Reformas en el “clima de inversión” del Banco Mundial
29/08/2012
- Opinión
Hace años que el Banco Mundial mide el clima de inversión de los países de todo el mundo, clasificando a los territorios según la facilidad o rigidez para hacer negocios. En buena cuenta indica a los inversionistas donde encontrar facilidades tributarias, flexibilidad laboral y poca regulación en general. Hoy este instrumento está pasando por una necesaria revisión.
Este año se presenta una buena oportunidad para modificar la lógica de promoción del “clima de inversión” del Banco Mundial (BM). Es decir, introducir cambios en la metodología del informe insignia de esta institución: “Haciendo Negocios”, conocido mundialmente como Doing Business.
Es que actualmente el Banco prepara una conferencia por los diez años del informe. En ella se discutirán, tanto los impactos de las reformas regulatorias, como el futuro del proyecto “Haciendo Negocios”. Por otro lado, desde el mes de julio está en funciones el nuevo presidente del BM, Jim Young Kim, a quien muchos ven como portador de cambios.
Perjuicios del Doing Business
Los indicadores de la clasificación “Haciendo Negocios” cubren una variedad de temas potencialmente útiles para un debate sobre reformas necesarias, a fin de reducir el costo administrativo de emprender un negocio en los países en desarrollo. Sin embargo, en lugar de promover ese debate (y ofrecer soluciones de regulación de las economías nacionales en una lógica de desarrollo económico y social sustentable y equitativo), las reformas incluidas en el informe pueden ser más bien perjudiciales.
Por ello, muchas organizaciones sociales como CAFOD, Eurodad y Center of Concern, que han seguido de cerca este tema durante los últimos años, han publicado un documento en junio pasado, pidiendo al BM frenar la clasificación de países en relación a una lista inapropiada de reformas. Demandaron trabajar con otras instituciones relevantes para examinar qué reformas funcionan mejor en la práctica y que herramientas más balanceadas se pueden usar. Y al mismo tiempo, exigieron detener la promoción de la clasificación Doing Business en los medios de comunicación, porque genera presión sobre los gobiernos y desincentiva el debate. La propuesta central de estas organizaciones es abrir un diálogo amplio sobre reformas apropiadas y adecuadas a cada contexto nacional.
El porqué de la reforma
Las razones para tener un nuevo enfoque sobre clima de inversión tienen que ver con que la clasificación “Haciendo Negocios” aleja a los gobiernos de las necesidades de la población más necesitada. De hecho, muchas de las reformas que promueve esta clasificación favorecen a los grandes productores e inversionistas extranjeros. La clasificación no toma en cuenta los problemas particulares que enfrentan las demás empresas, especialmente en los países más pobres.
Además, la clasificación desalienta a los gobiernos a hacer lo necesario para apoyar a las pequeñas empresas, porque básicamente se enfoca en reducir la burocracia, y no en impulsar programas o políticas para apoyar la producción local. También desalienta introducir políticas innovadoras, en particular en áreas tales como compras públicas, inversiones y tributación.
En algunas áreas importantes, como la tierra, el sistema tributario y los derechos laborales, la clasificación promueve reformas que son perjudiciales. Por ejemplo, aunque la titulación formal de la tierra puede ayudar a las mujeres y hombres pobres a emprender proyectos exitosos dándoles mayor seguridad, puede también debilitar los derechos consuetudinarios y concentrar la tierra en manos de pocos individuos y empresas ricas, generando especulación.
En el tema tributario, los países son clasificados de acuerdo a su tasa tributaria, donde los que cobran tasas más bajas a las empresas obtienen un puntaje más alto. Esto no respeta que la tasa aplicada a las ganancias de las empresas, es parte de la política tributaria nacional. El indicador tributario también falla al considerar las muchas razones por las que los países desean tasar las ganancias de las empresas y sobre todo se aleja sustancialmente de la lógica de un sistema tributario progresivo.
Por el lado de los derechos laborales, se promueve la flexibilización de las normas laborales y no la protección social. Por ejemplo, la clasificación de Brasil cayó cuando el salario mínimo aumentó.
El objetivo de la clasificación Doing Business es la regulación mínima, no la óptima. Y además, que es poco probable que un mismo diseño se adecue a todos los contextos, lo que es más preocupante es que la clasificación favorece la reducción de la regulación, sin importar el objetivo de la misma o su nivel. Cualquier regulación puede causar una baja en la clasificación, aún si su objetivo sea legítimo (por ejemplo, objetivos sociales o medioambientales), dado que se asume que toda regulación es mala para los inversores.
La dictadura de la clasificación
La Corporación Financiera Internacional (CFI) señala que la clasificación “Doing Bussines” no pretende ser prescriptiva y nada impide a los gobiernos hacer cosas que no están incluidas en ella. Sin embargo, en la práctica, no se da un debate amplio sobre sus contenidos y el Banco tampoco promueve este tipo de discusión.
El hecho de presentar la clasificación como un ejercicio técnico y estadístico hace que se la juzgue como una “verdad objetiva”, no como el comienzo de un debate. Muchos países disponen de funcionarios para la tarea de aumentar su calificación, sacando recursos de otras prioridades de desarrollo más urgentes.
Ante la falta de vínculos probados entre los indicadores y las mejoras económicas y sociales, el Banco ha reconocido las limitaciones de la clasificación, aunque esto no ha sido subrayado en la promoción de la clasificación a nivel nacional y en la cobertura mediática de la clasificación que el propio Banco financia.
La revisión en curso
Actualmente, la Junta Directiva del BM tiene a estudio una iniciativa liderada por el propio Jim Young Kim para dar comienzo a una revisión independiente de la clasificación a través de un panel de expertos. Ante ello, muchas organizaciones de la sociedad civil (OSC) enviaron una carta a Kim pidiendo que este panel sea verdaderamente independiente de la CFI y del Grupo BM. Esto significa que el panel no debe contar con funcionarios o consultores del BM, de la CFI o del Grupo de Evaluación Independiente.
De igual modo pidieron que el panel incluya representantes de un rango diverso de las OSC y consulte de manera amplia con otros actores involucrados como parte de este proceso de revisión. También, que un borrador de términos de referencia para el panel sea divulgado y abierto a consulta pública, incluida la sociedad civil.
En ese camino, los términos de referencia deben pedir al panel examinar en sustancia los indicadores “Haciendo Negocios”, así como la forma en que son utilizados. Finalmente, el panel debe conocer y evaluar un amplio rango de impactos de la clasificación “Haciendo Negocios” que incluye los impactos sobre los estándares laborales, tributación, género y la mejora de participación de los grupos marginados.
Las OSC que firmaron la carta, dieron la bienvenida al panel de revisión como un paso en la dirección correcta, pero sostienen que para que sea realmente efectivo es necesario que se cumplan las condiciones mencionadas. La respuesta de Kim y del Banco Mundial hasta el momento ha sido positiva, pero resta esperar que sus palabras se traduzcan en acciones con resultados concretos.
- María José Romero es Politóloga y analista de temas económicos internacionales.
https://www.alainet.org/es/articulo/160654