El cuartito está igualito

Información-Comunicación desde la izquierda

12/05/2012
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Una de las más importantes reformas que algunos esperábamos del presidente Obama era la referida a Wall Street. Sin embargo a pesar de algunos pasos dados por su Administración en este sentido, el sistema en su esencia ha permanecido igual. Peor aún, las razones que originaron la crisis económica que reventó en el año 2008 y cuyas señales afloraron a fines del 2006, han permanecido intocables. A cuatro años del desastre y las maniobras especulativas que lo causaron continúan practicándose con total impunidad.
 
Hoy amanecimos con la noticia de que JP Morgan, el gigante de las finanzas que parecía inconmovible y que quizás llegó a ser bandera de quienes gustan de las ruletas y los dados, perdió 2000 millones de dólares en una noche. Las razones del fiasco estuvieron dadas precisamente por los mismos mecanismos que causaron el desastre del 2008.
 
No vamos a entrar en explicaciones técnicas y profundas. Empezando porque ni siquiera los “técnicos” especialistas de las finanzas, entienden a ciencia cierta estos manejos. Si en algo son expertos, podrían decir que es en contar. Aunque quieran negarlo, amparados en el doctoral título que los bautiza como “técnicos”, algo así como los nuevos gurús de nuestros días, no son más que contadores de cartas en una mesa de black jack, el juego que en español se conoce como 21.
 
Hay una palabra en inglés que se escribe hedge. En español significa cubrir. En el argot de la bolsa hay una jugada llamada “hedge funds”, lo cual indica una apuesta que cubrimos con otra apuesta o sea, apostamos dos veces con la esperanza de que si perdemos en una ganamos en la otra. Este método fue practicado con mucho éxito por George Soros en los años 90.
 
Dada la crisis monetaria europea surgida en esa época, como consecuencia de la enorme cantidad de circulante empleada por Alemania para hacerle frente a la reconstrucción de la parte Oriental durante los primeros años de la reunificación, el gobierno alemán estableció la estrategia de mantener los intereses altos para evitar que su economía se “sobrecalentara”, término utilizado por los economistas especializados en asuntos de circulación monetaria.
 
En esa época con motivo de esta situación y del proyecto de unificación monetaria que ya venía avanzando en Europa, se creó un organismo llamado Mecanismo Europeo para el Sistema de Tasa de Cambio (ERM) cuyo propósito fue mantener fijos el valor de las monedas en Europa.
 
Gran Bretaña quien aceptó ingresar al organismo, estaba en desventaja porque a pesar de que “legalmente” suponía existir una simetría entre las naciones, en la práctica todos se guiaban por la política monetaria alemana. En el momento de su ingreso, Gran Bretaña mantenía una tasa de cambio relativamente elevada, que no se correspondía exactamente con ciertas señales que anunciaban una posible recesión.
 
George Soros previendo que una devaluación de la libra esterlina estaba en camino, decidió precipitarla o de lo contrario crearla. Para adquirir ventaja al principio vendió algunas miles en el mercado de monedas, por debajo de su valor.
 
Una vez que tuvo en su poder más dólares que libras esterlinas, comenzó una campaña pública expresando que la libra sería devaluada, con lo cual se desató una venta desenfrenada de la misma, provocando la caída de su tasa de cambio. En el momento que llegó a su punto más bajo, Soros volvió a comprar, esta vez a un precio reducido, los 15000 millones de libras que había adquirido prestadas y procedió a devolverlas, embolsándose la ganancia de varios cientos de millones de dólares.
 
Traemos esto a colación, para que los lectores preocupados por el bienestar, amantes de la paz, aspirantes al desarrollo sostenido del ser humano, al crecimiento de su familia, a la estabilidad de sus países, a la probidad y la transparencia, entiendan que el gran regulador de la economía donde vivimos es un chiste, un juego.
 
Se suponía que Obama le pusiera freno a estas prácticas para que las cosas pudieran desenvolverse con más estabilidad y las crisis pudieran contenerse o al menos mitigarse.
 
