Sobre las exploraciones y posibilidades de paz

23/08/2011
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El tema de las posibilidades de una superación negociada del conflicto interno armado ha sido colocado en la agenda por diversos actores en los últimos meses, empezando por el Presidente de la República que se ha referido al mismo en varios momentos, señalando su deseo de que en su gobierno pudiera cerrarse este crónico enfrentamiento armado, pero al tiempo planteando claramente que esa posibilidad se abriría si hay hechos de paz y no declaraciones de buenas intenciones; igualmente ha sido el tema en el ir y venir de cartas entre ciudadanos y jefes de las guerrillas y por supuesto, también en el Encuentro campesino, indígena y de afrodescendientes realizado en días pasados en Barrancabermeja.
 
Y por supuesto estoy convencido que la inmensa mayoría de colombianos desearíamos la terminación pronta de este largo enfrentamiento armado que ha producido tanto dolor y heridas en la sociedad colombiana. Pero una cosa son los deseos y otra muy distinta las realidades y no ayuda mucho que se confundan estas dos dimensiones. Son los hechos asociados al conflicto armado los que pueden generar ventanas de oportunidad para que una negociación final del mismo sea exitosa. Por ello actuar de manera cautelosa es una buena contribución a crear condiciones.
 
El Presidente Santos conoce bien el tema, él estuvo a mediados de los 70s haciendo gestiones como ciudadano con los diferentes actores del conflicto armado y con el apoyo de personalidades internacionales, para construir propuestas de salida; luego fue uno de los colombianos que participó en el ‘Encuentro de Puerta del Cielo’ con el ELN en Alemania; estuvo como parte de una Comisión que buscaba verificar la zona del despeje en el Caguán, en fin, no es un neófito en el tema. Igual sucede con el Vicepresidente que ayudó en distintas iniciativas ciudadanas a buscar acercamientos con las organizaciones guerrilleras y como uno de los llamados ‘gobernantes alternativos’ contribuyó a la experiencia de conversaciones con el ELN en el gobierno Uribe, tanto en Casa de Paz en Medellín como en La Habana. Recuerdo esto para decir que no estamos en manos inexpertas, que tenemos en la dirección del Gobierno conocedores del problema y además personas partidarias de encontrar una salida negociada. Pero para negociar se requieren dos partes y no hay claridad sobre la posición de la guerrilla.
 
Ahora bien, una negociación con posibilidades de éxito se debe construir sobre bases reales; algunas de ellas serían: primero, se trata de un conflicto asimétrico entre un Estado que tiene legitimidad y legalidad y unas organizaciones alzadas en armas, con apoyos marginales y con prácticas altamente criminalizadas; dos, la experiencia de negociaciones exitosas –nacional e internacional- muestra que los actores irregulares deben tomar la decisión de utilizar la negociación para una conclusión definitiva de los enfrentamientos armados y por lo tanto ese es el principal horizonte de una negociación; tres, estas organizaciones deben dar muestras claras de su decisión en esta dirección, lo que se denomina crear ‘hechos de paz’; cuatro, debe haber un cese de actividades armadas por parte de estas organizaciones alzadas contra el Estado, porque la experiencia muestra que sólo una negociación con cese de hostilidades puede ser exitosa y tener apoyo de la sociedad; cinco, con las restricciones jurídicas internacionales, el Estado debe construir marcos jurídicos que viabilicen las salidas en este campo; sexto, la mesa de negociación debe ser de carácter bilateral entre las partes enfrentadas y allí se construirá la agenda de la misma.
 
Las organizaciones sociales que tienen sus demandas legítimas frente al Estado deberían construir escenarios de diálogo social con el Estado y allí tramitar sus agendas, con la seguridad que si estos escenarios funcionan, eso se vuelve una contribución positiva a un clima social favorable a la negociación del conflicto armado.
 
Alejo Vargas Velásquez es profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia y
coordinador del Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa.
https://www.alainet.org/es/articulo/152045
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