¿Quiénes no somos?: la macabra sonrisa del humor

13/01/2015
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Los slogans asumidos, en torno al ataque a la revista parisina Charlie Hebdo el pasado 7 de enero, fueron “Yo soy Charlie, soy policía, soy árabe, soy judío, soy francés”. Debido a las caricaturas alusivas al profeta Mahoma, expuestas en la revista, miembros de Al-Queda atacaron sus instalaciones. El ataque se extendió al día lunes 12 de enero del 2015 en donde el periódico alemán Hamburger Morgenpost fue atacado por reproducir las satíricas viñetas alusivas al profeta islámico.[1]Este antiguo estilo de irreverente humor periodístico, no fue el primero en su género cometido por Charlie Hebdo, recordamos los atentados en Dinamarca del 2006 debido a la publicación de viñetas exhibidas en el periódico danés Jyllands-Posten en septiembre de 2005. En esta oportunidad se vistió al profeta musulmán de un turbante-bomba con la mecha encendida, Charlie Hebdo respaldó dicha publicación. De igual forma, fue en el 2012 cuando se exhibió la película La Inocencia de los Musulmanes dirigida porNakoula Basseley Nakoula (egipcio-estadounidense copto cristiano) sufriendo como consecuencia una serie de atentados entre ellos a la embajada estadounidense en Bengasi (Libia) donde resultaron muertos cuatro personas. En esta oportunidad fue la misma revista quien asumió la controversial y satírica campaña “humorística” anti Islam todo esto bajo la dirección de su ex director Stephane Charbonnier (Charb).

 
El extinto director Charb señaló el 2012: “En Francia, siempre tenemos el derecho de escribir y dibujar. Y si algunas personas no están contentas con esto, nos pueden demandar y podemos defendernos. Eso es la democracia. Usted no tira bombas, discute, debate. Pero no actuamos violentamente. Hay que ponerse de pie y resistir la presión de los extremistas”. [2] En otro manifiesto sostuvo: “Mahoma no es sagrado para mí”… “Yo no culpo a los musulmanes por no reírse de nuestros dibujos. Yo vivo bajo la ley francesa. Yo no vivo bajo la ley del Corán”. De la misma forma, Laurent Leger, reportero sobreviviente del último ataque, mantuvo la acérrima defensa al uso del humor como instrumento de confrontación religiosa-política-ideológica: “El objetivo es reírse, queremos reírnos de los extremistas. Pueden ser extremistas musulmanes, judíos, católicos. Todo el mundo puede ser religioso, pero los pensamientos y actos extremistas no los podemos aceptar”. Craso error, como en todo movimiento religioso existen diversidades de fracciones, una de estas considera los ataques como “las consecuencias de la persistencia en la blasfemia contra santidades musulmanas”.[3]
 
El 2011 la revista Charlie Hebdo presentaron vía internet un número especial dedicado a la victoria de los islamistas moderados en las elecciones en Túnez, ex colonia francesa. Como consecuencia de la batería humorística anti Islam que presentaron fueron objeto ataques. La burla en lo concerniente a la poligamia, la ausencia de intereses bancarios y la imposición del Corán como norma de vida fue objeto de sarcasmo entendido por el mundo islámico como ofensa y agravio. En la portada de dicho numero la caricatura de Mahoma señalaba: “Cien latigazos si no estáis muertos de risa”. [4]
 
A la luz de estos y otros eventos - de “intolerancia” cultural - nos colocamos frente a la tan delicada complejidad de las relaciones interculturales y de cuan siniestro puede ser valerse – premeditamente - de tal diversidad con fines bélicos en donde –al final de cuentas– son un grupo de corporaciones armamentísticas-petroleras quienes facturen lucrativamente a la sombra de este satírico humor institucionalizado.
 
