Promesas contra la violencia doméstica

15/01/2015
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Dura realidad de nuestra sociedad que hiere colectivamente al punto que cuesta a veces reconocer la existencia del problema. Son necesarios todos los esfuerzos para revertir situaciones de violencia doméstica y éste es uno muy especial; plantado en el gran escenario de una fiesta de Carnaval hecha por y para chicos, población víctima de las más vulnerables en estos casos.

 
Hace algunos años no sabemos lo que son vacaciones de enero porque nuestra hija adolescente sale en Carnaval de las Promesas. Este año estuvo en Vértigo que pertenece al rubro “revistas”.
 
En esas conversaciones de espera antes de los dictámenes del jurado, Naomi Kronberg y sus catorce maduros años nos decía: “…por fuera de los premios, somos la única revista que plantea un tema de la realidad. Está todo bien la fantasía pero esto es una denuncia, algo que nos moviliza y nos destroza a todos cuando pasa. Está re bueno que se hable de violencia doméstica en un concurso artístico de la infancia y la juventud, y que lo hagamos nosotros, los más impotentes. Nunca hablan los chicos cuando hay estos problemas adentro de la casa. Nunca los escuchamos…”
 
Nos dejó “de cara”.
 
Lo que hizo como protagonista de la obra la movilizó y eso es maravillosamente útil, para ella y para su entorno.
 
Son necesarios todos los esfuerzos para combatir la violencia intra familiar y éste es uno y muy especial, plantado en el gran escenario de una fiesta hecha por y para chicos, cuestionando una situación actual, jodida y tanto que hasta es dolorosa de plantear.
 
Lo hacen con una presentación hermosa y con alto grado de sensibilidad y sensibilización, poniendo a reflexionar a actores y espectadores, más allá de si están bien cubiertos los rubros de puntuación o no.
 
Esta tarea eminentemente grupal, tiene entre todos sus méritos, la impronta de haber tocado tal aspecto neurálgico de la vida con drama y con alegría; milagro sólo posible desde el Carnaval de las Promesas. Logró su cometido y permanecerá seguramente en la mejor historia del Ramón Collazo, con el visionario estilo de que se puede luchar por el bienestar de la población, transformando la “Rebeldía” (así se llama el espectáculo) ante el sufrimiento, en energía artística protagonizada por niños, niñas y adolescentes.
 
Un trabajo admirable que merece perdurar en el tiempo.
 
Vértigo 2015 es un mensaje de paz intemporal y necesario. Una invitación al disfrute espectacular, en tanto pensamos en ser mejores personas por el futuro y por el hoy de nuestro Uruguay.
 
Gracias por el arte y por no perdonar lo imperdonable.
 
Eduardo Outerelo (libretista): “Agradezco a Angel Duarte y a todo el equipo de Vértigo haber permitido tocar este tema, que molesta, que no quiere ser oído, ni visto, que queremos olvidar, pero que es necesario... Donde al final la esperanza renace para regresar siempre con alas nuevas para pintar.”
 
Valentina Duarte (integrante) "El espectáculo de Vértigo fue hecho para ser oído, no se trata solo de un concurso sino de darle una voz a los que no pueden hablar y a los muchos que quieren ser oídos."
 
https://www.alainet.org/es/articulo/166817
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