El trágico caso Candela
La bestialidad mediática
05/09/2011
- Opinión
La Red de Observatorios Universitarios analiza el tratamiento por parte de los medios hegemónicos acerca de casos pretendidamente construidos como el "gran flagelo de la inseguridad".
“Vi una miseria humana muy grande, sobre todo en la dirigencia política, en la Sociedad Rural y en el cura que convocó a una marcha por muerte violenta sin tener precisiones sobre las circunstancias del hecho”, dijo el intendente de la localidad bonaerense de Ayacucho, Darío David, a principios de agosto último, en ocasión del proceso de manipulación del que había sido objeto la muerte de una beba, motivando una convulsionada protesta popular.
Días antes, cuando ya se sabía que la versión original de la madre de la niña fallecida (robo y homicidio) era falsa, el diario Clarín destacaba en su información gráfica: “Otra vez. La gente de Ayacucho salió a la calle por segunda noche consecutiva. También hubo una misa”, subrayando, como hace en forma sistemática, su visión catastrofista e hipertrofiada del tópico “inseguridad”.
El martilleo constante de las cadenas privadas de televisión y la irresponsabilidad oportunista de fuerzas políticas opositoras –faltaban pocos días para las elecciones Primarias Abiertas Simultánea y Obligatorias del 14 de agosto- recalentaban los ánimos, de forma tal que el intendente David estuvo a punto de ser víctima de linchamiento.
Los hechos de Ayacucho parecen no haber dejado enseñanza alguna, o, dicho de otro modo, pese al estado de desnudez en que quedó en aquella oportunidad la maquinaria mediática de manipulación, la corporación oligopólica de la palabra volvió al ataque.
Sobre todo desde las pantallas de televisión, convertidas en un dispositivo repetidor sin pausa. Resaltando las voces no oficiales y sin información, como es el caso de las “ONGs solidarias” (instrumentos que el neoliberalismo pensó como sustitutos del Estado), el andamiaje mediático arrasó con la emoción colectiva, convirtiendo al caso en “conmoción nacional”. En ese clima, aparecieron los “famosos”, asumiéndose como militantes de un clima y un reclamo instalado desde los mecanismos de producción de sentidos hegemónicos.
Ese escenario efectivamente se transformó en conmoción cuando se conoció oficialmente el rumbo de las investigaciones judiciales, tras la aparición, el miércoles pasado, del cadáver de Candela: se exploraba en torno a las actividades delictivas de su padre y comenzaban a aparecer señales claras de que la propia madre de la niña asesinada habría ocultado información. Se desmontaba el caso como episodio de “inseguridad”, la especie tan ansiada por el universo mediático concentrado.
Sin embargo, el diario Clarín no puede reprimir su pulsión de agravios contra gobierno nacional. En su edición del 1 de septiembre publicó lo siguiente:
“Cristina y Scioli, preocupados por despegar el caso de la inseguridad. El gobernador mantuvo informada a la Presidenta a cada minuto: Con el cuerpo de Candela Rodríguez tirado a pocos metros en el pavimento y todavía conmovido por el llanto a gritos de la madre de la nena, Daniel Scioli pidió ayer a su secretario que lo comunicara con la Casa Rosada. El gobernador se encargó de decirle a la Presidenta Cristina Kirchner que había aparecido muerta en Villa Tesei la chica cuya suerte tuvo en vilo por diez días a medio país y a todos los funcionarios relevantes de los gobiernos nacional y bonaerense, empeñados en separar el caso de las estadísticas de inseguridad”.
Ese mismo día, un poco más tarde, mientras la TV noticiosa aglomeraba sus cámaras en torno al sepelio de la víctima, el sitio infobae.com informaba: “Secuestran una camioneta relacionada con un familiar de “El Gordo” Juan Manuel: La Policía cree que el vehículo se utilizó para trasladar el cuerpo de la menor hasta la colectora del Acceso Oeste, donde se encontró. Según se confirmó, es utilizada en el trabajo por un familiar de Juan Manuel Falasco, un ex convicto que compartió la celda con el padre de Candela”.
Por supuesto el caso no está cerrado, como seguramente no quedarán clausuradas las operaciones de manipulación y disciplinamiento social por parte de los oligopolios de la comunicación.
- Víctor Ego Ducrot es Director de la Red de Observatorios Universitarios de Medios
Agencia Periodística de América del Sur (APAS)
https://www.alainet.org/es/articulo/152336?language=es
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