Hugo Chávez, Pérez Becerra y la nefasta actitud de algunos medios alternativos

19/06/2011
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  • Opinión
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Desde que el pasado 23 de abril el ciudadano sueco Joaquín Pérez Becerra fuera entregado a Colombia por el gobierno venezolano, las críticas adversas para con el presidente bolivariano Hugo Chávez Frías no han cesado todavía. Durante ya casi dos meses, a Chávez se le ha acusado de todo; se le ha llamado cobarde, traidor, hipócrita, vendido, insolidario… y qué sé yo cuantas cosas más. Lo curioso del caso es que todas estas perlas, propias de los medios reaccionarios más rancios -cuyos adinerados dueños deben de estar frotándose las manos-, han sido vertidas desde conocidos medios de los llamados alternativos. No es que crea que estos medios no deban recoger críticas adversas para con los dirigentes revolucionarios, si parte de sus colaboradores así lo consideran, pero no acompañar a éstas con otras que las rebatan –y eso es lo que real y lamentablemente está sucediendo durante ya tanto tiempo- me parece que es injusto y muy poco saludable.
 
En el Estado español, buena parte de los citados medios se están despachando con ganas. Para no extenderme demasiado citaré sólo a cuatro. LA HAINE ha publicado decenas de textos críticos con Chávez; quizás alguno se me haya escapado, pero yo no he encontrado artículos que, mínimamente siquiera, defiendan al presidente bolivariano. INSURGENTE ha publicado menos sobre el tema, en cualquier caso, todos los que yo he encontrado son críticos con la actitud de Chávez. KAOS EN LA RED también ha publicado numerosos artículos críticos con Chávez, en cuanto a los del signo contrario no he encontrado ninguno. Por cierto, me sorprende negativamente como un medio que va de purista como Kaos en la Red, que se autodenomina libre y alternativo, se haya pasado toda su existencia pidiendo dinero, y, como al parecer las aportaciones militantes son insuficiente, de un tiempo a esta parte se haya infectado de publicidad acogiéndola en su seno -tan cochambrosa y vergonzosa, además, como: “contrata seguridad conectada a la policía”-. Pero, en fin, ese es otro tema que no voy a tocar ahora, porque no viene a cuento.
 
Lo perfecto no existe; ¡qué horror si existiera! Los grupos políticos más cercanos, en lo geográfico y en lo ideológico, a los tres medios hasta ahora mencionados tampoco están exentos de cometer errores; más bien los han cometido a raudales. Sin embargo, en aquellos sitios web nunca he leído una crítica para con ellos; mucho menos todavía tan severa y prolongada en el tiempo como la que se le está haciendo al presidente bolivariano.
 
¿A qué se debe trato tan desigual? ¿Acaso es más fácil criticar los errores lejanos que los de casa? ¿Cómo es posible que desde el Estado español haya individuos que se arroguen el derecho de impartir clases a dirigentes de procesos revolucionarios que nos llevan años luz en todo? Si en verdad a este lado del Atlántico somos tan inteligentes, ¿por qué llevamos tanto tiempo soportando un fascismo tan humillante en nuestro propio territorio, cuando allende los mares no pocos países se están sacudiendo el yugo con éxito indiscutible? ¿Tenemos que enseñar o aprender? Personalmente, ya me gustaría que una revolución como la bolivariana de Venezuela, con todos sus aciertos y desaciertos, fuese la realidad de este engendro que llamamos España, pero, visto lo visto, mucho me temo que eso no va a ser posible en muchísimos años. ¿Cuándo aprenderemos a ser más humildes con los humildes?
 
La crítica es saludable, cierto, pero la autocrítica también. En 2009, un puñado de periodistas e intelectuales de izquierda del Estado español criticaron virulentamente a Fidel Castro, arrogándose el derecho de “defender y representar” al pueblo cubano, como si este fuera necio. Se habían realizado algunos cambios en el gobierno, y, en una de sus reflexiones, Fidel expresó que eran cambios sanos, calificando de indignos a dos de los sustituidos. Los críticos a los que me refiero creían en la inocencia de los indignos no en las palabras de Fidel; y es que los sustituidos eran dos individuos hasta entonces queridos y valorados en Cuba. No mucho tiempo después, el PCC difundió un video entre su militancia –prácticamente lo pudo ver todo el pueblo- que probaban con creces las acusaciones vertidas para su sustitución. Pues bien, a día de hoy, los mencionados periodistas e intelectuales todavía no se han autocriticado por su injerencia y torpeza.
 
