Medio ambiente, ambientes caldeados

02/06/2011
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Iniciada con una huelga indefinida que comenzó el último 9 de mayo, la protesta de los habitantes aymaras, quechuas y mestizos del sur del Perú escaló hasta el corte del paso fronterizo que une a este país con Bolivia, generando hasta ahora sólo promesas y amenazas de represión por parte del gobierno de Alan García.
 
 ¿Los motivos de estas acciones directas populares? Alzarse contra las siete concesiones mineras otorgadas por el gobierno peruano a la empresa canadiense Bear Creek, con sede en Vancouver, a través del decreto supremo 083-2007, que pretende explotar yacimientos de plata en el sur del país con la consiguiente contaminación ambiental de tierras, ríos y personas.
 
El 24 de mayo mas de 10.000 habitantes de la localidad de Puno se movilizaron para impedir el cumplimiento del contrato de extracción argentífera que la actual administración de García firmó con la minera Santa Ana, propiedad del grupo canadiense, en el Altiplano peruano.
 
 Los estudiantes de las Universidades del Altiplano y Andina “Néstor Cáceres Velásquez” y los comerciantes, así como todos los demás sectores populares de las provincias de Chucuito, Yunguyo, Puno, El Collao e Ilaven entre otras ciudades y regiones, se sumaron a las protestas, que se extendieron a lo ancho y largo de la zona al grito “agro sí, mina no” y “Alan García vendepatria”.
 
En el marco de promesas gubernamentales de suspender las concesiones por 12 meses durante una reunión pactada en Lima con los pobladores rebeldes, y de la segunda vuelta en las elecciones presidenciales en las cual competirán, a principios de este mes, Ollanta Humala y Keiko Fujimori, los huelguistas decidieron levantar el bloqueo interfronterizo hasta el día 9, cuando se reanudarán las protestas hasta lograr la definitiva clausura del contrato con la Santa Ana.
 
Según denunció a fines del pasado año la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (CONACAMI), el gobierno peruano concesionó el 70% del territorio a compañías mineras y petroleras y pretende, según volvió a denunciar la entidad nombrada en febrero de este año, “declarar de necesidad nacional la ejecución de 33 megaproyectos de infraestructura ‘sin necesidad de presentar estudios de impacto ambiental’ ”.
 
 El 5 de junio, día en que se celebrará la segunda vuelta presidencial en Perú, se conmemora en todo el orbe el Día Mundial del Medio Ambiente, instituido como tal el 15 de diciembre de 1972 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. A 35 años de aquella fecha, ambientes caldeados en el marco de la lucha contra la alteración del medio ambiente se reproducen sin solución de continuidad en Indoamérica Latina y el resto del planeta, depredado sin piedad por el capitalismo y sus premisas inmutables de crear indefinidamente mercancías y optimizar ganancias a costa de la liquidación lisa y llana del mundo.
 
 De la cordillera al Plata
 
En el marco de “celebración” del día del Medio Ambiente, la India será el país anfitrión del encuentro de este año, auspiciado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Esta institución anunció que la nación asiática, con “una economía de más rápido crecimiento en el mundo, está adoptando el proceso de transición hacia una Economía Verde”, por cuanto utiliza energía limpia y protege sus bosques, entre otras acciones. Cierto o no, los participantes de este evento que este año versará sobre “Bosques, la Naturaleza a su Servicio” en el contexto del “Año Internacional de los Bosques” estarán a miles de kilómetros de, por ejemplo, Chile, donde el consorcio “Hydroaysén”, constituido por la subsidiaria de la entidad madre española-a su vez controlada por la italiana Enel- Endesa Chile S.A. , propietaria del 51% de las acciones, y su homóloga Colbún S.A., dominada por el grupo local Matte desde el 2005, que controla el 49% del paquete accionario del consorcio, pretende construir 5 represas en la patagonia trasandina que alterará por completo el medio ambiente de la región.
 
Para protestar contra el proyecto en ciernes se concentraron el 28 de mayo en Santiago de Chile 15 mil personas, quienes enarbolando pancartas que transcribían: “Niños por la Patagonia”, “Patagonia sin represas” y “Piñera, entiende, Chile no se vende” se allegaron hasta el Palacio de la Moneda, custodiadas por 800 policías, para repudiar la posición del presidente Sebastián Piñera, quien defiende el proyecto hidroeléctrico.
 
Una semana antes, cabe destacar, y durante una manifestación similar, la policía detuvo a 67 manifestantes y reprimió, dejando un tendal de 10 heridos. No tan lejos de allí, en Uruguay se pretende habilitar otra planta de celulosa en Punta Pereyra, departamento de Colonia, que estará a cargo de la empresa forestal Montes del Plata, un joint venture que comprende a la compañía finlandesa Stora y la chilena Arauco, y que seguramente producirá roces con Argentina, al igual que los que todavía subsisten en el marco de la erección de la pastera finlandesa UPM, ex Bosnia, ubicada frente a Gualeguaychú, provincia de Entre Rios. Cabe destacar que en nuestro país, el mentado saneamiento de la cuenca del Riachuelo y la instalación de minas de tajo abierto en Catamarca, La Rioja y San Juan, entre otras, han convocado a poblaciones enteras a protestar contra las afecciones al medio ambiente que estos emprendimientos mineros y efluentes de aguas servidas industriales, caso del Riachuelo, provocan.
 
