Vivan las heroínas

28/08/2012
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

En nuestra ciudad y quizá en nuestro país, no ha pasado de ser un anecdotario de farándula. El grupo de punk Pussy Riot realizó en el mes de febrero de este año, en la Catedral Ortodoxa de Cristo Salvador en el centro de Moscú, un acto artístico performático con fuertes contenidos críticos, que ha sido calificado de violentar el orden público, al punto de que el 17 de agosto pasado tres de sus integrantes (María, Yekaterina y Nadezhda) fueron condenadas por ello a dos años de cárcel.

Un acto provocador que, buscando trastocar el orden simbólico instituido, ha logrado develar el odio del sistema por aquello que le pone en riesgo, y el sistema no es sino la forma hegemónica de organización de las relaciones de poder.

Será un siglo desde que Rosa Luxemburgo dijo que la libertad es siempre la libertad de los que piensan de otra manera. Parece que desde ésa época no se ha avanzado en nada. La libertad de disenso está vedada y con ello queda claro que los elementales Derechos Humanos, incluso en sociedades del “primer mundo”, solo pueden ser aplicados entre aquellos que tienen filiaciones políticas con la ideología del régimen.

Las Pussy Riot no han cometido un crimen inaceptable como la muerte o el daño a otra persona, su crimen ha sido burlase de los signos del poder. Será por ello que sus abogados afirman que este caso es meramente político. ¿Es justo que reciban un castigo semejante? Mañana, con un sentido artístico-burlesco, podríamos ejercer nuestro derecho a la crítica de nuestro sistema y, con este antecedente, nos van a encerrar a todos. Volvemos a tiempos de un oscurantismo que reniega de los máximos valores ilustrados en los que en teoría y de manera paradójica, se sigue sosteniendo la sociedad occidental.

La intolerancia a la crítica de la “sagrada” autoridad no nos es ajena, pues está en el seno de la organización social homo-globalizada que mantiene un tipo de orden decadente. No por nada la Pussy Riot no solo han recibido el apoyo de varios artistas y activistas a lo largo del mundo sino de intelectuales de la talla de Žižek para quien este acto permite ver dos tipos de cinismo, el cinismo amargo de los oprimidos que desenmascara la hipocresía de aquellos en el poder, y el cinismo de los propios opresores que viola abiertamente sus propios principios proclamados.

Como diría Henri-David Thoureau, debiéramos ser hombres primero y ciudadanos después, pues lo deseable no es cultivar el respeto a la ley sino a la justicia. La ley, afirma, nunca hizo a los hombres más justos y el respeto indebido a la ley puede causar errores. Michel Onfray nos dice que no se puede elegir la legalidad a la moralidad y en este caso nos parece inmoral no dar una opinión en contra de esta condena que contradice a la humanidad.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/160598?language=en

Del mismo autor

Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS