Geopolítica, herramienta para alcanzar poder global (VII y última parte)

26/10/2014
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Hemos tratado de mostrar el panorama global de la migración, en presentaciones que a lo largo de seis notas semanales construí acerca de este fenómeno social que tiene muchas y diversificadas aristas.
 
Antes de concluir con la exposición de la Dra. Amia Chomsky, recordemos que las migraciones se analizan desde el criterio de distintas disciplinas académicas, por lo que hoy se cuenta con un acervo de teorías especializadas, que en el afán de autoridad de unas sobre otras, han roto la eficacia de consideraciones interdisciplinarias, que nos llevarían a una visión plena, holística del proceso migratorio.
 
Se acusa a diversos enfoques económicos, apoyados en modelos sofisticados -establecidos matemáticamente- de que tienden a crear un campo de estudios aislado del influjo constructivo de otras disciplinas. Es un hecho que las teorías migratorias constituyen una abstracción de los "modelos" más repetidos en cuanto al proceder a migrar, como decisión individual o familiar.
 
Es conveniente hacer énfasis en la migración infantil, misma que viene de tiempo atrás, si bien se recrudece ahora en el norte de América, ante los embates crecientes de pobreza por que atraviesa una buena parte de México y Centroamérica, de donde salen niños -solos o acompañados- a recorrer largas distancias enfrentando a polleros, tratantes y pedófilos, incluso criminales de toda laya. Para buenas introducciones a los enfoques existentes sobre la migración en general, véanse PNUD (2009), Superando barreras: Movilidad y desarrollo humanos. (http://hdr.undp.org/en/media/HDR_2009_ES_Complete.pdf)
 
Veamos ahora el final de la entrevista a la Dra. Aviva, en que interviene Michelle Alexander: “Creo –dice- que nos hemos vuelto ciegos en este país frente a las formas como hemos conseguido reinventar un sistema de castas en Estados Unidos, uno que funciona de una manera que es tan opresivo en muchos aspectos como el que existía en Sudáfrica bajo el apartheid y que existía bajo Jim Crow aquí en Estados Unidos. Aunque nuestras normas y leyes son ahora oficialmente daltónicas, funcionan para discriminar de manera exageradamente desproporcionada a través de la guerra contra las drogas y las políticas de mano dura, a millones de personas pobres…un grupo abrumador de personas pobres de color que ha sido arrastrado a las prisiones y cárceles de nuestra nación, delincuentes y criminales estigmatizados, sobretodo inculpados por crímenes no violentos y relacionados con las drogas. La misma clase de crímenes que se producen con más o menos la misma frecuencia en los barrios blancos de clase media y en los campus universitarios, pero que son en gran parte ignorados. Delincuentes…clasificados con un estatus de segunda clase permanente donde son despojados de muchos de sus derechos que supuestamente ganaron durante el movimiento de derechos civiles…el derecho al voto, el derecho de poder formar parte de los jurados y el derecho de ser libre, de la no discriminación legal en el empleo, la vivienda, acceso a la educación y a los beneficios públicos”.
 
Aviva Chomsky concreta: “Sí, las incapacidades legales que enumera Michelle Alexander que se derivan de los antecedentes penales, son exactamente parecidas a las incapacidades legales que viven los mexicanos debido a su situación ilegal. Es decir, no pueden votar, no pueden formar parte de los jurados, no son candidatos para recibir beneficios públicos, tienen legalmente prohibido trabajar. Cuando leí el libro de Michelle Alexander y la oí hablar de esto, pensé: aquí existe un verdadero paralelismo. Una parte de esta comparación es que el desmantelamiento del régimen de Jim Crow como resultado de la movilización popular y el movimiento de derechos civiles se junta con el desmantelamiento del régimen de la discriminación legalizada contra los mexicanos, consagrada en el programa Bracero. Se trata de la idea de que realmente podemos dar un paso y decir abiertamente que esto es lo que estamos haciendo, vamos a traer a los trabajadores mexicanos y discriminarlos sólo por el hecho de ser mexicanos. Usted ya no puede hacer eso en el ambiente de los años sesenta. Y otra idea suya que me parece bien convincente es esta idea de la condición de casta, y la creación de un nuevo estatuto de estos trabajadores mexicanos que justifica el maltrato a través criminalización, en lugar de hacerlo abiertamente por la raza, como si estuviese bien discriminarlos sólo porque son mexicanos. Ahora no vamos a llamarlo así, ahora vamos a convertirlos en criminales y luego podemos justificar la discriminación en base al hecho de que ahora los estamos catalogando como delincuentes.
 