Debemos señalar que con esto no queremos decir que eliminando estas prácticas lograremos la estabilidad relativa que se requiere, porque la economía está plagada de procedimientos falsos, impuestos por los adalides de las finanzas con la misma impunidad que los soviéticos intentaron disolver el mercado. Los directores del Wall Street y el mundo financiero, han incurrido en violaciones que contradicen el proceso mismo del desarrollo económico, trayendo como consecuencia una distorsión del proceso evolutivo e impidiendo que las irregularidades surjan del devenir de un funcionamiento que, aunque nada tiene que ver con un mecanismo de relojería, exige la aceptación de ciertos procedimientos naturales básicos.
 
De todas las regulaciones que Obama logró que fuesen aceptadas por el establishment, la única que permaneció es la que permite la práctica de los llamados “hedge funds”. El procedimiento de apuesta representado por este método y explicado con simpleza en este trabajo, se fundamente en otro que consiste en vender corto mercaderías fungibles, como recursos naturales, agrícolas, acciones o monedas cambiarias y con el dinero obtenido comprar otras que pudieran aumentar en precio. Esto es lo que hizo en los años 90 George Soros, con la historia de la libra esterlina que someramente hemos explicado.
 
Esta operación, consistente en apostar dos veces con el propósito de que la segunda proteja cualquier posible pérdida de la primera, se conoce en el mundo de la bolsa como “estrategia hedge funds”. Dicha estrategia es la misma que, en gran medida desató ese colapso que ya conocemos y que llevó a tantas personas a la quiebra y el sufrimiento, porque en ese momento ninguna de las dos apuestas ganó.
 
Este juego es el que llevó recientemente a JP Morgan a la pérdida de 2000 millones de dólares el viernes, 11 de mayo del 2012. Si es verdad que el ser humano es el único animal que mete el pié dos veces en el mismo hoyo, también es cierto que el mundo financiero es la única bestia capaz de sepultar la Tierra en una noche.
 
Según el economista Premio Nobel, Paul Krugman los hedge funds, que pudiéramos traducir al español de manera no muy exacta como “Cobertura de Fondos de Inversión”, lejos de cubrir, generalmente hacen lo contrario. A pesar de esto se continúan practicando y el Estado cómplice lo sigue permitiendo.
 
En una palabra: estamos rodeados. Tal parece que salir airosos de la debacle en que nos han sumergido quienes se han apropiado de los recursos del mundo, a través de procedimientos sucios, que nada tienen que ver con la producción, con el trabajo, la iniciativa empresarial y ni siquiera con el mercado, nos llevará todavía un buen tiempo para lograr superarla.
 
Esperemos que el afán de lucro y el egoísmo irresponsable de querer acumular riquezas de la noche a la mañana, no estimule semejantes prácticas en Latinoamérica, el Caribe y otras regiones favorecidas por el desplazamiento de las inversiones hacia sus territorios.
 
El fracaso de JP Morgan, donde perderán realmente los más necesitados que colocaron en esos fondos sus pocos ahorros, es una nueva señal del fracaso del sistema imperante que, desgraciadamente, no será interpretada por los “doctorales técnicos” de los centros financieros, con la misma exactitud y corrección que los gurús de hace cientos de años interpretaban el vuelo de las águilas.
 
Estamos empantanados en el lodo y desgraciadamente quienes conducen el carro no quieren admitirlo, por esos siempre decimos que los movimientos y el pensamiento progresista actual han demostrado mayor ponderación y racionalidad a la hora de revalorar sus experiencias fallidas que el más moderado de los conservadores.
 
A la luz de las grandes reformas requeridas para poner la economía de los grandes países sobre sus pies, comparándolas con su actual estadio, podemos repetir el estribillo de la canción: “el cuartito está igualito”.
 
- Lorenzo Gonzalo periodista cubano residente en EE.UU. subdirector de Radio Miami
 
 
 
 
(Estos textos pueden ser reproducidos libremente siempre que sea con fines no comerciales y cite la fuente.)
 
https://www.alainet.org/es/articulo/157873?language=en

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