Crisis y protestas, justificativo para reprimir

09/10/2011
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Europa, Estados Unidos, América Latina, Medio Oriente y parte de África, porque la otra parte del continente africano se está muriendo de hambre, son el escenario de protestas y reclamos justificados de centenares de millones de personas que están pagando las consecuencias del fracaso de los experimentos económico-financiero de los sectores más ricos.
 
Desde el término de la segunda guerra mundial en 1945 se han puesto en práctica toda clase de iniciativas que han fracasado o servido para que a la postre se fortaleciera el surgimiento de una superpotencia que asumiría un rol hegemónico para defender a la humanidad del socialismo y del comunismo.
 
Y así, Estados Unidos empezó a regir los destinos de Occidente tras imponerse en Europa con el Plan Marshall, que le dio ganancias y poder, hasta que los europeos se sintieron en condiciones de recuperar los capitales que habían depositado en bancos estadounidenses durante la guerra.
 
Desde entonces el país del norte empezó a experimentar déficits presupuestales que ahora son estratosféricos debido a las guerras a crédito que ha emprendido, como las acaba de calificar un premio Nobel de Economía.Y en esta carrera cuesta abajo lo acompañan los países europeos que perdieron el control sobre las “colonias” cuyas riquezas explotaban en África y el Medio Oriente.
 
Las rebeliones que hoy observamos allí y las guerras con que se las quiere volver a dominar para que los ex colonialistas recuperen el manejo de sus recursos naturales, se unen, en un contexto distinto, a los reclamos de las mayorías europeas, estadounidenses y latinoamericanas.
 
La protesta es mundial
 
En los últimos meses la protesta se ha generalizado en términos no vistos antes. Los “indignados“ españoles acamparon durante semanas en el centro de Madrid hasta que fueron desalojados, pero hace unos días 68 mil maestros, padres y alumnos volvieron a ocupar el sector céntrico.
 
Era la cuarta jornada de huelga en protesta por el recorte en el presupuesto de la Educación Secundaria. Bajo el lema “La educación no es gasto, es inversión”, advertían que el conflicto será largo y maestros, padres y alumnos pedían la dimisión de las autoridades educativas, con el apoyo de las organizaciones de trabajadores.
 
Se agregaron luego los franceses que fueron reprimidos con inusitada violencia. Siguieron los ingleses, igualmente reprimidos en forma violenta, a los manifestantes se los acusó de crear disturbios “para robar” no para protestar y el Primer Ministro advirtió que podría llamar al ejército.
 
También se registraron protestas en Grecia, que vive una situación extrema, por el suspenso en que se mantenía al país respecto al apoyo financiero que se le iba a proporcionar. Y las protestas se multiplicaban en Estados Unidos y América Latina.
 
En República Dominicana miles salieron a las calles a reclamar mayor presupuesto para la educación, en cumplimiento de lo dispuesto en la Constitución y la ley, señalaron. La mayor parte vestía ropas amarillas, distintivo de la coalición Educación Digna.
 
En Colombia la Unión Sindical Obrera, USO, de los trabajadores petroleros, denunció la “voracidad” de las multinacionales en la explotación de esos recursos en su país y el presidente de esa organización demandó la realización de una consulta al pueblo sobre el manejo del petróleo.
 
Y el reclamo llegó a Estados Unidos, donde talvez desde el movimiento por los derechos de los negros no se veían movilizaciones de esta envergadura. Empezó con una protesta de algunos centenares de personas en Wall Street, en Nueva York, centro del poder financiero del país del norte.
 
Con el correr de los días se fueron sumando empleados del transporte, profesores, estudiantes, jubilados, 15 sindicatos de Nueva York, entre ellos el de los transportistas, para mostrar en una marcha conjunta “la cara de los neoyorquinos, que han sido golpeados más duramente por la avaricia corporativa”.
 
El movimiento se ha extendido a Los Ángeles, Chicago, Carolina del Norte, Nuevo México, Filadelfia, Seattle, Boston y otras ciudades. También se han sumado algunos famosos como Michael Moore y Susan Sarandon, mientras el magnate George Soros solidarizó con los manifestantes diciendo que entiende sus sentimientos por la crisis económica mundial.
 
Negocios y represión
 
El conflicto más prolongado es el producido en Chile a raíz de la movilización estudiantil en demanda de educación gratuita y bajo tuición del Estado, como era antes de la dictadura pinochetista que la privatizó y convirtió en un pingüe negocio.
 
El gobierno de Sebastián Piñera pretendió controlar el movimiento descalificándolo y reprimiendo las marchas y manifestaciones de los jóvenes, sin entender que éstos representaban el sentir de la mayoría de la población, como ha quedado de manifiesto en los cinco meses transcurridos desde que se inició.
 
Cuando ya era evidente que el gobierno y el presidente no podían mantener su posición, Piñera dio comienzo a lo que ahora no se sabe si es un torpe juego o el inicio de un nuevo proyecto autoritario del sector político al que pertenece, que apoyó el golpe militar y al régimen de Pinochet.
 
En la primera reunión de la mesa de diálogo entre el ministro de Educación y las directivas estudiantiles, las partes puntualizaron sus posiciones y al cierre de estas líneas apenas había empezado una segunda reunión, pero esta vez en un clima distinto.
 
El gobierno acusó el impacto de una encuesta dada a conocer hace 15 días, en la que se establecía que el respaldo al presidente había caído al 22 por ciento, el rechazo a su gestión se había elevado al 63 por ciento y el apoyo al movimiento estudiantil era del 89 por ciento.
 
La reacción gubernamental fue enviar al congreso un proyecto de ley que establece una serie de penas contra los que protesten, incluso proponiendo que se condene con 3 años de cárcel a quienes participen en la toma de alguna escuela.
 
Mientras, Piñera declaraba que el país no puede dar educación gratuita y que, además, “no es justo que con los impuestos que pagan los más pobres de nuestro país estemos financiando la educación de los más ricos”.
 
Efectivamente, no es justo y eso implica admitir el carácter del sistema impuesto por la dictadura y al que sólo se le han hecho modificaciones menores en los 21 años transcurridos desde la salida de Pinochet.
 
Pero hay otro asunto importante de por medio, la educación privada deja enormes ganancias. El año 2009, las universidades privadas tuvieron una ganancia de 84 mil 165 millones de pesos chilenos, a un promedio de 500 pesos por dólar.
 
Eso no representa todas sus utilidades porque pueden descontar los gastos que estimen conveniente, sean o no reales, y así pagar menos impuestos.
 
Aunque los ministros del gabinete de Piñera se comprometieron a desvincularse de sus negocios, ya que en general provienen del mundo empresarial, resulta que la tercera universidad que más ganancias obtuvo el año 2009 fue la Autónoma, que pertenece al ministro de Justicia, sus ganancias sumaron 11 mil 796 millones de pesos chilenos.
Y así, los negocios se salvan con proyectos represivos.
 
- Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende.
https://www.alainet.org/es/articulo/153159?language=es
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