Amy Goodman pregunta a Aviva: usted escribió: "’Ellos toman nuestros trabajos!" y 20 otros mitos sobre la inmigración ", y por supuesto, su nuevo libro, "Indocumentados: ¿Cómo llegó a ser ilegal la Inmigración". ¿Qué fue lo que más le sorprendió en su investigación para este libro? Creo que lo que más me sorprendió –contesta Aviva- me pasó antes de que supiera que estaba escribiendo el libro, pero es una de las cosas que me llevaron a escribirlo. Yo había estado trabajando con inmigrantes, incluyendo muchos inmigrantes indocumentados en EE.UU. desde inicios –de- la década de 1980. Pero nunca había estado en la frontera. Y algunos de mis amigos que trabajaron con organizaciones fronterizas en Arizona seguían diciendo, usted no puede seguir hablando de la inmigración sin haber venido a la frontera…finalmente, en 2010, llevé a un grupo de estudiantes en un viaje con la organización No Más Muertes, donde trabajamos en el lado mexicano de la frontera, recopilando testimonios de personas que habían sido deportadas, personas que en su mayoría habían sido recogidas en el desierto y dejadas en Nogales Sonora, en el lado mexicano de la frontera...Simplemente darse cuenta del carácter drástico y devastador de nuestras políticas de inmigración y su impacto en la gente, convirtiendo la frontera en lo que realmente se sentía como una zona de guerra, pero sin guerra. Estas personas habían sido desplazadas y desarraigadas y dejadas sin hogar deliberadamente por las políticas de Estados Unidos”. Traducido y editado por Clara Ibarra, Igor Moreno, Elia Gran, Linda Artola, Glenda Rosado y Democracy Now! en Español.
 
Lo primero que surge de estas lecturas es un repudio total al manejo de la migración por parte del gobierno estadounidense –país de migrantes seleccionados- en especial las acciones “de guerra” en la frontera realizadas por los estados fronterizos sureños. Es indudable la necesidad de una política inteligente, audaz y contenciosa por parte de los países afectados de Centroamérica y México. Por ahora cada uno aplica mecanismos disímiles y unilaterales. Falta una acción coordinada para poner las bases de una política de contención, en que se involucre al imperio, en su beneficio.
 
Detener la migración y detener la discriminación van de la mano. Para ello corresponde mejorar las condiciones productivas del campo, a fin de fortalecer su mercado interno y ofrecer miles de empleos en sus lugares de origen. Mayor oferta interna de alimentos y otros productos, impulsaría la recomposición y fortalecimiento de la industria mediana y pequeña de cada país y de todos. No hay recursos frescos para ello, pero por interés en frenar el éxodo, o ponerlo a los niveles de conveniencia estadounidense, esa poderosa nación podría crear un mini Plan Marshall para poner recursos de todo tipo al servicio del crecimiento y desarrollo de las regiones expulsores, por supuesto que sin injerencia de sus transnacionales y mucho menos de los órganos de seguridad del imperio.
 
En paralelo y mientras se negocia el posible Plan, presionar en una diplomacia de grupo –aprovechando experiencias previas- a las autoridades estadounidenses para que “aflojen” las tensiones, presiones y acoso –en veces mortal- a los migrantes latinoamericanos. Entretanto, revisar tratados, acuerdos y derechos internacionales para aplicar salvaguardas que controlen, incluso anulen el ingreso de productos provenientes de los estados fronterizos que reciben en “estado de guerra” a los migrantes, sin discriminar entre niños, mujeres u hombres, criminalizando su presencia en la frontera. Estas u otras medidas son urgentes, lo que no podemos es ver sufrir y morir a nuestros connacionales buscando mejores condiciones de vida, en santa pasividad colectiva.
 
Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com Puebla, Pue. 26-Oct-2014. 
https://www.alainet.org/es/articulo/165039
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