Un balance político del gobierno Santos

02/08/2012
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Al cumplirse dos años del gobierno de Juan Manuel Santos es pertinente intentar balances; voy a hacerlo tomando básicamente cuatro dimensiones, el funcionamiento de la democracia, las relaciones internacionales, la seguridad y defensa y el comportamiento de la economía.
 
En relación con lo primero, pasamos de un ambiente de alta polarización política y de confrontación permanente, a otro de mayor respeto y tolerancia por las opiniones distintas, incluidas las relaciones entre las instituciones y todo esto no es nada despreciable para el funcionamiento de una democracia –no se está estigmatizando a quienes piensan distintos, ni usando epítetos descalificadores para los adversarios políticos-. Adicionalmente el gobierno conformó una coalición, la Mesa de Unidad Nacional, que le dio una ‘aplanadora’ en el Congreso, pero parece estar teniendo un efecto perverso, al minimizar la oposición, ésta se está trasladando a la calle, a la protesta social en el espacio público y las redes sociales, que son la expresión de una ciudadanía activa y que fortalece la democracia..
 
Las relaciones internacionales es un campo en el cual la gran mayoría reconoce una gestión positiva; se restableció la buena relación con los vecinos, Ecuador y Venezuela y se ha jugado un papel dinámico en los procesos de integración suramericanos –la Secretaría General de UNASUR en cabeza de María Emma Mejía fue positiva- y Colombia ha tenido un protagonismo mayor en unas relaciones internacionales más diversificadas; sin embargo, el lunar es que se sigue manteniendo una tradición negativa de anteriores gobiernos, de nombrar como embajadores a los amigos del gobierno y el fortalecimiento de la carrera diplomática anda a paso de tortuga.
 
En seguridad y defensa, se dieron en el actual gobierno los golpes más significativos a las FARC, la muerte de Alfonso Cano y el mono Jojoy y a otros mandos medios, pero como el conflicto es dinámico y cada parte aprende de la estrategia de su adversario, ya desde finales del gobierno Uribe venía dándose un reacomodo en el actuar de la guerrilla y una nueva forma de operar, más de pequeños golpes pero que crean la sensación de mucha actividad, por ello por momentos se incrementan las acciones pero para nada comparables con las del pasado, pero que sí pueden influir en la percepción de inseguridad y si se le adiciona que hay sectores políticos encargados en maximizar estos hechos, el resultado es que se ha deteriorado la seguridad, pero realmente es mucho más lo que se ‘infla’ que la realidad.
 
La economía ha venido teniendo un comportamiento muy positivo –lo cual ha tenido incidencia positiva en el empleo-, en buena medida jalonada por el comportamiento internacional, pero ahora que hay una desaceleración global, es previsible que igual esto afecte los indicadores de la economía colombiana. Aquí hay una preocupación adicional y es que buena parte del resultado económico es debido a la llamada ‘locomotora minera’ y eso por supuesto ha generado válidas preocupaciones en sectores que consideran que el desarrollo de proyectos mineros –desde el gobierno anterior- está llevando costos en destrucción del medio ambiente, que no se están valorando adecuadamente.
 
La principal equivocación del gobierno Santos, que ha tenido costos políticos y de opinión muy altos, fue la fracasada reforma a la justicia, que conllevó deslegitimación no sólo al gobierno, sino al Congreso y a las Cortes.
 
El  desafío para lo que resta del gobierno son resultados en las políticas públicas –restitución de tierras y de víctimas, vivienda social- de eso dependerá el balance final.
 
- Alejo Vargas Velásquez es profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia y
coordinador del Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa.
https://www.alainet.org/es/articulo/160016?language=es
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