Y ahora acabo con el cuarto medio alternativo. En REBELIÓN también han publicado bastantes artículos críticos con Chávez, no pocos de ellos en calidad de máximos titulares; sin embargo, aunque han recogido algunos de signo contrario, estos los puedo contar con los dedos de una mano, y quizás hasta me sobre alguno de ellos; la balanza, sin duda, está bastante desequilibrada.
 
Es muy probable que los citados medios no hayan recibido textos favorables al presidente venezolano, en cuanto al tema que nos ocupa se refiere, o al menos no tan críticos. Pero eso no es ninguna excusa para no publicarlos. Todos los medios alternativos se nutren de artículos enviados por los autores, pero también lo hacen recogiendo la información de otros periódicos. ¿Por qué, si su deber es buscarlos, en este caso no han actuado de esa manera? Cualquier medio alternativo que se jacte de serlo debería haberlo hecho; máxime cuando la noticia en ellos aún sigue viva, después de casi dos meses de producida. Y los textos que enfocan el caso desde otro punto de vista es evidente que existen, como sin duda lo certifica este ejemplo: (http://www.vive.gob.ve/inf_art.php?id_not=23500&id_s=3 ), artículo de Mario Sanoja que, si tienen un poco de tiempo, les recomiendo. No hay justificación aparente, pues, para que en el transcurso de casi dos meses estos hayan brillado por su ausencia.   
 
Una de las acusaciones más repetidas que se le ha hecho al presidente bolivariano, tras la entrega de Joaquín Pérez Becerra, ha sido aquella de que ha dejado de ser internacionalista. Quien así opina conoce muy poco o nada la realidad de la Revolución Bolivariana –liderada por Chávez, no lo olvidemos- en cuanto a su política internacionalista y solidaria se refiere. Los ejemplos que desmienten tan desacertada e injusta acusación abundan por doquier; he aquí dos de ellos que recientemente han sido publicados en Alai-amlatina y en Cubainformación: (http://alainet.org/active/47368 ) (http://www.cubainformacion.tv/index.php?option=com_content&view=article&id=23183:-cuba-y-venezuela-crean-una-escuela-de-secundaria-en-los-campamentos-saharauis&catid=55&Itemid=200077 ). Cabe preguntarse si las cuantiosas personas que se están beneficiando de la ingente ayuda venezolana también piensan que Chávez es un cobarde, traidor, hipócrita, vendido, insolidario…, que se ha olvidado de las prácticas internacionalistas. Cualquier mente desprovista de odio y prejuicios puede imaginarse la respuesta.
 
Por el contrario, de Pérez Becerra nunca ha trascendido el motivo real de su viaje a Venezuela. A día de hoy no se sabe si iba de vacaciones, si simplemente pasaba por allí, si fue invitado por alguna organización o sector de izquierda crítico con el gobierno en su lucha por la dirección del proceso revolucionario –en todas o casi todas las revoluciones han existido esas luchas, sobre todo en sus inicios; y la bolivariana es joven todavía- a sabiendas de que su presencia le pondría al líder bolivariano entre la espada y la pared… ¿Era consciente de lo que hacía el entregado o fue engañado? Si el viaje a Venezuela fue única y exclusivamente decisión suya, ¿por qué lo hizo coincidir con unas fechas tan cruciales? No olvidemos que el próximo 5 de julio, en Caracas, se oficializará la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños –CELAC-, sin Canadá y EE.UU. y destinada a enterrar a la oprobiosa OEA.    
 
Los medios alternativos arriba citados han contribuido –están contribuyendo- a crear una imagen de Chávez totalmente falsa: la de insolidario. En cambio, a Pérez Becerra le han aplicado la etiqueta de héroe de la película. Si Chávez ha sido insolidario con Pérez Becerra, ¿no podemos acaso decir que Pérez Becerra ha sido insolidario con la Revolución Bolivariana de Venezuela? Pese a quien pese, Pérez Becerra no es un individuo normal y corriente; debería serlo, pero no lo es. Y su “anormalidad” no es precisamente Chávez quien la decide. El entregado debería saberlo. ¿Era para él tan importante su presencia en Venezuela? Si lo era, ¿no podía haberla hecho coincidir con otra fecha menos comprometedora? No se puede hacer siempre lo que se desea, y menos todavía cuando se es revolucionario. A veces es necesario hacer sólo lo que conviene, máxime cuando con una actitud personal se pone en peligro todo un proceso revolucionario en marcha.
 