¿Quiénes lucran con toda esta millonaria campaña policiaca? ¿Quiénes lucran en esta cruenta confrontación xenofóbica de índole religiosa? ¿Por qué la prensa internacional, las Naciones Unidas, CNN o FOX no pusieron el grito en los cielos cuando el pasado 11 de enero el edificio sede del periódico ‘Slavianka’ en Járkiv, Ucrania sufrió un severo atentado ocasionado por las explosiones de cócteles molotov?[5] ¿En este caso no existió violación a la libertad de prensa y democracia? Tal como hoy se preguntó el periodista austríaco Von Marco Maier: “¿Valen la seguridad y las vidas de estos periodistas menos que las de ‘Charlie Hebdo’?”, “Somos Charlie, pero ¿somos también ‘Slavianka’?” [6] o en medio de tantas disyuntivas sería mejor preguntarnos ¿Quiénes no somos? Pregunta desde donde podríamos deslindar con la ola de odio, represión y especulación de las diferencias como punto de desencuentro y no de convergencia. ¿Quienes ganan con la especulación del odio? ¿Quiénes ganan con la discriminación e intolerancia cultural bajo pretexto de “libertad de expresión”? ¿Son los valores de la democracia aquellos que se defienden o las arcas del petróleo? 
 
En palabras de Atilio Borón: “Esos son cuentos de niños, o para consumo de los espíritus neocolonizados y de la prensa títere del imperio para disimular lo inconfesable: el saqueo petrolero.”[7] A todo esto y como si la tragedia de Paris, el inminente peligro en el cual se ubica la paz mundial y la aterradora escala xenofóbica fuere poco, Hollywood se prestó una vez más para hacer de la fiesta del arte en pantalla una trinchera ideológica en la cual se podría definir el próximo objetivo de la inversión armamentística de Washington y sus aliados. Todo esto a partir de un antiguo sentido del humor en donde la ofensa, la ignominia y vergüenza ajena juegan un papel de suma importancia en el plano de relaciones multilaterales. Investigadores del humor en los medios de comunicación sostienen que la risa es el acto inherente a todo ser humano no contemplado en convención de Derechos Humanos alguna.
 
De ser así, ¿hasta qué punto este derecho podría violar el respeto del derecho ajeno, en suma, puede ser una perspectiva del derecho, como la risa o el humor, absolutizada independiente de la diversidad cultural en la cual convivimos cotidianamente? Seguramente existen diferencias culturales irreconciliables; la ideología de la homogeneidad globalizada solo transita los caminos económicos financieros y las diferencias son exacerbadas como preludio bélico y muchos de nosotros nos prestamos ingenuamente en tales objetivos.
 
No son buenos caminos abordar problemática de índole socio-político-cultural con herramientas militares, no se puede responder con armas diferencias ideológicas. ¿Que podríamos pretender solucionar valiéndonos de la burla y afrenta como “método de negociación”? El equipo editor de tan millonario programa como el Globo de Oro sabe perfectamente cuáles serán las posibles reacciones de los países aludidos, como lo fue Corea del Norte, así como saben perfectamente el alto costo social que la estrategia de provocaciones podría ocasionar. Impávidos asistimos el pasado 12 de enero de 2015 a la septuagésimo segundo Golden Globe Award cuando en medio de las premiaciones arremetieron “humorísticamente” las conductoras Amy Poehler y Tina Fey presentando a la actriz Margaret Cho quien interpretó a un general de Corea del Norte insatisfecho con el certamen. Esta parodia montada como reacción al supuesto ataque cibernético de parte de Corea del Norte en perjuicio de los estudios Sony Pictures Entertainment y esto debido a la película The Interview, una comedia sobre un complot para asesinar al líder norcoreano, Kim Jong-Un.[8] Como la misma CNN señala: “hackers expertos en seguridad y personas que conocen la red informática de Sony no están tan seguros de que Corea del Norte haya sido el responsable”. A pesar de la especulación sobre la autoría del ataque a Sony y en medio de tan delicada situación a nivel internacional debido a los ataques parisinos, consideramos la estrategia de la Golden Globe Award no solo de muy mal gusto sino de censurable irresponsabilidad y proceder anti-ético.
 
