Enajenación y emancipación: diálogo con el humanista Julio De León (III)

13/05/2012
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(Extractos)

SB: Ya que te referiste a Adorno, y antes de que pasemos a discutir algunos de sus planteamientos medulares en función de nuestro tema central, quería reformular mi enunciado básico en el siguiente sentido:

Si asumimos y aceptamos que la enajenación se encuentra en el centro mismo de la presente crisis civilizacional, tal y como vimos en el artículo-homenaje de Habermas hacia Marcuse (Nota: Aquí hago referencia al escritoLos ritmos distintos de la filosofía y la política, el cual su autor escribió treinta años después del aniversario del Mayo del 68, fecha en la cual, en medio de la agitación y la revuelta estudiantil, Marcuse pone en tela de juicio el modo productivista de la emancipación social. Habermas escribe en forma literal sobre éste filósofo:

Mucho antes que el Club de Roma, Marcuse se opone al “repugnante concepto de productividad creciente, para cuyos defensores la Naturaleza está ahí para ser explotada…” (…) “apresó la peculiar vinculación existente entre la productividad del crecimiento económico y la potencia destructiva de sus consecuencias sociales…”; Revista Humboldt: Año 40/1998/Número 125, pp. 42-44).

Como te podés dar cuenta Julio, la presente crisis civilizacional ya había sido diagnosticada muy tempranamente por pensadores como Marcuse, y ahora es nuevamente ratificada y re-actualizada por analistas como Jeffrey Sachs (Nota: aquí me refiero al reciente artículo publicado por J. Sachs, intituladoUn Mundo a la Deriva(publicado a fines de abril/2012), en el cual su autor prácticamente llega a las mismas conclusiones esbozadas en mi enunciado básico (ver la parte I de éste diálogo; 16 marzo, 2012), respecto a la insuficiente voluntad de cooperación humana que torna más difícil la salida de éste atolladero histórico en el que nos encontramos).

En adición a lo anterior, sí adoptamos el planteamiento de Sartre en su conocida obra “Crítica de la razón dialéctica”, respecto a que “toda filosofía es un intento por describir el movimiento general de la sociedad…” entonces eso da pie para formularse unas cuantas preguntas interesantes.

¿Esta crisis civilizacional es también una crisis de las filosofías?

¿Es acaso que el movimiento general de la sociedad, tal y como se presenta en el siglo XXI, no está siendo explicado adecuada y satisfactoriamente por el pensar filosófico de hoy?

¿No es acaso que el actual y evidente colapso de la hegemonía de Occidente se refleja en la actual incapacidad del pensamiento filosófico en general, para dar cuenta y explicar los alcances profundos del presente caos?

Por otra parte, si nos atenemos a lo dicho por Sartre ¿podremos pensar entonces que la filosofía va detrás de la historia?

¿No es acaso entonces que de alguna manera, el actual “vacío explicatorio” que hoy estamos experimentando, le da la razón a Marx, cuando en su famoso “Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política”, plantea prácticamente ese “nivel de rezago” de las ideologías en relación a las dinámicas económicas y políticas? (En este famoso texto, Marx sostiene que el hombre antes de “construir” supra-estructura -realizar formulaciones ético-filosóficas por ejemplo-, tiene que resolver asuntos prácticos de la vida; comer , beber, vestirse, obtener un lugar donde vivir, trabajar, luchar por la conquista de recursos etc..).

Me parece que de alguna manera, el actual período por el que atravesamos, caracterizado por un Occidente (Europa y EEUU básicamente), que empieza a debilitarse en forma acelerada, y con nuevas potencias (como las del llamado grupo “BRICS”), que empiezan a emerger, hace que éste período, el cual ha sido llamado “franja transicional” por Wallerstein, nos haga andar a tientas… ¿no te parece?

JL: Bueno, mirá Sergio, eso de alguna manera te lo podría responder Hegel, con su conocida metáfora sobre la naturaleza de la filosofía, cuando dijo de ella:

Es la lechuza que levanta su vuelo al atardecer”.

La filosofía es en realidad una “weltanschauung”, una “cosmovisión del mundo”, y cambia conforme el mundo va cambiando…

Según Xirau, a quien ya mencioné con anterioridad, la filosofía es una síntesis de una determinada época. Los cambios de mentalidad (o de “paradigma” como ahora está de moda llamarle), ocurren paralelamente al cambio de la sociedad…

Por ejemplo, tras finalizar el siglo XIX, aparece Nietzsche con su filosofía… generando crisis, al menos en la metafísica.

