universal es que es la “recesión china”. No hay una “recesión china” y más bien se atraviesa por un estancamiento con deflación en Europa, Estados Unidos y Japón, por lo que quizás haya que mirar en otra parte para comprender. Las explicaciones de la caída de los precios no tienen soporte estadístico que las respalde en un análisis de oferta y demanda lo que indica que la explicación está en el factor especulativo de los mercados financieros.

 

El metal posee valiosas características para la producción industrial: sobresaliente conductividad eléctrica, reutilización ilimitada sin pérdida de atributos y perfeccionamiento de sus características mecánicas al mezclarse con otros metales. En consecuencia, es natural su uso generalizado en variedad de industrias como la eléctrica, electrónica, comunicación, construcción, transporte, equipo industrial y productos de consumo general. De ahí la denominación “indicador líder de la economía global” hecha por The Guardian.

Hay dos tendencias en el precio del futuro del cobre para el periodo que va del 2000 a 2014: desde inicio del Siglo XXI hasta Febrero de 2011 la recta es ascendente y el valor de mercado se quintuplicó de 1,853 a 9,882 dólares por tonelada (d/t). A partir de ése mes, y hasta diciembre de 2014, ha caído en cerca del 40% para marcar los 6,376 d/t. ¿A qué se debe tan abrupto cambio de tendencia?

 

 

Para explicar el auge del cobre, en el caso de la oferta y demanda, se habló de un consumo liderado por China y las economías en desarrollo incapaz de ser cubierto por los países productores, así como de un favorable ritmo de crecimiento económico mundial. Sobre el mercado bursátil, únicamente se refirió a una depreciación del dólar.

 

La tendencia decreciente del precio comenzada en 2011 se argumentó a la inversa: demanda pausada de los países emergentes, oferta mundial con señales favorables, economía internacional estancada, apreciación del dólar e incidencia superflua del vínculo entre la política monetaria de la FED (por sus siglas en inglés) y el precio del metal.

 

Lo interesante es que la oferta y la demanda mundial de cobre refinado siguen el mismo patrón ascendente iniciado en el año 2000, con la salvedad del cambio de importancia entre los países. Tomando en cuenta que, para el caso de la producción, el aporte de Japón (Jp) y Rusia (Ru) permaneció fijo y que la oferta tanto estadounidense (US) como chilena (CHL) fueron acotadas, es evidente que el alza en el mundo se explica por el crecimiento de la producción del resto del mundo en 35% y, aún más importante, la cuadruplicación de la oferta china (CHN). Respecto al consumo agregado se advierte una baja en Europa (Eu), US y Jp; volatilidad en el resto del mundo y, sorpresivamente, la quintuplicación de la demanda de China que, tan sólo de 2008 a 2014, pasó de 5,202 a 9,850 miles de toneladas a pesar de la caída de su PIB de 14% a 8%.

 

Si la producción y el consumo internacional de cobre siguen al alza en medio del enfriamiento de la economía mundial (2008-2014), y si continúa ampliándose el diferencial entre importaciones y exportaciones de cobre para el caso de China, busquemos la lógica del precio en la especulación del mercado financiero.

 

El primer gráfico muestra que a partir de la relajación monetaria emprendida por la FED en 2008 tuvo lugar un nexo inverso entre el precio del mineral y la tasa de interés de los fondos federales estadounidenses: bajo un entorno de crisis económica que hizo titubear a EU y al resto de las naciones globalizadas, los agentes financieros no dudaron en diversificar sus portafolios de inversión sustituyendo bonos gubernamentales por activos financieros sustentados en materias primas. Si tal decisión de política monetaria sirvió para elevar el valor del cobre, entonces la venta de acciones especulativas y el nivel de inventarios tuvieron el efecto contrario.

 

Fuente: retomado del “Trade and Development Report, 2011” de la UNCTAD.

 

Distinguiendo entre los agentes que tienen interés real en la producción física del cobre, llámese Productores, Comerciantes, Procesadores y Usuarios (PMPU, en inglés), y aquellos cuyo atractivo reside en las ganancias de la especulación (Money managers, en lenguaje anglosajón), es posible corroborar la financiarización del metal: la imagen anterior evidencia como de junio del 2006 a Febrero del 2011 el precio sigue la lógica del mercado financiero y no así las señales del mercado físico. En consecuencia, bien se puede asociar la retirada de inversiones de commodities de abril del 2011 (valuada en 28 billones de dólares), la venta de activos financieros de mayo del 2012 (cercana a los 8.2 billones de dólares), la cesión de derivados sustentados en materias primas de abril del 2013 (cuantificado en 27 billones de dólares) y la transacción de posiciones especulativas en marzo del 2014, con la disminución en el precio del cobre.

 

De manera complementaria, los inventarios de cobre refinado señalan que a partir del año 2004, y a excepción de 2007, 2009 y 2010, su vínculo con el precio del mineral es directo: se reducen los inventarios para disminuir el valor del commodity y a la inversa.

 

Todo parece indicar que la venta especulativa de futuros del cobre, la manipulación de los inventarios y la tasa de interés de los fondos federales de EU tienen más incidencia que los fundamentales de la economía en la caída en el precio del cobre. Como resultado, parece conveniente adoptar la agenda de reformas que promociona la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, en inglés): mayor transparencia en los mercados físicos de commodities, información más precisa sobre la naturaleza de los contratos de derivados cimentados en materias primas, regulación y gravámenes sobre los agentes que incursionan en los mercados financieros y, finalmente, jurisdicción de los gobiernos para incidir en los mercados con miras a evitar colapsos de precios.

 

Ciudad Universitaria, 5 de mayo de 2015

 

- Oscar Ugarteche es economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org

 

- L. David Segovia Villeda es miembro del proyecto OBELA, IIEc-UNAM.

https://www.alainet.org/es/articulo/169506?language=es

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