¿Existirá instancia internacional capaz de denunciar tal proceder como inapropiada? Nos preguntamos, después de la aparición de la actriz Margaret Cho quien sostuvo en mano una revista con la imagen del líder de Corea del Norte Kim Jong, ¿Cuál será la reacción de Corea del Norte? ¿Qué esperan los editores de la Golden Globe Award, agradecimientos, carta de amonestación diplomática o ataques cibernéticos? Ampararse bajo un “Yo soy SONY” les da el derecho de acceder a tan desatinada, irreflexiva y anti diplomática estrategia de la humorística comunicacional colocando a millones de personas inocentes en situación de peligro debido a posibles lamentables consecuencias?
 
El Je suis Charlie (Yo soy Charlie) pretende asumir una identificación en favor de “la libertad de expresión” desde la perspectiva que fue usada y seguirá siendo usada por Charlie Hebdo. Es así como, a pesar de todo el desastre sucedido y valiéndose de esta “libertad de expresión”, el dibujante sobreviviente al ataque en Paris el Renald Lucier, ‘Luz’ y el nuevo equipo de dirección y redacción piensan publicar el próximo 21 de enero 3 millones de ejemplares en Inglés, español, italiano, turco y árabe en su versión papel y on line. La figura del profeta seguirá siendo usada y en esta oportunidad será llorando y portando un cartel donde dirá: “Yo soy Charlie” bajo un mensaje de “Todo está perdonado”.
 
En esta cadena sistemática de acontecimientos, se teme que millones de personas sean víctimas de una fría maquinaria de conspiración comunicativa la cual tenga como único objetivo provocar reacciones violentas de los colectivos agredidos y sus facciones más radicales justificando, de esta forma, coaliciones bélicas que tendrían como finalidad última legitimar invasiones bajo la venia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o emitir severas sanciones económicas.
 
Lamentable ser testigos en esta parte de nuestra historia donde el humor tenga un costo macabro y la risa se plantee por objetivo herir sensibilidades, provocar sufrimiento y desconsuelo en vez de esperanza y alegría.  Esta dramática situación nos evidencia la sostenida fracasada estrategia en la búsqueda de la resolución de conflictos, así como la aturdida confusión emocional por la cual un segmento de la humanidad transita. No existen negociadores probos a la altura de entender, comprender y accionar constructivamente los delicados hilos de las diferencias socio-culturales. Muy posiblemente sea el tiempo de abrir paso a las nuevas organizaciones internacionales como las de la región Latinoamericana y el Caribe para que empiecen a figurar dentro de un marco legal de mayor amplitud mundial y esto debido al grosero e histórico fracaso de las Naciones Unidas.
 
Quizá visualizar quienes no somos, en vez de quien soy podría allanar el camino del entendimiento, más aún si se entiende que el arte, lo que ahora es motivo de macabra realidad, debiera ser el recurso humano que ayude a construir puentes de aprendizaje, amistad e intercambio antes que destruirlos a la sombra de la macabra sonrisa de un mal sentido del humor.
 
14/01/15
  
[1]Cabe recordar que el grupo para-militar islámico Al-Queda fue fundado por Osama Bin Laden de quien es conocida la relación empresarial existente con la familia Bush en los años ’80-‘90 a través de The Bin Laden Group (Riyadh, Arabia Saudita) yla compañía petrolera Arbusto Energy Oil Co. (Texas) dirigida por George Bush padre (1989). Para los interesados en el tema pueden interesarse en el film de Michael Moore Fahrenheit 9/11  el cual sostiene queGeorge W. Bush, la mañana del 9/11, estaba reunido con Shafig Bin Laden hermano mayor de Osama.
https://www.alainet.org/es/articulo/166782?language=es
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