Hay que organizarse para prevenir el ébola

29/10/2014
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Médicos cubanos en Sierra Leona. Foto: Cubadebate

 

En EEUU hay sectores vinculados a los grandes intereses económicos que han tomado como bandera la lucha contra el ébola, enfermedad que ha afectado, en menos de dos meses, a diez mil personas en el occidente de África. Hay quienes dicen que la epidemia ha cobrado 5 mil vidas.

Las instrucciones que ha dado el gobierno federal de EEUU para evitar la propagación del ébola en ese país, están siendo cuestionadas por varios Estados. Washington está presionando a los gobernadores de Nueva York y Nueva Jersey para que modifiquen las normas de cuarentena que han creado para trabajadores de la salud que regresan de África occidental. Quienes regresan de África con riesgo de haber estado expuestos al ébola son puestos en ‘cuarentena’ por 21 días. La Casa Blanca está presionando al gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, y al de Nueva York, Andrew Cuomo, señalando que esa política desalentaría a los trabajadores que quieran sumarse a la lucha contra el ébola. El gobernador Cuomo anunció una leve modificación de las restricciones, al afirmar que los trabajadores podían pasar la ‘cuarentena’ en sus hogares.

 
La enfermera Kaci Hickox fue la primera trabajadora de la salud aislada de acuerdo a dicha norma a su regreso a Nueva Jersey proveniente de Sierra Leona. Hickox fue aislada en una carpa dentro del hospital de Newark, a pesar de que la prueba de ébola diera negativo. Hickox amenazó con cuestionar los 21 días de ‘cuarentena’ ante la justicia, al afirmar que la orden viola sus derechos constitucionales.
 
Mientras que en EEUU los trabajadores de la salud que se presentan con sus conocimientos donde los necesiten son tratados casi como criminales, en el caso de Cuba organizó una primera brigada (102 médicos y 63 enfermeras) que lucha contra el ébola en África. En la isla estos trabajadores de la salud son considerados héroes.
 
La diferencia parece descansar sobre una pieza fundamental en la forma en que trabajan los pueblos y los gobiernos de cada país. En EEUU el gobernante está al servicio de los negocios. El problema de la gente es un asunto de cada uno. En cambio, en Cuba, el gobernante está al servicio de la gente. El problema que tiene cada habitante es un asunto que le concierne directamente al gobierno.
 
Las Naciones Unidas, los gobiernos de todo el mundo e, incluso, EEUU han reconocido la labor de los cubanos en las costas occidentales de Africa. Todo indica que el brote aún no se encuentra bajo control y el trabajo que están haciendo los trabajadores de la salud de Sierra Leona, Liberia y Guinea con el apoyo de los cubanos tomará mucho tiempo antes de erradicar la enfermedad.
 
En un comunicado reciente el gobierno panameño informó que está preparando a un equipo humano para enfrentar cualquier amenaza del ébola en el país. También señaló que ha habilitado el hospital del barrio de la 24 de diciembre (cerca del aeropuerto internacional de Tocumen) como centro especializado para atender cualquier caso de ébola que pudiese declararse en el país.
 
Hay indicios que las autoridades de Panamá están coordinando con especialistas norteamericanos. Igualmente, tendrían que trabajar de manera estrecha con los países vecinos. En los últimos años, Panamá se ha convertido en un corredor para muchos ciudadanos africanos que transitan por el istmo en dirección a EEUU en busca de empleo. El Censo de Población de 2010 arrojó la presencia de casi 3 mil residentes africanos en Panamá. De estos, sólo 37 eran de los países que están luchando contra la epidemia del ébola.
 
También hay indicios de que no se le proporciona información a la población panameña. Los medios tienden a asustar a la gente, sin explicar que debe hacer cada familia para protegerse. El Ministerio de Salud ignora que hay casi 4 millones de panameños que están dispuestos a organizarse para prevenir cualquier brote del ébola en Panamá. Pareciera que para las autoridades de Salud, la población son estadísticas, bultos, objetos que existen, pero que no piensa. Las epidemias ignoran si las víctimas son ricas o pobres, si son trabajadores o empresarios. Sólo se detiene ante un país organizado.
 
El gobierno nacional y el Ministerio de Salud deben tener en cada comunidad una organización local – un Comité de Salud - que eduque y movilice a las familias, iglesias, escuelas y comercios para evitar que panameño alguno sea afectado por el ébola.
 
 30 de octubre de 2014
 
- Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA) 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/165126
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