Posición frente a acuerdos de libre comercio con la Unión Europea
12/03/2011
- Opinión
Confederación General del Trabajo (CGT) reafirma posición frente a acuerdos de libre comercio con la Unión Europea
En la Confederación General del Trabajo CGT, hemos venido sosteniendo que nuestra oposición a la firma de Tratados de Libre Comercio con países desarrollados o de los denominados acuerdos comerciales, no obedece exclusivamente al respeto de las normas laborales sino a la preocupación que nos asiste en relación con el futuro del país, pues consideramos que este tipo de acuerdos o tratados no contemplan las asimetrías que se presentan entre las economías de un país en vía de desarrollo, como el nuestro y la de los países industrializados, empezando por la ausencia de una infraestructura física hacía el desarrollo como es la carencia de ferrocarril, carreteras modernas, aeropuertos, puertos, educación de calidad en todos los niveles y el abandono de nuestro campo.
Por lo anterior, consideramos que la aprobación de los Tratados de Libre Comercio y acuerdos comerciales, deben involucrar a la población civil, para que conozca con amplitud los temas a discutir pues es ella finalmente la que saldrá beneficiada o perjudicada por la suscripción de este tipo de acuerdos, en los que parece que solamente se discute lo atinente a los intereses del gran capital y no se tiene en cuenta el pensamiento de la mayoría de la población colombiana.
Sobre este particular, hemos venido sosteniendo que somos partidarios de un comercio justo entre Colombia y cualquier país del mundo, con beneficio mutuo, sobre la base del respeto por el principio de igualdad y la soberanía nacional, los derechos humanos y del libre ejercicio del derecho de asociación, negociación colectiva y huelga, de conformidad con los convenios internacionales del trabajo.
Hemos expresado nuestro desacuerdo con la profundización del modelo neoliberal de exclusión y pobreza para la mayoría del pueblo, que utiliza este tipo de acuerdos para profundizar los lineamientos del mercado y el capital, por encima de consideraciones del humanismo integral, en donde primero es el hombre y su bienestar y luego lo demás.
De igual manera hemos alertado de los riesgos que significan para el futuro del desarrollo y modernidad del país, que se pretenda abrir las fronteras a los productos provenientes de los países desarrollados, sin contemplar el enorme desequilibrio que se presenta entre los países partes, en la medida que la mayoría de los productos que podríamos exportar hacía estas economías desarrolladas, son materias primas, no transformadas y en cambio, desde éstos seriamos inundados con productos elaborados allá, en estas situaciones de asimetría innegable, profundizada, incluso, por el monto de los subsidios a la producción que se reconocen en la mayoría de los países de Europa.
Estamos convencidos que los acuerdos comerciales deben ser instrumento para la promoción del desarrollo sostenible que asegure el progreso y, al mismo tiempo, un tratamiento equitativo para los habitantes, en especial de los sectores vulnerables como indígenas, afrodescendientes, mujeres, jóvenes y niños y los trabajadores en general, además de proteger la industria y producción nacionales, de tal forma que se conviertan en instrumentos para la erradicación de la pobreza, la promoción del trabajo decente y el acceso equitativo a los servicios sociales.
Los acuerdos comerciales deben servir para profundizar el respeto por los derechos humanos, fortalecer la preservación del medio ambiente y la creación de una estructura territorial con cláusulas que condicionen las inversiones económicas o de libre comercio al cumplimiento y respeto de los derechos de todos los habitantes del territorio colombiano.
Con la Unión Europea se debe mantener la condición que contempla el SGP-Plus, que supone el cumplimiento de los tratados y convenios internacionales que versan sobre los derechos humanos y el derecho internacional humanitario; el derecho al trabajo, de asociación sindical, negociación colectiva y huelga; la democracia; el medio ambiente, entre otros.
También se debe garantizar que los controles fitosanitarios no se utilicen o conviertan en una herramienta de proteccionismo de los países desarrollados, para impedir el ingreso de productos agrícolas pero que garantice, de forma transparente, el contagio de enfermedades para ambas partes.
