Obama contra Venezuela: ¿es posible una “normalización” de relaciones con EE.UU.?

18/03/2015
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La Orden Ejecutiva de Obama contra Venezuela es el clímax del cerco político que el poder gringo le ha impuesto a la Revolución Bolivariana. Es el fin de la vía diplomática. Preámbulo del uso de la fuerza en forma directa o por mampuesto.  

 

Barack Obama, ya de ida, preso de su fracaso, en plena decadencia de la figura presidencial, opta por firmar papeles dudosos que le deja “la mano invisible” sobre su escritorio.

 

El juego geopolítico por reinstaurar la hegemonía yanqui, que pasa por la manipulación del mercado petrolero para golpear las economías rusa, iraní y venezolana, exige de Washington retomar su histórico belicismo regional, en una América Mestiza que ya no le es sumisa.

 

Porque el imperialismo estadounidense no “entiende” otra forma de relacionarse con quienes considera inferiores, que no sea la sumisión y la dependencia. Por eso la Venezuela chavista es una “amenaza” para el sistema gringo.

 

La lógica plasmada en la Orden Ejecutiva de Obama, que cuenta con el aval de la mafia mediática mundial y la complicidad -explicita o taimada- de la oposición criolla, es una loa de la anti-ética, un canto agorero al sadismo imperialista contra el derecho internacional y los principios fundacionales de Naciones Unidas, los cuales se basan en el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la preeminencia de la paz.

 

No vale la pena entrar en detalles del odioso “decreto”, porque causa nausea la alusión falaz y poco creativa a los derechos humanos y la corrupción, hecho doblemente cínico viniendo del monstruo insaciable de sangre y saqueos.

 

Vista la historia de invasiones, complots, conspiraciones, deslealtades y prepotencias de los Estados Unidos contra Nuestra América, cabe la pregunta: ¿Qué significa “normalizar” las relaciones con ese país?

 

Para ellos lo “normal” es que les permitamos saquear nuestros recursos naturales, que tengamos gobiernos serviles a sus intereses, que traguemos su basura cultural como hamburguesas de carne falsa. Esa “normalidad” apesta.

 

No se puede tener relaciones “normales” con una aberración.

 

El Gobierno Bolivariano, con Nicolás Maduro al frente, ha ganado en unidad del pueblo y apoyo de nuestros hermanos continentales. Sin embargo, hay que estar vigilantes de algunos vecinos monroistas y de los “burros de Troya”.

 

En lo interno, debemos dar pasos firmes en la defensa estratégica de la patria, hay que armarse hasta los dientes, movilizar toda la reserva y asimilar rápidamente el voluntariado que estamos prestos a asumir tareas militares.

 

Por los momentos, para no dejar de ser audaces ante un enemigo tan estercóreo, y ante la escases de papel sanitario que padecemos, según dicen en Miami, agradeceríamos al pobre Obama nos enviase varios miles de ejemplares de su “decreto”, seguro le daríamos muy buen uso, amigos de USA.

 

 Yldefonso Finol

Constituyente de 1999

https://www.alainet.org/es/articulo/168300?language=es
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