Mariano Rajoy: el héroe del FMI

05/10/2012
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El pueblo español ya conoció, de viva voz de su presidente Mariano Rajoy, el dogma ideológico con el que pretende hacer frente a la crisis capitalista: “no hay otro camino” más que el del ajuste -impuesto por la tiranía financiera global-, dijo en estos días desde Marruecos. Aferrado al pensamiento único neoliberal, Rajoy parece haber decidido la suerte de su mandato (la inmolación en el altar del dios mercado) y empuja a la sociedad española hacia el abismo del colapso social, económico y político. Algo similar a lo que sufrió  América Latina a finales del siglo pasado y principios del XXI.
 
La España de Rajoy, del expresidente José María Aznar –aquel corista de las mentiras de G.W. Bush y Tony Blair sobre Irak-  y “los populares”, marcha hacia un callejón sin salida; mientras la otra España, la de los indignados, los trabajadores, los estudiantes y los excluídos, libra en las calles su propia batalla. Para quienes todavía tenemos frescas en la memoria las imágenes y los hechos que precedieron la debacle Argentina del 2001, y la vergonzosa caída y fuga del entonces presidente Fernando de la Rúa, no podemos sino ver en la España del 2012 los presagios de tiempos muy duros y difíciles que reclamarán de las y los españoles un extraordinario empeño para subvertir las actuales estructuras  políticas y económicas –cómplices de la crisis-, y transformar profunda y creativamente su democracia. Y todo esto, en medio de la travesía con riesgo de naufragio de la Unión Europea.
 
Sin embargo, contra toda evidencia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) insiste en hacer apología del ajuste y los recortes presupuestarios, y hasta se atreve a elevar a Rajoy y los suyos a la categoría de héroes. La directora gerente del organismo, Christine Legarde, declaró recientemente a la prensa: “podemos fijarnos en la reforma bancaria, en las medidas fiscales para reducir el déficit, en las reformas estructurales para hacer que la economía española sea más ágil, más flexible, que sea capaz de capturar el crecimiento, para crear puestos de trabajo. Todo esto es muy duro, pero es valiente y necesita apoyo”. Y como para disipar cualquier duda sobre el altruismo y el sentido de humanidad con que los nobles tecnócratas del FMI trabajan por los desposeídos del mundo, Legarde confesó sentirse muy mal por “la gente que ha perdido su trabajo, para las familias que tienen problemas para llegar a fin de mes”.
 
¿En qué consiste el heroísmo de Rajoy? ¿Cuáles son sus proezas? Aplicar un nuevo recorte a los presupuestos públicos que, como ha sucedido con todos los anteriores, representa un zarpazo al Estado de bienestar y a los derechos y conquistas sociales de la sociedad española. Esta vez,  se trata de una reducción de 40 mil millones de euros del plan de gastos del 2013 para pagar los intereses de la deuda –en la visión neoliberal, los acreedores son más importantes que los ciudadanos-, que afectará, entre otras cosas,  al presupuesto de los ministerios (9% menos); prorroga el congelamiento de los salarios de los empleados públicos; limita la jubilación anticipada; y echa mano de 3.000 millones de euros del fondo de reserva de la Seguridad Social para atender deudas de la tesorería nacional.
 
Es tanto el cinismo del FMI al ensalzar a sus héroes de turno, como lo hicieron en algún momento con el expresidente Carlos Menem y el “milagro argentino”; y es tan extremo el autismo ideológico de las autoridades económicas de la Unión Europa en Bruselas, que hasta el diario The New York Times, un bastión del establishment estadounidense y del pensamiento económico conservador, criticó el fracaso de sus políticas de austeridad para Grecia, Portugal y España, y en este último caso, sostuvo en un editorial que el nuevo recorte anunciado por Rajoy “casi seguro hará que la situación política y económica de España empeore, con un nuevo año de contracción en 2013 y el desempleo por encima del 25%”.
 
Los pueblos latinoamericanos pueden solidarirse hoy con el pueblo español porque ya sufrieron, y sobrevivieron, las sietes plagas del apocalipsis fondomonetarista. Sabemos bien que todo aquello que el FMI elogia y bendice en los países que interviene, termina por convertirse en tragedia social y maldición. Pero también sabemos, y es nuestra esperanza, que tal y como ocurrió en estas tierras de nuestra América,  tarde o temprano la fuerza transformadora de la dignidad popular estallará en la cara de la clase política y de los grupos de poder, y abrirá los nuevos caminos para la construcción de una España, una Europa y un mundo diferentes.
 
https://www.alainet.org/es/articulo/161633?language=en

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