Tiene posibilidad otra negociación con la guerrilla?

05/04/2011
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Eduardo Pizarro anotaba en su columna de El Tiempo que “como decía el asesinado profesor de la Universidad Nacional Jesús Antonio Bejarano, siempre a las "ceremonias de la paz" las anteceden "ceremonias de la guerra". Para señalar con esto que algunos interpretaban los hechos de violencia que estaban produciendo las FARC y el ELN la posibilidad de que se estuviera cerca a eventuales conversaciones de paz y que siempre las guerrilla buscaban antes mostrarse fuertes. Esto nos lleva a plantear una reflexión acerca de qué tan cerca pudiera estar una posibilidad de negociación entre el gobierno Santos y la guerrilla.
 
Recordemos primero que a lo largo de nuestra historia como país ha habido una recurrente persistencia de la violencia con motivaciones políticas, por parte de diversos tipos de actores, pero también nuestra historia ha estado marcada por una gran capacidad, en los distintos momentos, para resolver los enfrentamientos violentos internos por vías negociadas, incluido el gobierno de Álvaro Uribe que  negoció la desmovilización con los paramilitares y con el ELN se dieron conversaciones en La Habana y Caracas, pero estos acercamientos quedaron congelados a raíz de la crisis andina.
 
Cambió el escenario estratégico del conflicto armado y se ha aprendido de experiencias de intentos frustrados de negociaciones del pasado. En el campo estratégico, el Estado y su Fuerza Pública, cuentan con  gran apoyo social y le han propinado golpes contundentes a las guerrillas, que si bien no significan su derrota, sí han hecho que estas organizaciones tengan menos posibilidad de acción militar y se sitúen en sus retaguardias históricas, con capacidad de daño, pero sin ser una amenaza real a la seguridad nacional o pública; tienen gran desprestigio y aislamiento en la sociedad mayoritariamente urbana, como lo es la sociedad colombiana actual -esto es estratégico para una guerrilla que aspiraba a ser ‘vanguardia’ de sectores sociales-; este aislamiento político se manifiesta también en lo internacional, incluidos gobiernos de izquierda democrática. El conflicto interno armado hoy día se caracteriza por el enfrentamiento de un Estado fortalecido y legitimado frente a unos grupos de alzados en armas en su contra, con pretensión política, pero totalmente marginales. No es un enfrentamiento entre fuerzas simétricas.
 
Los intentos de negociaciones de paz del pasado han dejado experiencias que no se pueden olvidar: 1) un escenario de negociación es un escenario político del cual se pueden derivar muchos beneficios en esa dimensión, lo que explica la propensión de las guerrillas a estar dispuestas a conversar, pero no a ir a una negociación para terminar la confrontación; 2) una negociación viable es con una guerrilla que haya tomado la decisión de ir a la negociación para terminar la guerra y no sólo para tratar de ganar protagonismo; por lo tanto deben ser negociaciones con guerrillas que acepten un cese previo de hostilidades y que las mismas se adelanten de manera discreta y acotada –a estas alturas de la historia no podrían pretenderse colocar sobre la mesa la agenda de la democracia-; 3) en la realidad política del mundo contemporáneo no se puede desconocer la existencia de una legislación internacional sobre derechos humanos y derecho internacional humanitario,-son improbables las amnistías o indultos y se buscaría encontrar fórmulas novedosas para un manejo benigno del tema penal- y reconociendo el tema de reparación a las víctimas, que implica verdad sobre lo sucedido.
 
Por ahora no hay que hacerse ilusiones de que las FARC o el ELN estén dispuestos a una negociación seria y realista para terminar la actual confrontación armada –siguen dispuestos a dialogar, pero no a negociar- y hasta que ese momento llegue, las posibilidades de la salida negociada no tienen viabilidad, aunque sean las deseables. El gobierno espera pacientemente para sacar la llave de la paz y continúa su accionar militar.
 
- Alejo Vargas Velásquez es profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia y coordinador del Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa.
https://www.alainet.org/es/articulo/148799
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