Los “silencios elocuentes” y las verdades a medias

04/01/2012
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En Estados Unidos de Norteamérica (USA) 10 enormes transnacionales de la comunicación se han apoderado (desde hace rato) de la gran prensa comunicacional mundial e imponen sus improntas en lo que queda de la prensa escrita, en radio y, sobre todo, en televisión. En estos tiempos, del Internet y todas sus variantes. Y digo “lo que queda” de la prensa escrita porque (nos guste o no) está en proceso de extinción. Y no son “los malos” (Chávez, Morales, Correa., Ortega y hasta la viuda Cristina) los que están atentando contra ese ramal comunicacional (que ha sido, desde hace siglos, el motor principal de lo que hoy se conoce como comunicación social) sino, por efectos irreversibles de la dinámica propia de la hoy llamada comunicación (periodismo) La gente, tiene cada vez menos tiempo y dinero para comprar un diario, una revista, y, además debe saber leer y escribir el idioma respetivo. Por eso y mucho más, la televisión ocupa hoy en día las preferencias comunicacionales mundiales, ya que solamente hay que tener un aparato receptor y aplastar botones. Y ya.
 
A las mentiras más descomunales, las tergiversaciones diarias, la manipulación informativa, la maximación (agrandamiento) de lo interesante y la minimación (empequeñecimiento) de lo importante, hay que agregar, desde hace rato, el silencio de aquellos aspectos de la información que se los considera peligrosos o inapropiados para mantener “sumisos” a numerosos pueblos. Por eso se dice -y con propiedad- que en estos tiempos no hay pueblo más desinformado que el norteamericano. Por el mismo camino van las “democracias” europeas (reinados) y asiáticas (Japón, que es un imperio) Y, por igual sendero, nos quieren conducir a todos los países del mundo, con América Latina incluida.
 
¿Qué estoy diciendo una barbaridad solo porque dudo de la democracia y la libertad de ese gran país del norte? Tal vez; pero mucha gente desconoce, por decir algo, que anualmente se edita, en los propios Estados Unidos, una agenda que se titula “Projetc Censored” (Proyecto Censurado, en castellano) que es editado (o era) por académicos y estudiantes de la “Universidad Sonoma State” de California. Ese documento recoge, anualmente, las 25 noticias que han sido ignoradas completamente por la gran prensa norteamericana. Nada o muy poco se publica, por ejemplo, sobre temas de corrupción y manejo interesado de la gran corrupción (los famosos lobbys) que reinan en las dos cámaras del Congreso Norteamericano; y el número de muertos aproximados y “marginales” (civiles) que causó la invasión de Irak o de Libia; los suicidios y el consumo de drogas en las tropas USA, etc. Y, en estos últimos años, Proyecto Censurado ha tenido que abrirse y dejar constancia de otras 25 noticias que también debieron haber sido difundidas por la gran prensa USA.
 
Pregunto: ¿no es este un asunto que debió haber preocupado hace rato a la piadosa SIP-CIA? Y digo piadosa porque hace días la SIP “hizo pública” su preocupación porque están matando periodistas TAMBIÉN. No solo está preocupada de los “riesgos” que para la sagrada libertad de expresión (de ellos) se están presentando en “gobiernos díscolos” como los antes citados, sino porque están matando “de a de veras” a periodistas en México, Honduras, Panamá, Colombia. Asuntos de los cuales el gringo que actualmente gobierna la SIP-CIA se ha dado cuenta recién. Pero de estas nuevas formas de manipulación informativa, ni pío.
 
Por extensión y por “obediencia debida” lo mismo se está aplicando en nuestros países, en especial si se trata de “gobiernos díscolos” que le están causando un dolor de cabeza al gran imperio y los imperitos. Antes, el blanco de tal política era Cuba; pero la Isla revolucionaria, a pesar de todos los pesares, sigue presente a 90 millas del gran imperio, que anualmente se gasta millones de millones de dólares, tratando de “rescatarla” a lo que era, hasta el 1 de enero/1959, el gran cabaret de la élite USA y un punto estratégico para el tráfico de drogas o narcotráfico, etc. Y no es que hayan bajado la guardia contra Cuba (sigue el criminal bloqueo de medio siglo, con todas sus consecuencias) sino que hoy, “el plato principal” se llama (Hugo) Chávez y con él la posibilidad cierta de controlar (para provecho del imperio) de sus enormes reservas petroleras en el Orinoco. Y, desde noviembre pasado, la Confraternidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) que, apenas comience a operar sin EE.UU. y sin Canadá, promete mejores días y un impulso inusitado de los países de toda la región, que pueden vivir pacíficamente y desarrollarse entre estados que eran (son aún, algunos) dependientes totales del gran imperio y de los imperitos.
 
Es decir (vuelvo a preguntar) ¿quién mismo es el peor enemigo de la libertad de expresión del pensamiento? Sostengo que los principales enemigos de este valor universal son todos los medios de comunicación. Si son empresas, se han constituido para defender intereses; y en esos intereses juega papel importantísimo el derecho que tienen grandes grupos sociales de estar, por ejemplo, con el neo capitalismo salvaje y predador. Y si estas empresas, en manos de capitalistas, dependen enteramente de los capitales que lo sustentan y de la “generosa” publicidad que necesita la sociedad de consumo, pues entonces mal pueden respetar la libertad de expresión, de los sectores que se oponen al neo liberalismo. ¿O estoy equivocado? Para no ir muy lejos, cito el caso de los movimientos populares registrados últimamente en los propios EE.UU. y Europa contra el capitalismo salvaje. ¿Ya pasaron o siguen adelante? No necesito ser “malo” para solamente señalar que en estos mismos días (fines de diciembre/2011 y enero/2012) han sido arrestados, por la policía neoyorquina, cerca de un centenar de “revoltosos” acusados de haber ocupado “ilegalmente” sectores de tránsito ciudadano. Y a eso se llama país libre, democrático.
 