Desde hace bastante tiempo hemos manifestado que los avances tecnológicos deben estar al servicio del ser humano y, en esta medida, deben ser instrumentos de progreso y cooperación entre los pueblos de tal forma que se propicie una generosa política de desarrollo educativo, cultural, de salud y migraciones. El sistema educativo debe integrarse de la manera más armónica posible en beneficio de las necesidades del los países y para bien del desarrollo de la ciencia y la tecnología aplicada a la producción.
Consideramos que las desventajas para negociar un acuerdo de comercio con la Unión Europea, empieza por la constatación de la carencia de infraestructura para el desarrollo, es decir ausencia de medios de transporte que abaraten los costos de importación y exportación de productos, tales como carreteras y ferrocarriles, puertos y aeropuertos modernos; carencia de subsidios para la producción agrícola y políticas que garanticen el sostenimiento de la producción nacional como seguros de cosecha, precios de sustentación, centros de acopio y adecuadas vías de penetración a los centros de producción, así como protección a la manufactura nacional.
Otro punto fundamental es el que tiene que ver con la propiedad intelectual, tema sobre el cual nos asiste gran preocupación en torno al no respeto por los saberes ancestrales y las patentes que pretendan apoderarse de estos conocimientos y el desconocimiento que se haga de la legislación de la Comunidad Andina de Naciones y colombiana.
Nos preocupa el que se abandone el sueño de la unidad Latinoamericana-Caribeña de Naciones, como un espacio comunitario e integrado en lo social, lo político, económico, ambiental y cultural con una infraestructura de fortalecimiento de la integración armónica de los pueblos de esta región.
La CGT hoy reafirma lo manifestado durante los últimos años y hace conocer sus prevenciones en el sentido que las cláusulas de los tratados y convenios prácticamente no se ocupan de la integración de los pueblos y de la construcción de la Justicia Social ni de afianzar la paz y transitar por caminos que consoliden un modelo de progreso para todas y todos, en el que seamos considerados partes que importan, verdaderamente, en la construcción de un país incluyente, democrático, solidario, respetuoso y participativo.
Los temores que nos asaltan también tienen que ver con lo que puede suceder, en la medida que dejemos de ser transformadores de materias primas y productores de manufacturas, para convertirnos en un país agricultor y exportador de minerales y recursos no renovables, con las consecuencias futuras que ello trae aparejado, por cuanto, podremos quedar sumidos en la miseria el día que éstos se agoten. Pensamos en la necesidad de transitar por senderos de desarrollo sostenible y para ello es necesario abrir la discusión y consultar lo opinión de la comunidad, pero fundamentalmente no perdiendo de vista que en nuestro país existe un Estado Social de Derecho y que la existencia de éste persigue los fines esenciales del artículo segundo de la Constitución Política y propender por la prosperidad general y no por la de un sector en exclusivo.
Sabemos de antemano que estamos de cara a una globalización que margina y excluye a los más débiles, sin embargo también somos conscientes que no nos podemos aislar del resto del mundo, por lo tanto solicitamos al Gobierno Nacional tomar todas las precauciones para que los Acuerdos Comerciales no lastimen nuestro endeble aparato productivo nacional, así como nuestra economía agrícola y agropecuaria, debemos mirar con optimismo el futuro, poner un especial énfasis en la Integración Latinoamericana-Caribeña, sobre todo ahora que somos parte integral de UNASUR y más aún con la reciente elección de nuestra compatriota María Emma Mejía, como Secretaria General de esta importante instrumento de integración de Suramérica.
COMITÉ EJECUTIVO
Original firmado:
JULIO ROBERTO GOMEZ ESGUERRA
Secretario General
WILLIAM MILLAN MONSALVE
Secretario General Adjunto
Bogotá, marzo 9 de 2011
https://www.alainet.org/es/articulo/148371
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