Economía para “necios”

31/03/2015
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 mujeres con alimentos small
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En una elección, el estómago vota. Eso es lo que hicieron en Grecia, frente al programa de austeridad, impuesto por la troika (Banco Central, Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional). En México, estamos empecinados en seguir por la ruta neoliberal, no obstante su evidente fracaso a lo largo de más de 30 años, y que va su sexto sexenio, encaminándose a lo peor.

 

La situación cobra tintes de tragedia, porque el modelo es impuesto desde afuera y donde, en consecuencia, los intereses de afuera dominan sobre los intereses sociales. Producto de lo anterior, es el abandono del campo, esto es, de la producción campesina, con el resultado de que importamos más de la mitad de nuestra comida, que con la devaluación del peso, nos sale más cara.

 

Tres notas de una misma edición del periódico (La Jornada, 22 de marzo de 2015), nos dan cuenta de la dimensión social de la crisis. En una misma página: “Si no fuera por el desayuno escolar muchos niños atenderían clases con el estómago vacío”, y “explotación, en las mismas condiciones que en el Porfiriato”. Es el complemento, como hace más de un siglo, del clima de represión selectiva, al acallar las voces críticas y contestatarias.

 

La tercera nota se refiere a que “los trabajadores utilizan el crédito de Fonacot  para comprar comida”. Lo anterior nos habla del deterioro de sus ingresos, es decir, de suprecariedad, cuando el Fondo para el Consumo de los Trabajadores, se utiliza, para adquirir productos básicos y no sólo secundarios (por ejemplo, electrodomésticos), con el fin de ampliar el mercado interno.

 

1. “No se puede encarar los embates externos a través de políticas monetarias y fiscales restrictivas, debido a que ello contrae la actividad económica, así como el empleo, el ingreso de empresas e individuos, lo que recrudece los problemas de insolvencia, restringe los créditos, como la inversión y el consumo, y configura un contexto de recesión económica”.

 

2. “El problema se agudiza por la pérdida de manejo soberano de la política económica, que le impide instrumentar políticas anti-cíclicas para dinamizar el mercado interno y retomar el crecimiento de sus economías. Es decir, no puede bajar las tasas de interés, ni incrementar el gasto público, ni tener políticas de empleo, ni incremento salarial, ni política industrial, ni política agrícola, para encaminarnos a un crecimiento más endógeno (hacia dentro, orientado a las necesidades sociales y no, como hoy, a las necesidades del capital transnacional), más equitativo y menos vulnerable al exterior. No se tienen perspectivas de crecimiento al seguir las mismas políticas económicas causantes del bajo crecimiento que viene arrastrando la economía desde 1982 a la fecha”.

 

3. “De seguir con las mismas políticas que han frenado la dinámica económica, aumentado el subempleo y la economía informal, la desigualdad del ingreso, y la vulnerabilidad de la economía respecto al comportamiento de las variables externas, no se tiene ninguna viabilidad de salir de tales problemas, sino que la economía seguirá profundizándose en el subdesarrollo, en la marginalidad creciente, en la mayor desigualdad y extranjerización”.

 

El anterior diagnóstico es de Artuto Huerta, de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM. Léase su nota: “Otra vez el nulo crecimiento” (Revista Revueltas, de Marzo de 2015).

 

Aunque el Banco de México admite que la economía mexicana se ha comportado de una manera “un tanto débil”, lo achaca, como siempre, más a factores externos que a internos, es decir, excluye de su análisis el manejo neoliberal de la política económica y, a pesar del desastre que ha tenido desde diciembre de 1982, se empecina en asegurar que “vamos por el rumbo correcto”. De seguir en la necedad, no saldremos del hoyanco.


 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/168579?language=es

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