De Libia a Siria y... ¿A Moscú y Beijing?
13/02/2012
- Opinión
Ya está suficientemente claro que la democracia no es el objetivo que persiguen europeos y estadounidenses con sus actuales intervenciones militares, a las que como siempre disfrazan de democratizaciones.
En un país tribal como Libia, no les costó mucho convencer a grupos de Bengazi para que tomaran las armas que les ofrecieron y dieron, para iniciar las acciones contra el gobierno al que querían derrocar con el fin acceder directamente uno de los mejores petróleos.
La organización, el entrenamiento de los mal llamados rebeldes y el inicio de sus acciones fue caro, como lo son los costos de todos los experimentos. Ahora, para aprovechar el gasto, lo quieren usar para eliminar a los gobiernos que no estén dispuestos a someterse a los dictados de Washington y Europa.
La segunda fase del experimento se está efectuando en Siria, un país que hasta hace unos meses no era noticia. No es un país rico, tiene un poco de petróleo y no llamaba la atención, pero está en un lugar estratégico para Estados Unidos y sus socios europeos.
Si miramos el mapa, veremos dos puntos geográficos clave en materia de petróleo. Uno, sobre el cual se ha hablado mucho, es el Estrecho de Ormuz, que es la salida al Golfo Pérsico de los países petroleros de la Península Arábiga: Irán, Iraq, Kuwait, Qatar, Arabia Saudita, Omán, Emiratos Árabes Unidos.
Saliendo de Ormuz por el Mar Arábigo se llega al Golfo de Adén y de allí al Mar Rojo, desde el cual se conecta al Canal Suez y al Mar Mediterráneo. A esto se lo denomina la ruta del petróleo.
Siria se encuentra junto a Israel, país que ocupa un territorio que tiene la apariencia de ser la tapa superior del Mar Rojo. Pero, además, Siria limita con Irak y este país con Irán.
Irán, a su vez, limita con Rusia en el Mar Caspio y con Afganistán y Pakistán, país este último que limita con China. Como se puede apreciar, se trata del sector del mundo en que Estados Unidos, fundamentalmente, tiene puestos los ojos.
El revés en la ONU
Los cálculos estadounidenses fallaron rotundamente en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en las que confiaban en obtener el voto favorable de Rusia y China a una intervención en Siria, similar a la que realizaron en Libia.
Pero fueron justamente los sucesos libios los que al parecer iluminaron a rusos y chinos y en esta oportunidad sí ejercieron el derecho a veto que tienen en esa instancia y la secretaria de Estado estadounidense acusó el impacto.
En su opinión, eso costaría “nuevos baños de sangre, nuevos pasos hacia la guerra civil”. Después de una infructuosa reunión con su homólogo ruso, la funcionaria declaró: “Pensé que había margen para acercar posturas y superar las perplejidades de los rusos, pero no hubo manera” y preguntó “¿Qué tiene que ocurrir para que actuemos?”.
Por su parte el ministro de relaciones exteriores ruso descartó una intervención militar, señalando que su país respalda el deseo de cambio de los sirios y consideró inaceptable que se usara la protesta sólo para atacar al Estado sirio y se ignorara a los grupos armados que buscaban intimidar a la gente.
Posteriormente Vladimir Putin, presidente del gobierno, cargo que equivale al de Primer Ministro, formuló tajantes declaraciones rechazando una intervención militar como la que se hizo en Libia, afirmando que las partes en conflicto en Siria debían resolver su problema.
Sostuvo que en Libia se cometen hoy “crímenes horribles” sobre lo que no se habla “porque las consecuencias de la injerencia exterior, sobre todo armada, también amenazan a Siria”.
China, por su parte, reiteró el rechazo a una intervención armada y a través de un vocero reafirmó la amistad de ese país con los sirios y árabes y sostuvo que seguirán apoyando el rol positivo que ha jugado la Liga Árabe.
La prensa china señaló que la rechazada resolución buscaba provocar un cambio de gobierno en Siria, lo que contraviene la Carta de las Naciones Unidas.
Los europeos continuaban evacuando a su personal diplomático de Siria, tal como lo había hecho antes Estados Unidos, país que hace unos días consideraba la posibilidad de proporcionarle armas a los opositores al gobierno de Bachar al Assad.
Y el presidente estadounidense Barack Obama, según el corresponsal del diario español El País “ha mencionado la destitución de Asad como un paso imprescindible”.
Mientras se especula con la nueva confrontación entre Estados Unidos y Rusia, al parecer se ha echado en saco roto un documento que entrega otra visión sobre estos acontecimientos:
Informe de la Liga Árabe
China se ha referido al rol positivo que habría jugado la Liga Árabe en la situación que vive Siria. Es posible que sea una referencia al Informe de la Misión Observadora de la Liga Árabe, documento al que no se le ha dado ninguna importancia.
El texto completo de este documento fue publicado por Global Research, sitio que dirige Michel Chossudovsky. El trabajo de la Misión se desarrolló entre el 24 de diciembre y el 18 de enero, que fue el tiempo que se le dio a sus integrantes para realizar el trabajo.
Curiosamente, sobre ese informe no se habla, pese a que señala cosas importantes. En uno de sus acápites se lee:
“La misión observadora presenció actos de violencia cometidos contra fuerzas del gobierno y civiles, que dejaron muertos y heridos. Ejemplos de esos actos incluyen bombardeos a un bus civil, que mató a 6 personas y dejó a otros heridos, incluyendo a una mujer y niños, así como el bombardeo a un tren que llevaba gasolina. En otro incidente volaron un bus de la policía, matando a dos oficiales”.
Se dice también que recibieron muchos informes de explosiones y violencia, pero que cuando llegaban al lugar indicado, resultaban ser falsos y se agrega que los medios exageraban la naturaleza de los hechos y el número de muertos.
Se indica también que algunos miembros de la Misión faltaron a sus deberes y “rompieron su juramento” cuando “hicieron contacto con funcionarios de sus países y les dieron versiones exageradas de los hechos. Esos funcionarios, en consecuencia, desarrollaron un severo e infundado cuadro de la situación”
La Misión llegó a Siria después de que a ese país le impusieron sanciones, pero el jefe de ella señala que a pesar de eso fueron bien recibidos por las dos partes y por eso estima que “el proceso político debe acelerarse y se debe dar comienzo a un diálogo nacional”.
Incluso se enumera en el texto cuales serían las necesidades para que la Misión continúe su trabajo. Está por cumplirse un mes de la entrega del Informe, el que no ha tenido mayor difusión, y no hay respuesta.
- Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende.
https://www.alainet.org/es/articulo/155832?language=es
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