Creencias y presidencias

12/12/2012
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No quisiéramos muchos y muchas de nosotros como izquierdistas latinoamericanos, que aquellas mujeres y aquellos hombres que guían por caminos de justicia social a las sociedades democráticas, abandonaran sus puestos nunca. Al menos no sin finalizar su tarea descollante en el proceso de mayor avance hacia el socialismo, descolonización ideológica, integración regional y justa distribución de las riquezas en el lugar geográfico y puesto que les haya tocado ejercer en beneficio de la comunidad.
 
No es egoísmo sino macro visión política. Es la causa mayor.
 
Creemos en las banderas de pública transformación que portamos, y defendemos y defenderemos a sus defensores y defensoras hasta de la muerte si pudiéramos.
 
De eso no hay dudas.
 
Seguramente situaciones límites como el riesgo de vida y la falta de salud aguda nos ponen de frente ante la impotencia humana incluso contando con enormes avances científicos en medicina. En esas instancias, aún aquellos y aquellas que se manifiestan ateos o al menos arreligiosos, se vuelcan a solicitar auxilio de las “convicciones de lo que no se ve” parafraseando citas bíblicas, cuando “las papas queman”, también parafraseando omnipresentes voces populares.
 
Tenemos presente el caso de Fidel Castro en Cuba cuando estuvo muy delicado de salud y recurrió a la religiosidad africana de santeros y paleros, y ahora el presidente Hugo Chávez quien se manifiesta apegado al cristianismo, luchando por sobrevivir a una ingrata enfermedad como el cáncer. Y seguramente sea igual o haya sido en circunstancias similares en otros lugares con otros protagonistas.
 
En lo que respecta a nuestra confesión afroumbandista, desde siempre elevamos una plegaria por la vida y alegría de las personas con responsabilidades país, pues en ellas y en ellos se reflejan los destinos de una población que tiene el compromiso social de colaborar a una profunda realidad republicana, pero que puso en determinados compañeros y compañeras de lucha, su confianza para ser representantes de todas y de todos.
 
Recordamos en agosto del 2011 cuando en la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Uruguay hicieron un video para mandar saludos alentadores de uruguayos y uruguayas a Chávez, y estuvieron en nuestro humilde congal o altar de Umbanda, desde donde enviamos luz de optimismo proveniente de nuestra fe y devoción.
 
Hoy nos sumamos a las plegarias de todos los colores y perfiles, para que la energía de buena ventura llegue al Hugo de América.
 
Las fuerzas del bien se unen espiritualmente de forma natural y entre todas y todos los creyentes en las bondades del ser humanos, lograremos lo mejor que como personas sensibles nos sea posible hacer, recordando a los precursores y tomando la posta de lo que resta construir para que los proyectos de una convivencia productiva , pacífica e igualitaria se desarrollen a través de las generaciones.
 
Hago mías palabras de Rigoberta Menchú: "Creo en el equilibrio. Creo en la armonía de la vida. Creo en la armonía de la muerte con la vida."
 
¡Saravá grande democracia y equidad social!
https://www.alainet.org/es/articulo/163267?language=es
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