Los negocios de la energía
 
Luego del desastre de la central nuclear de Fukushima, afectada por el tsunami que golpeó a Japón, los países del orbe han comenzado a considerar el desechamiento de la energía nuclear. En Alemania, la coalición de partidos del gobierno ha acordado un “ambicioso plan de cierre gradual de las centrales nucleares del país que revoca la decisión tomada hace medio año de prolongar la vida útil de los reactores por una media de doce años. El nuevo plan fue presentado por la canciller Angela Merkel y busca prescindir totalmente de la energía atómica a más tardar en el 2022” (Página 12, 30 de mayo). En Italia, por otra parte, se llamará a un referéndum para decidir si hay futuro allí para la energía nuclear. Lo mismo, según se informa cada día, acontece más o menos en otros países del orbe. Ergo, la energía nuclear cuestionada y a la baja, impulsará al siempre negro- por su color, negocios sucios y guerras turbias- petróleo, y a los biocombustibles, elaborados a partir del maíz, el trigo, la soja y otras especies granarias y vegetales, a ocupar el lugar que les corresponde.
 
En lo que hace al petróleo y la guerra intercapitalista por hacerse de él, no merece muchas consideraciones a destacar. Las ocupaciones militares y ‘guerras especiales’ contra Irak, Afganistán y la ahora bárbara agresión de la OTAN a Libia, entre otras acciones bélicas o preparativos del tipo por parte de EE.UU. y sus aliados a países del Oriente Medio, como Irán, tienen el olor, el color y la viscosidad típicos del verdinegro combustible y su homólogo volátil, el gas.
 
 En cuanto a la soja, como se sabe, es consumida en China en grandes cantidades y en países europeos, que la utilizan para alimentar animales. Por la elevación constante de sus precios ante la demanda alimenticia/energética, la soja como otros cereales necesitan cada vez más espacios para ser sembrados que se obtienen en mayor parte… talando bosques, o quemándolos para dejar tierra rasa a los sembradíos. En esta dialéctica del huevo y la gallina no se avizora una salida racional a la hecatombe climática, a la que se aúna una mayor emisión de anhídrido carbónico en lo que hace a la modificación de climas mundiales. La solución a todo esto, claro está, no consiste en emparchar un tramo de la red podrida del capitalismo, por cuanto a este emparche le seguirá otro agujero quizá mayor. La sociedad consumista, en la cual se producen infinidad de artículos suntuarios o que podrían ser suplantados por otros que, utilizados colectivamente, insumirían menores volúmenes de energía para su producción, es realmente la usina del caos medioambiental mundial. A este caos, sinónimo de competencia, anarquía productiva y guerra interplanetaria por materias primas, alimentos (incluida, claro está, el agua) e insumos, se suman los proyectos militares que aumentan la inestabilidad del medio ambiente. Uno de ellos, el Programa Aurora Activa de Alta Frecuencia o HAARP, en sus siglas en inglés, diseñado por la Fuerza Aérea y la Armada norteamericana en el marco de la “War Star” o Guerra de Estrellas y puesto en marcha a partir de la administración de Ronald Reagan, consiste en modificar artificialmente climas de naciones contrarias a los “intereses” de los EE.UU. en cualquier parte del globo.
 
“De acuerdo con la Dra. Rosalie Bertell, HAARP forma parte de un sistema integrado de armamentos, que tiene consecuencias ecológicas potencialmente devastadoras."Se relaciona con cincuenta años de programas intensos y crecientemente destructivos para comprender y controlar la atmósfera superior. Sería precipitado no asociar HAARP con la construcción del laboratorio espacial que está siendo planeado separadamente por los Estados Unidos. HAARP es parte integral de una larga historia de investigación y desarrollo espacial de naturaleza militar deliberada. Las implicaciones militares de la combinación de estos proyectos son alarmantes… La capacidad de la combinación HAARP/Spacelab/cohete espacial de producir cantidades muy grandes de energía, comparable a una bomba atómica, en cualquier parte de la tierra por medio de haces de láser y partículas, es aterradora. El proyecto será probablemente "vendido" al público como un escudo espacial contra la entrada de armas al territorio nacional o, para los más ingenuos, como un sistema para reparar la capa de ozono".Fuera de la manipulación climática, HAARP tiene una serie de otros usos relacionados: "HAARP podría contribuir a cambiar el clima bombardeando intensivamente la atmósfera con rayos de alta frecuencia. Convirtiendo las ondas de baja frecuencia en alta intensidad podría también afectar a los cerebros humanos, y no se puede excluir que tenga efectos tectónicos". (Entre otras páginas, ver www.meteored.com También “Cambios Climáticos y Guerra de Climas”, del autor, en www.bolpress.com ) .
 
El árbol podrido de un sistema depredador y guerrerista, que cubre con su follaje carnívoro al mundo todo en busca de rapiñar a millones de seres y obtener ganancias a cualquier costo no puede tapar al bosque de los pueblos que, ardiendo de dolor pero también de bronca y rebeldía, roe diariamente y con sus luchas cotidianas la raíz del mal.
 
A favor del medio ambiente y la vida, los ambientes caldeados populares hacen historia.
 
Riachuelo
 
En el 2008, la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) informó que habían sido fiscalizados más de 12 mil establecimientos industriales, se habían clausurado 167 empresas que contaminaban y limpiado 242 kilómetros de márgenes con el trabajo de 2 mil cooperativistas.
 
La ACUMAR informó también en ese año que un total de 332 industrias presentaron proyectos para no contaminar, fueron recuperados 4 mil metros de camino costero, se clausuraron y erradicaron 134 basurales y fueron reflotados y retirados del Riachuelo un total de 57 buques.
 
La batalla contra la contaminación del Riachuelo y otros arroyos del gran Buenos Aires lleva años. Sin embargo, no fluye agua limpia de estos efluentes, a pesar de los miles de millones de dólares prometidos y gastados en su saneamiento desde hace largo tiempo.
 
“Diagonales”, La Plata
 
https://www.alainet.org/es/articulo/150196

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