Quilombo

Susana Andrade

25/11/2012

Opinión

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Quilombo o kilombo, es un término proveniente del lenguage kimbundu del pueblo bantú originario de Angola en África, que en Latinoamérica denominó concentraciones políticamente organizadas de población esclava escapada y reunida en lugares con fuentes de agua y cuevas, con autoridades y ejércitos en defensa de la condición de libres adquirida en los hechos.

En algunos países de Sudamérica, especialmente en la Argentina y Uruguay, la palabra quilombo se utiliza mal y vulgarmente como sinónimo de burdel o prostíbulo, de lío, desorden, caos, siendo actualmente esas las acepciones más utilizadas en el Cono Sur.

El Quilombo dos Palmares fue un territorio brasileño libre de esclavitud, integrado por varias aldeas, que existió entre 1580 y 1710, administrado de manera democrática por ex esclavos de origen africano y sus descendientes, aunque también había mestizos y minorías blancas. Fue el mayor de los quilombos que existieron durante la colonización portuguesa en Brasil. Inicialmente dirigido por el ex esclavo Ganga Zumba, y después por su sobrino, conocido como Zumbi dos Palmares, héroe cuya memoria se eleva los 20 de noviembre Día de la Conciencia Negra.

Los Quilombos; sitios geográficos y políticos autoabastecidos donde vivían los africanos prófugos de la esclavitud reivindicando su memoria y cultura, verdaderos centros de resistencia donde convergían muchas y muchos escapados de las injusticias del statu quo colonizador en nuestras américas, y no solo gente de piel oscura o negra; se transformaron en pequeños estados democráticos organizados para la defensa de los derechos humanos de sus habitantes aún en las condiciones de salvaje opresión imperante en tales momentos. Verdaderos espacios de libertad, integración ideológica y auto determinación, conjunción de historias comunes de marginación social abierta a la camaradería entre personas de distintos colores y lenguajes, donde eran bien recibidas las almas amigas sin distinciones materiales o físicas. Mucho bullicio en lo cotidiano y estricta vigilancia marcial de sus guerreros en lucha por ser libres, víctimas de ataques permanentes de amos empeñados en recuperar sus “bienes” o sea sus esclavos. Huidos de las plantaciones y del dominio de los esclavistas, todos ellos milicianos por la fe en su ser cimarrón, mujeres y hombres portaban si era necesario, improvisadas armas por la vida y el disfrute de sus derechos.

Parecía que había desorden cuando reinaba la felicidad, y también semejaba alboroto cuando velaban siempre ojos alertas ante la rapacidad de los verdugos europeos.

El movimiento y la agitación provenientes de la cantidad y diversidad de sus habitantes, así como el clima de alegría natural propio del pueblo africano predominante, hizo que vinculáramos una reunión bulliciosa a esa palabra asociada a “relajo” en el sentido despectivo del término, aludiendo además a una prejuiciosa falta de decencia femenina.

Es hora de recuperar la profundidad moral del concepto.

Dijo Gonzalo Perera Ferrer: “A veces, parte de la liberación pasa por liberar las palabras, resignificarlas o mejor dicho, devolverles su significado genuino. La verdadera historia de los kilombos y de Zumbí, es toda una alegoría sobre la eterna lucha entre el ansia de libertad y los señores del sometimiento. La fraternidad universal de todos los humanos no es cuestión sólo de ortografía!!!”

¡Salve quilombos!

Viva su esencia libertaria en cada pueblo y en cada alma.

- Susana Andrade – ATABAQUE – www.atabaque.com.uy

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