El silencio se ha incorporado al arsenal de la gran prensa sipiana, en nuestros países. En combinación con otras “herramientas” de la democracia occidental y cristiana, es letal. No solamente que se niega lo importante (que ahora, por decir algo, se atiende al que lo solicita, con médicos y medicinas gratuitas, en cualquier hospital público del Ecuador) sino que se maximiza lo interesante: que algún hospital, por allí, o no está al ritmo de estos tiempos y carece de todo. O que hay tres mil escuelas y colegios que han sido restablecidos totalmente (lo importante) y que por ahí se ha quedado, como siempre, algún plantel rural (lo interesante)
 
Y tampoco la gran prensa sipiana no dice que, en estos tiempos, todas las formas comunicacionales han sido y son manipuladas a placer. Hasta hace unas décadas, la información (la noticia) era tratada con cierta ética. Los diarios y los noticieros radiales,   por lo menos, trataban de parecer como “objetivos, neutros” e incluían en sus noticias las diversas versiones (muchas veces contradictorias) que se dan en cualquier asunto, en especial, si es político. Hoy en día, la gran prensa sipiana difunde, como noticia confirmada (que no admite discusión) lo que es solo una versión, de una de las partes. Y “hace análisis” (periodismo interpretativo) con solo esos elementos; todos enderezados a demostrar que tal o cual actor es “el bueno” y está siendo ofendido por “el malo”. Tal el caso de la sentencia de primera, de segunda y de tercera instancias, dictada contra el ex editor de opinión del diario El Universo (de Guayaquil) y tres de sus máximos personeros. De acuerdo a la prensa sipiana, el abogado y patrocinador del diario demandado (EL Universo) siempre tiene la razón; jamás el abogado de la parte contraria; peor el Presidente de la República, que es el que planteó la demanda. Y, lo que no se dice nunca es que tal sentencia fue dictada de conformidad con una vieja ley, vigente en el Ecuador desde hace décadas. Hay un asambleísta (que tiene impunidad e inmunidad parlamentarias) que inclusive llega a afirmar (desafiante) que el autor de esa sentencia es el abogado del Presidente; y no pasa absolutamente nada. Tampoco dirán que una sentencia de primera instancia ha sido ratificada en segunda y tercera instancias, es decir por otros jueces que tienen el rango de magistrados. Pregunto: ¿Es eso libertad de expresión?
 
Vuelvo al motivo de este comentario. El silencio de los medios de comunicación (llamados grandes e independientes) está siendo ya utilizado, en combinación con otros recursos comunicacionales. Y tampoco hay que olvidar que hace décadas, ya el doctor Velasco Ibarra (5 veces Presidente) dijo, levantando su dedo derecho: “Mi silencio es terriblemente elocuente” Esta admonición está siendo utilizada en Ecuador. La pregunta es: ¿dará los mismos resultados que en Estados Unidos? Al parecer no. Y digo al parecer porque es de apreciación fácil que la gran prensa sipiana todavía tiene algo de credibilidad; y, hay muchos sectores que creen que todo lo que dicen es verdad. En especial la llamada clase media, como que está cayendo en esa trampa. Si a eso le agregamos que el Gobierno del Presidente (Rafael) Correa no tiene hasta la fecha una política de comunicación coherente y rápida, pues es fácil entender por qué los sectores “pelucones” o que tienden a ello, no cesan de criticar a la “revolución ciudadana”
 
En este punto es aplicable un “proverbio” mediático: “lo que no está en la televisión, simple y llanamente no existe” A esos extremos hemos llegado. La vanidad de los dueños de medios de comunicación (en especial audiovisuales) y de sus periodistas estrella, no tiene límites. Se creen los dueños del mundo. Creen que están en capacidad de “hacer vivir o hacer morir” a quien ellos consideren su “amigo o enemigo” Esta vanidad me recuerda a un Obispo de Berkeley (que llegó a filósofo) y quien decía que nada existe y todo es percepción del hombre. A ese obispo, los “herejes” de esos tiempos (siglo 19) le desafiaron a que se ponga frente a una carreta (no existían los automotores) y que, si salía vivo de la experiencia, le creían; de lo contrario, era un loco que pretendía desconocer la vigencia de las realidades.
 
 Poco a poco, las realidades del mundo van imponiéndose por sobre las lucubraciones de los dueños de medios. Otro alguien dijo con propiedad: “se puede engañar a una persona, una vez; se puede engañar a muchas personas, varias veces; pero no se puede engañar a mucha gente, todo el tiempo” Por desgracia, los medios comunicacionales han tenido que suplir a los viejos y podridos partidos políticos (que prácticamente han desaparecido) y, como vanguardistas del capitalismo salvaje que tienen que defender, para sobrevivir, no reparan que se desprestigian y que, aquello que antiguamente exhibían con mucho orgullo (la credibilidad) ha disminuido; y sigue disminuyendo cada vez más.
 
 La única manera de detener esta avalancha, es decir la verdad; volver a los viejos tiempos. Y aquello también resulta muy difícil. En especial, si hay dueños de medios, periodistas estrella que no hacen honor a sus títulos y asambleístas (legisladores) que son peores que todos. Que han oído cantar la gallo pero no saben dónde y qué dice.
 
Quito, enero 4/2012
 
Alberto Maldonado S.
Periodista – Ecuador
 
https://www.alainet.org/es/articulo/154958
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