El próximo año se celebrarán nuevas elecciones en Venezuela, y serán presidenciales. Como no puede ser de otra manera, la bolivariana es una revolución fuertemente enraizada en el pueblo, pero no por ello deja de estar pendida de un hilo. El ensañamiento mediático con Chávez, además de injusto me parece contraproducente. No estoy en contra de la crítica, en absoluto. Pero es que algunos medios alternativos llevan ya casi dos meses repitiendo lo mismo, sin aportar nada nuevo. ¿A quién beneficia tan machacona insistencia? Como Jóse Martí, siempre he creído que “los pueblos han de vivir criticándose, porque la crítica es la salud; pero con un solo pecho y una sola mente”.
 
La supuesta izquierda que tanto le está criticando, debería tener en cuenta que es Chávez el candidato bolivariano a los citados comicios, y que su insistente actitud puede llegar a arrastrar a no poca gente a aplicar, contra su propio candidato, a una abstención o a un “voto de castigo”. Juegan con fuego. Por el bien de Venezuela y de millones de personas de América Latina y del resto del mundo, la proximidad de los comicios recomiendan el cese inmediato de las hostilidades contra el presidente.
 
Lamentablemente, el enemigo es demasiado poderoso para andar malgastando inútilmente unas fuerzas que nunca sobran. Después, será inútil llevarse las manos a la cabeza.
 
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Breve respuesta a un relato de Roberto Ávila
 
Acabo de leer un relato del compañero chileno Roberto Ávila, publicado en Rebelión (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=130717 ) y recogido de Tribuna Popular, Órgano Oficial del Partido Comunista de Venezuela. Se trata de cómo un grupo de guerrilleros argentinos que, huyendo de su país a Chile de la Unidad Popular, fueron acogidos por el presidente y no los entregó al gobierno argentino que los reclamaba. El gesto de Salvador Allende, sin duda, me parece digno de admiración, pero, sinceramente, no creo que sirva de ejemplo para compararlo, como creo que se pretende, con el caso de Joaquín Pérez Becerra y su entrega a Colombia por parte del presidente bolivariano. Y es que si obviamos el contexto histórico y otras importantes circunstancias el resultado de las comparaciones siempre serán más ficticias que reales.
 
En 1972, año en que sucedió lo narrado por Ávila, América Latina era un hervidero de focos guerrilleros; es probable que pocos países carecieran de ellos. Sucede que por la vía electoral era prácticamente imposible tomar el poder. Fue precisamente en Chile cuando comenzó a cambiar esa tendencia, aunque, si bien es cierto, probablemente por la negativa de Allende a armar y entrenar debidamente al pueblo, el fascista golpe de estado resultó fácilmente triunfante. Hoy, en 2011, ¿cuantos grupos guerrilleros existen? Todo el mundo sabe que los que existen proceden, como las FARC y el ELN, de hace ya muchísimos años atrás. El motivo de la escasez de guerrillas es muy fácil de entender. A día de hoy, en América Latina sí es posible la toma de poder mediante elecciones electorales, aunque los sistemas electorales, incluso, inicialmente favorezcan a las oligarquías. Esto no lo digo yo, lo dicen hechos concretos, como por ejemplo los de Venezuela, Bolivia y Ecuador. Sin embargo, por la vía armada en los últimos tiempos no se está consiguiendo nada –esto último también lo dicen los hechos-, sino complicar notablemente el transcurrir de procesos revolucionarios ya en marcha.
 
Seguía el relato de Ávila diciendo que los prisioneros políticos que no pudieron huir de Argentina, como los que llegaron a Chile, fueron fusilados. Tamaña salvajada, sin duda, pero suerte que seguro Joaquín Pérez Becerra, por mucho que esté en manos de un gobierno fascista, no va a correr; entre otras cosas porque es un ciudadano sueco y las autoridades colombianas se guardarán mucho de que algo grave le ocurra; es muy probable, además, que no tarde mucho tiempo en volver a su casa –y ojalá que así sea-. Luego, en este punto tampoco creo que se pueda comparar un caso con el otro.
 
Finalmente, el compañero Ávila dice que, para hacer valer su decisión de no entregar a los guerrilleros a Argentina, el jefe de la Revolución chilena, se puso de pié y dando un golpe de puño sobre la mesa dijo con voz clara y determinación. “Así serán las cosas, pero este es un gobierno socialista, mierda, y no entregamos a ningún compañero… [y acto seguido añadió:] esta misma noche se van para Cuba”.
 
Es verdad que fue valiente la actitud de Salvador Allende, no lo pongo en duda, pero obsérvese que, más pronto que tarde, la “papa caliente” que obviamente le estaba quemando en las manos la envío para Cuba.
 
Paco Azanza Telletxiki
 
https://www.alainet.org/es/articulo/150632
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