Brigadas de la muerte

Einsatzgruppen

13/06/2012
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Avanzaban como langostas en la retaguardia de los ejércitos infernales del Tercer Reich. Una plaga de seis meses, que declaró a los países Bálticos: “Judenfrei”. Negra leche del alba la bebemos al atardecer la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche.
Escuadrones de verdugos itinerantes, con misiones específicas trazadas en los mapas de 1941. Estos grupos operativos, tal la inocente traducción en alemán de Einsatzgruppen, lo constituían 3.000 no-hombres formados por la policía secreta de la Alemania Nazi, como células especial para exterminar judíos, gitanos, comunistas, partisanos y cualquier “enemigo” que se mueva en la tierra o bajo ella.
De tan minuciosos, los expedientes de los Einsatzgruppen detallan un millón cuatrocientas mil personas asesinadas, la cifra debe ser más amplia aún, la gran mayoría civiles, incluyendo niños y mujeres. Así se perpetró la desaparición de poblaciones enteras en la ocupada Europa del Este durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
De esto trata el faraónico documental del francés Michaël Prazan, el título de este texto, es el título de su obra. Son tres horas que hielan y sublevan la sangre, al mismo tiempo. Muestra las caras de los verdugos, el viacrucis de las víctimas, el pesar de los sobrevivientes, el desgano de los testigos, la arrogancia de los impunes. Es que al termino de la conflagración una veintena de líderes de los Einsatzgruppen fueron a juicio, hubo catorce condenados a muerte y dos absoluciones, pero solo a dos ejecutaron, el resto de las condenas fueron conmutadas. Una muestrario de la impunidad absoluta. El documental grabó con cámara oculta a varios de ellos, ya ancianos, intocables, libres, soberbios.
En una carrera de la muerte a velocidad sideral, en junio de 1941, cuando el ejercito alemán invade en la Operación Barbarroja la Unión Soviética, venían detrás, con su colmillos afilados, los Einsatzgruppen, 3 000 no-hombres divididos en cuatro “grupos de intervención”, cada uno encargado de una región geográfica, enviados a exterminar a todas las “razas subalternas”. El A opera en el Báltico, el B en Bielorrusia, el C en Ucrania, y el D en Besarabia, el sur de Ucrabia y Crimea.
Parten en misión sagrada: exterminar judíos, gitanos, comunistas, o cualquier enemigo del Reich. Tan ejemplar su tarea, que el “trabajo” está finiquitado en seis meses.
Un genocidio planificado.
Imágenes que tensan cada fibra del ser.
¿Cómo un ser humano puede infligir tal daño a otro? ¿Cómo puede no existir la misericordia? Sin piedad ni para mujeres y niños. Desnudos, diezmados, al borde de fosas masivas, en el frío extremo, atados a grandes troncos para ser quemados, fusilados, amontonándose en pozos, hondonadas, en bosques, arrojados a tumbas masivas sin nombre. Sin tierra donde llorar a los muertos. Sin redención.
Judenfrei, celebran los nazis.
Tierra libre de judíos.
Y ahí están, para nunca olvidar, los crudos e imprescindibles testimonios de un puñado de sobrevivientes: Primo Levi, Imre Kertész, Paul Celan, Jorge Semprún, Jean Améry, que escribieron como una cuenta de sangre por saldar sobre el horror demencial. Acerca de la memoria.
Cortan el aire con cuchillas del submundo.
 
Posdata:
Celan, rumano, que perdió a su familia en un campo de concentración y él mismo estuvo en su país en un campo de trabajos forzados y en 1970 se suicidó. Dejo este poema que nos deja colgando de un piolín.
Fuga de la muerte
Negra leche del alba la bebemos al atardecer
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche
bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus
mastines
silba a sus judíos hace cavar una tumba en la tierra
ordena tocad para la danza
 
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos en la mañana y al mediodía te bebemos al atardecer
bebemos y bebemos
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita cavamos una tumba en el aire no
se yace estrechamente en él
Grita cavad unos la tierra más profunda y los otros cantad sonad
empuña el hierro en la cintura lo blande sus ojos son azules
cavad unos más hondo con las palas y los otros tocad para la
danza
 
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía y la mañana y al atardecer
bebemos y bebemos
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita él juega con las serpientes
Grita sonad más dulcemente la muerte la muerte es un maestro
venido de Alemania
grita sonad con más tristeza sombríos violines y subiréis como
humo en el aire
y tendréis una tumba en las nubes no se yace estrechamente allí
 
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía la muerte es un maestro venido de
Alemania
te bebemos en la tarde y la mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules
te hiere con una bala de plomo con precisión te hiere
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
azuza contra nosotros sus mastines nos sepulta en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido
de Alemania
tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita
 
https://www.alainet.org/es/articulo/158782
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