Algunas repercusiones de la VII Cumbre de las Américas en Panamá

15/04/2015
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Acaba de concluir la VII Cumbre de las Américas y la novedad es que por primera vez (gracias a las exigencias y condicionamiento de otras naciones) participa Cuba.

 

Aún cuando no se consiguió una declaración final como en la anterior cumbre, resulta relevante que América Latina y el Caribe -como bloque- hayan podido reafirmar sus acuerdos y principios básicos de soberanía, ratificando su decisión de declarar a esta región como territorio de paz, el pronunciamiento por el respeto a las soberanías de las naciones y la oposición total a la injerencia en los asuntos internos de otros estados, dejando sentado que esta región ha dejado de ser el patio trasero del país del norte.

 

En los discursos de los mandatarios presentes se resignificó con importante retórica la disputa por la historia de este hemisferio, cubierto de injusticias por las injerencias de los poderes imperialistas.

 

Los temas trascendentales que marcaron esta cumbre fueron el pedido de derogación de la orden ejecutiva firmada por Obama el 9 de marzo del 2015 donde declara a Venezuela como amenaza inusual y extraordinaria; el levantamiento y fin del bloqueo criminal de más de 50 años en contra de Cuba; la soberanía de las Malvinas en medio del espionaje británico al gobierno argentino; las declaraciones de desmilitarización de la región con  el levantamiento de  las bases militares; la paz en Colombia; la problemática de los inmigrantes; el  narcotráfico  como negocio financiero (lavado de dinero) y como operador de la desarticulación de los estados.

 

También esta cumbre evidencia lo que venimos señalando desde hace tiempo sobre la debilidad hegemónica de EEUU como estado-nación-potencia y su incapacidad para imponer y ordenar a otras naciones. Esto producto de la emergencia de nuevos actores como las corporaciones trasnacionales globales y estados emergentes que se integran en bloques y se transforman en nuevos polos de poder. Además, por la puja al interior de EE.UU. con la disputa entre fracciones e intereses de distintos proyectos estratégicos, con discrepancias en la política exterior (acercamiento a Cuba e Irán) por un lado los Demócratas Globales del nuevo imperialismo y por otro los Republicanos del Pentágono neocons-sionistas del viejo imperialismo. Obama luego de la cumbre pidió al congreso de EE.UU. (con mayoría de republicanos) que retiren a Cuba de la lista de los estados patrocinadores del terrorismo.  

 

Esta cumbre nos muestra las ventajas de actuar como bloque de integración regional, para poder pararnos como un gran estado continental, para transformarnos en un polo de poder en el marco del multipolarismo mundial, para poder resolver también los problemas estructurales de Nuestra América como la concentración económica, la dependencia financiera, tecnológica y de diversificación productiva y poder recorrer el camino hacia la profundización de los proyectos de inclusión y distribución para las grandes mayorías. El único camino para lograr ese objetivo es la construcción, por los sectores del pueblo, de una gran fuerza social para que emerja una nueva correlación de fuerzas que tenga como espacio-territorio la Unidad Latinoamericana y Caribeña.

 

14 de abril 2015

 

Carlos Rang

Especialista en Estudios Latinoamericanos. Docente de Estudio de la Realidad Nacional, Universidad Nacional de Río Cuarto.

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/168966?language=en
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