Julian Assange, mi amor
03/09/2012
- Opinión
(Para Eduardo Venera dos Santos Filho)
Él podría haber sido mi hijo. En 1971, cuando el nació, yo tenía 19 años, comenzaba a trabajar en mi primer empleo y estaba enamorada irremediablemente por aquel que sería el más grande amor de mi vida, el que nunca acabaría de pasar. Todo era apropiado para yo haber tenido un hijo a esa altura: era joven, saludable, tenía células perfectas para dar continuidad a una vida, un compañero perfecto para dar origen a un perfecto hijo – sólo que Julián Assange no nació de mí, sin embargo, hoy mirando para atrás bien hubiera querido, ser yo , quien lo diera a luz .
El no nascería en Brasil, en tanto, el nombre de la madre seria Christine, al revés de Urda. Como si fuese también un poco mi hijo, nascería por acá por el mismo Hemisferio Sur, igual que Australia. El país de él, hasta hoy solo me hacía pensar, en primer lugar, en canguros, coalas y en el gran cocodrilo que casi comió la pierna de Cocodrilo Dundee, además de una fila de gobernantes que nunca me parecen simpáticos, todos usando uniformes vistosos, de trajes y corbatas, barrigudos, los cuales pasaran a llamar mi atención a partir de las atrocidades acontecidas en Timor Leste. Es gente fría, aquella de los gobiernos australianos!
Pero el niño genial no nació de mí ni en Brasil, mas nació tan genial que puso a todo el mundo en polvorosa. Tengo prestado atención en el desde el primer día en que Willian Bonner, aquel mismo que dice que selecciona las noticias para que el ignorante público brasileño vea en el Jornal Nacional, pensando si agradarían o no a Homero Simpson hablo respecto al sitio de aquel joven genial equivocando la pronunciación, diciendo que era “uaikeliks”, para al día siguiente retratarse y decir “uikeliks”, tan grande era el impacto de la noticia en el mundo.
Quien creería que un niño, que era puro genio nascería en el mundo, jugaría un poco de hacker para aprender a como hacer para descubrir los grandes secretos que se escondían en los nuevos aparejos de las nuevas tecnologías, y entonces ayer a la noche, cuando oí como él contó cómo estaba tratando de entender el mundo que lo rodeaba y donde vivía – y de su estupefacción a entender, siendo tan pequeño, que lo que pensara bonito como un ave cantora no pasaba de la más sórdida cueva de leones que jamás se vio sobre este planeta, con sus millones de maleficios, asesinatos , guerras sucias, economía podrida, traiciones y vilezas de las más diversificadas. Cuando entendió lo que verdaderamente pasaba, su genialidad al frente de las tecnologías modernas lo impulsó a crear la más sofisticada de las páginas de Internet, donde su sed de justicia y ansias de verdades lo impulsó a publicar las más novedosas verdades sobre lo que acontece, verdaderamente, en el mundo, dejando en calzones a los mayores asesinos de la humanidad, obligándolos a balbucear disculpas desarrapadas las cuales ninguno más cree y a alertar al pueblo inocente sobre verdades que la gente simples ni imaginaba.
Es claro que aquella mafia del horror, aquella que quedo en calzoncillos, trató luego de echar mano sobre él y su equipo: lo acorralaron en Londres con un bobo pedido de extradición para una Suecia gran alimentadora de guerras con la venta de las armas que produce – y estaba implícito que desde Suecia habría una nueva extradición para un otro país llamado Estados Unidos donde la más amena de las esperanzas sería la de una silla eléctrica.
No comprendieron a Assange, claro! El lindo muchacho que podría haber sido mi hijo los engañó un poco por acá, un poco por allá – y acabó por ir a protegerse dentro de la embajada del Ecuador, aquel país de gente tan querida que ya pude conocer un día. Claro que el Ecuador le dio asilo político – es claro que los parientes de los cocodrilos de Australia no están ni ahí para su hijo de quien debieran enorgullecerse. El problema, ahora, es sacar a Julián Assange de dentro de la embajada del Ecuador, llevarlo hasta el aeropuerto de Londres para que él pueda, finalmente, rápido y fácil tomar el rumbo de esta nuestra América Latina, que comulga con sus ideales y ya lo ama por anticipado. Por ahora la cosa aún no se dio, pues está lleno de policías ingleses alrededor de la embajada ecuatoriana, esperando el menor pretexto para ir a engrillar a ese joven, como lo hacían en los tiempos de la Edad Media!
Mientras tanto, tengo fe en mi América! De un modo o de otro, Julián Assange va a acabar siendo traído para acá y va a ser ese nuestro orgullo. Ojala pudiese yo ir allá y contrabandearlo para las delicias de Quito.
Julián Assange, mi querido, quisiera haber sido tu madre, y entonces te llamaría, Julián Assange, mi amor! Tu madre fue otra, lo que no quiere decir que no pueda llamarte mi amor! Ven pronto, nuestra América te está esperando! (Traducción de Luis Ramírez, Argentina)
Blumenau, 02 de Setembro de 2012-09-03
- Urda Alice Klueger (Brasil) es Escritora, historiadora e doctorada en Geografía por la UFPR
https://www.alainet.org/es/articulo/160753
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