SB: En lo personal siempre he interpretado la famosa frase de Nietzsche “Dios ha muerto“, como el anuncio del fin de la hegemonía del idealismo religioso a manos del pensamiento racionalista y positivista, el cual tuvo como punto de partida a Descartes y Locke ¿no es así?

Sin embargo, ahora parece que esa frase deberíamos reformularla, de tal manera que diríamos; “la racionalidad ha muerto”, pues todo apunta a que el llamado “Proyecto de la Ilustración” ha llegado a su fin… desde mi subjetividad la impresión general está dominada por la sensación de estar entrando en un nuevo período feudal… pero tecnocratizado.

Ahora bien, vos has dicho que ambos cambios (entre “el mundo” y “el pensamiento”), se producen simultáneamente, cosa que yo pongo en cuestionamiento. Me parece que la filosofía va detrás del hecho social, tal y como Marx lo insinuó en el citado texto del Prólogo a la Contribución…arriba citado, al afirmar que “el ser social” determina la “conciencia social”, y no al revés, tal y como se planteó durante más de veinticinco siglos desde Platón hasta Hegel.

Por supuesto que esto lo sostengo sin demeritar en nada mi creciente interés por un conjunto impresionante de planteamientos epistémicos y conceptuales de nuevo cuño, muchos de los cuales se están produciendo al calor de lo que algunos denominan “el nuevo paradigma emergente en las ciencias” (también denominado “holística”), los cuales están revisando desde una perspectiva transdicisplinaria, una serie de conceptos convencionalmente aceptados como el de materia, conciencia, pensamiento, el yo y muchos otros.

Pero retornando al punto de la relación entre pensamiento teórico y movimiento general de la sociedad, me parece que el caso especial de Einstein (citado por Lechte en su obra de reciente publicación “50 Pensadores Contemporáneos Esenciales”), es la excepción que confirma la regla.

Con su “Teoría de la relatividad”, Einstein se adelantó al movimiento de la realidad, por decirlo de alguna manera, pero por lo demás, al menos en las ciencias sociales y humanas, todo parece indicar que es la teoría y el pensamiento en general la que va detrás del movimiento de la realidad.

En relación a ello es que yo visualizo el gigantesco esfuerzo intelectual realizado por Marx (al formular una utopía social y futurista en forma de ciencia política), como un intento de hacer lo que Einstein en realidad lograría menos de cien años después, en los ámbitos de la física.

Todo parece indicar que la teoría va muy por detrás del movimiento general de la sociedad y eso preocupa sobremanera cuando se tiene un abismo por delante…

JL: Bueno, en todo caso, yo lo que quiero expresar aquí es que todos los grandes períodos de crisis, al menos en el pensamiento metafísico han sido periódicos. De tal manera que a fines del siglo XIX, cuando irrumpe Nietzsche en la escena, se produce un renovado interés por ésta corriente de pensamiento filosófico, el cual se manifestaría hasta bien entradas las primeras décadas del siglo XX.

De tal manera que aparecen Husserl, Scheller, Hartmann y Hidegger en Alemania; Bergson, Merleau Ponti, Marsell, Kojéve y Sartre en Francia; Ortega y Gasset, la Escuela de Madrid (adjunta a la Universidad de Madrid), Zubiri y sus discípulos José Aranguren y Pedro Laín en España; también García Baca en Venezuela; Carlos Nicolle en Argentina, José Gaus, Ramón Xirau, Edmundo Ogorman, José Vasconcelos en México; y Augusto Salazar Bondi y Carlos Seguín en Perú.

Es decir, hay una rica producción del pensamiento filosófico a lo largo del siglo XX, hablando solamente de la perspectiva metafísica, sin contar todo el conjunto de otras corrientes como la fenomenología, el estructuralismo, el marxismo, el post-humanismo entre otras.

De modo que a finales de ese siglo, al igual que una centuria antes, se presenta de nuevo una crisis en Occidente, crisis de la razón en general, no exclusiva de la razón metafísica. Una crisis epistemológica; crisis de paradigmas. La denominada post-modernidad carece de un único paradigma o una única concepción del mundo. En tal sentido, quizá los filósofos de la “deconstrucción” son el mejor ejemplo de ello.

