67º Asamblea General de Naciones Unidas

El gigante sudamericano en la ONU

25/09/2012
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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, abrió los discursos de mandatarios en la Asamblea. Desechó los ataques de Estados Unidos contra las políticas contracíclicas en la región, instó a que levante el bloqueo en Cuba y reafirmó que las injerencias colonialistas en Medio Oriente y África marcan la violencia en esa parte del mundo. Apeló, una vez más, a la modificación del Consejo de Seguridad y a la necesidad de reconocimiento del Estado palestino.
 
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tuvo a su cargo el discurso de apertura de la 67° Asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se realiza en su sede en New York. "Una voz femenina, una vez más, abre el debate en la ONU” resaltó. Somos y “queremos ser la mitad de la tierra”, pero destacó que ello debe ser con “igualdad de derechos y oportunidades, libre de discriminación y violencia, capaces de construir su emancipación” a la vez que colaborar en la “emancipación de todos”
 
Del mismo modo que lo hizo en su discurso en 2011 ante la ONU, la Presidenta llamó a reformar el Consejo de Seguridad: “se necesita una reforma institucional mundial, especialmente del Consejo de Seguridad, ya que la comunidad internacional tiene la dificultad para lidiar con los conflictos regionales”.
 
La mandataria corroboró la persistencia de “muchos de los problemas” destacados un año atrás. En ese sentido, las políticas aplicadas en Estados Unidos y la Unión Europea frente a la crisis económica mundial, mediante medidas ortodoxas y tendientes a sostener el esquema especulativo financiero que eclosionó en 2008, fueron blanco de sus críticas.
 
Las medidas fiscales tomadas en esos países, consideró Rousseff, “agravan la situación” y trae aparejadas consecuencias negativas para los países emergentes. La dirigencia de las principales potencias “aún no han encontrado el camino que articule apropiados ajustes fiscales y estímulos para detener la recesión. La política monetaria no puede ser la única respuesta al desempleo y a la pobreza que afecta a los sectores más vulnerables de la población en los países centrales”.
 
Ante las críticas de los organismos financieros internacionales, y de Estados Unidos en particular, respecto de las medidas heterodoxas y proteccionistas aplicadas en nuestra región la Presidenta destacó que se trata de “políticas de defensa” en nuestras naciones, avaladas incluso por la Organización Mundial del Comercio.
 
Describió, en ese sentido, que las políticas sociales aplicadas en su país sacaron a 40 millones de personas de la pobreza, a la vez que se consolidó el mercado de consumo interno. "Estamos impactados por la crisis, pero sin embargo estamos manteniendo el nivel de empleo en un nivel alto, la reducción de la desigualdad social y el aumento de los ingresos", explicó.
 
La articulación y definición de políticas para superar la crisis, sostuvo Dilma Rousseff, debe tratarse en los ámbitos multilaterales: "No habrá ninguna respuesta efectiva a la crisis si no se intensifican los esfuerzos entre los países, y en organismos como el G-20 o el FMI". Brasil es la principal potencia del continente americano, después de Estados Unidos, y su creciente peso económico en el mundo le permite apelar a su participación en organismos internacionales con fuerte peso.
 
Esta coordinación debe aplicar una política fiscal para “evitar la profundización de la recesión, el control de la guerra de divisas y estimular la demanda global".
 
En clave latinoamericana, la mandataria explicó que tanto la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) consideran la integración y la democracia como principios inseparables; y así asisten con acuerdos a este Foro: “Hemos sido firmes para evitar retrocesos y Brasil ha avanzado en la integración caribeña, convirtiendo a la región en un ejemplo internacional”
 
También reclamó por embates contra Sudamérica. Rousseff instó a que Estados Unidos deponga el bloqueo que sostiene sobre Cuba, al cual definió como anacrónico. "Cuba es un país hermano que ha avanzado en su modelo económico y necesita el apoyo de todos. La cooperación se ve obstaculizada por el embargo a Cuba. Es hora de acabar con este anacronismo". Además, valoró el crecimiento del bloque regional con la incorporación plena de Venezuela al Mercosur.
 
Además, y en consonancia con la posición que esgrimió Cristina Fernández y que comparte el bloque regional, marcó un fuerte rechazo a lo que Rousseff denominó "la islamofobia". En su discurso ante la Asamblea, la mandataria brasileña abordó la crisis en Oriente Medio. Hizo mención especialmente a la situación en Siria y, en el camino hacia la resolución, la necesidad de la creación de un Estado palestino. “Reitero lo que dije en 2001”, se debe reconocer al “Estado palestino como miembro de pleno derecho en las Naciones Unidas”. Solo “con una Palestina libre y soberana” se podrá pensar en Israel en paz con sus vecinos y en la estabilidad política de la región.
 
Tanto África como Medio Oriente, dijo la Presidenta, "siguen ocupando un lugar en los debates internacionales”, sin demasiado avance respecto de lo que se expuso en la Asamblea anterior. Reconoció el factor externo: hay “marcas” profundas de “resentimientos históricos causados ​​por décadas de políticas coloniales realizadas” en esas regiones “en nombre de la civilización”. Y agregó que los “regímenes despóticos han desaparecido”, pero aún así, y bajo los mandos emanados de las revueltas y la intervención de la OTAN, “no es difícil identificar” el malestar social por “la pobreza, el desempleo, y la falta de libertades civiles impuestas por los gobiernos autoritarios sobre todo hacia los jóvenes”.
 
Tal como lo expresaron de manera unánime los países de la Unasur, Rousseff declaró que desde su gobierno condenan "la violencia que continúa cobrándose vidas”, en alusión, también, al atentado que se cobró la vida del embajador de Estados Unidos en Siria. Una vez más, recordó la injerencia: “sabemos que las bajas caen sobre los hombros del gobierno de Damasco, pero también sabemos que la oposición armada es responsable debido al apoyo militar que reciben del exterior". Hizo, así, "un llamamiento a las partes en conflicto a deponer las armas y negociar un acuerdo. Diplomacia y el diálogo son la opción mejor y única".
 
Agencia Periodística de América del Sur (APAS)
 
https://www.alainet.org/es/articulo/161296
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