SB: Entiendo. Ahora bien, hay otro aspecto de ésta crisis que me parece importante señalar. En el último par de décadas, desde ciertas corrientes sociológicas se ha venido hablando de una “explosión” inusitada de sujetos y actores sociales, particularmente a partir de la caída del Muro de Berlín y del colapso de la Unión Soviética. Como habrás podido constatar, desde entonces han surgido desde todos los rincones del planeta todo tipo de movimientos sociales reivindicativos, que van desde las luchas por la equidad de género hasta la defensa de las ballenas, pasando por el matrimonio homosexual e infinidad de causas sociales.

De alguna manera, Michael Harner, el antropólogo cultural norteamericano, ha puntualizado respecto a una de las consecuencias más evidentes de éste fenómeno, y lo ha denominado “relativismo cognitivo”. ¿Como vinculás vos éste hecho a la crisis de paradigmas que has mencionado?

JL: La observación de Harner es pertinente. Desde la segunda mitad del siglo XX se vislumbra la crisis de la filosofía metafísica en Occidente, y también los cambios de paradigmas en las ciencias de la naturaleza en las ciencias del hombre.

El ejemplo más notable en la filosofía social y en las Ciencias Sociales es el cese del paradigma marxista, y en su ausencia, se construyen no uno que sustituya al anterior, sino varios, una pluralidad de paradigmas, aunque éstos en rigor no lo sean…

SB: Bueno, mirá, en lo personal veo algo paradójico en todo esto. No hace mucho Warren Buffett, el multibillonario financista y especulador, el hombre más rico del mundo solamente después de Gates, ha sido citado por el Transnational Institute, expresando lo siguiente: “Hay una guerra de clases que se está librando desde hace 20 años, y mi clase ha ganado”. ¿No te parece esto paradójico? Precisamente cuando se escuchan voces diciendo alegremente que el marxismo ya no explica la actual realidad social, sea precisamente uno de los más vivos representantes de la élite mundial del capitalismo, quien al abrir su boca y se sincere de tal modo, ponga en evidencia el hecho irrefutable de que en diversos aspectos relevantes la teoría marxista todavía sigue teniendo vigencia explicatoria. ¿Qué opinión te merece esto?

JL: Yo me refería al marxismo limitándolo al nivel de la filosofía social, y al nivel de la metodología científica en las Ciencias Sociales. Hay un historiador inglés marxista de apellido…

SB: Hobsbwam.

JL: Gracias. Sí, Hobsbwam. El sostiene que el análisis marxista de las clases sociales es vigente.

SB: Y es precisamente la existencia de éstas clases sociales y sus cada día más enormes disparidades entre sí, las que la filosofía neoliberal trata de ocultar, intentando hacer creer que hoy en día sólo existen dos únicas clases sociales: las de los que concurren al mercado en calidad de oferentes y el de los consumidores…

En tal sentido, mi visión de la paradoja mencionada anteriormente, tiene que ver también con situaciones tan surrealistas y aparentemente absurdas, como el hecho de que tras el estallido de la crisis financiera mundial en el 2007, han sido los propios financistas ligados a Wall Street (como George Soros), los primeros en ponerse a releer El Capital, de Carlos Marx…

 

JL: No es de mi incumbencia opinar sobre eso… Evidentemente, existe una estratificación social y se construyen ideologías que legitiman la estratificación de cada sociedad dada. El sociólogo italiano Nicos Poulantzas tiene un análisis interesante al respecto.

SB: De alguna manera me parece que eso es una aceptación de que la llamada “postmodernidad” (un término que me huele a charlatanería pseudoacadémica y lo usaré aquí bajo protesta), es también un intento por “deconstruir” (o más explícitamente hablando) “subvertir” la teoría crítica en (y de) la sociedad…

Fin de la parte III

Nota final: La presente trascripción ha sido revisada por el entrevistado y se publica con su anuencia.

Sergio Barrios Escalante.

Científico Social e Investigador. Ensayista y Narrador. Editor de la revista virtual Raf-Tulum y activista por los derechos de la niñez y adolescencia a través de la Asociación ADINA.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/157895
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