Campaña de salvamento de la humanidad
- Opinión
Los mejores y más calificados científicos han lanzado una urgente alerta sobre el proceso creciente – y para algunos irreversible – de degradación del medio ambiente que hizo posible la vida humana en
No sólo denuncian la emisión de los gases contaminantes que causa el efecto invernadero. Está cuestionada la lógica depredadora de un modelo económico-productivo irracional que ha quebrado totalmente el equilibrio natural del ecosistema planetario.
Estamos alimentando el infierno climático. Caminamos al borde del precipicio ambiental. El cataclismo apocalíptico anunciado por las religiones punitivas pende sobre nuestras cabezas y conciencias.
Se requiere por tanto, una campaña mundial de salvamento de la humanidad. Fidel Castro hace tiempo (1992)[2] la viene impulsando pero parece que el mundo ya no lo escucha con la suficiente atención. Es necesario hacer algo urgente.
Debemos impedir que el modelo de producción centrado en la “química del petróleo” continúe destruyendo la vida. Hay que atacar el prototipo de “crecimiento económico” basado en la energía de origen fósil.
Los países productores de petróleo, gas y carbón que – además –, todavía poseemos las principales reservas forestales de la tierra, tenemos la obligación moral de detener esa máquina de destrucción.
Es tal la dimensión de la urgencia y el tamaño del reto que tenemos por delante que parece de locos sólo pensarlo y peor plantearlo.
Así como el pueblo tunecino convirtió el acto de inmolación del sacrificado estudiante Mohamed Bouazizi en un motivo de rebelión popular, la humanidad debería reaccionar frente a los terribles desastres que ya sufrimos a lo largo y ancho de la superficie terrestre.
¿Cómo parar la carrera suicida hacia la aniquilación humana? ¿Quién lanza la primera piedra? El gobierno de Ecuador con su “iniciativa Yasuni”[3] dio un paso en la dirección correcta pero parece haberse quedado solo.
Ahora que los pueblos y los trabajadores nos hemos sacudido en forma masiva con el maravilloso despertar de los pueblos árabes, no podemos sentarnos a esperar a que las elites capitalistas preparen su contragolpe de opresión y de guerra.
¡NO! Es el momento de plantearle al mundo que los trabajadores estamos pensando en el futuro colectivo. Ha llegado la ocasión de propiciar todo tipo de encuentros y eventos que llamen la atención sobre la necesidad de SALVAR A
Sólo si los trabajadores impulsamos un consistente movimiento de carácter internacional con un sentido profundamente ecologista nos colocaremos a la cabeza de las mayorías humanas. Así, impediremos que las cúpulas de los gobiernos imperio-capitalistas nos puedan atacar y/o neutralizar usando argumentos ideologistas, nacionalistas o sectoriales.
Replanteamiento estratégico
La derrota histórica del proletariado con el fracaso del “socialismo estatista del siglo XX” había llevado a las fuerzas democráticas y revolucionarias a concentrar sus esfuerzos en la lucha anti-imperialista – colocando toda la energía en objetivos de tipo nacionalista –.
Esa fase obtuvo logros importantes: La independencia del colonialismo occidental y la derrota del imperialismo en amplias regiones y naciones como en
Pero en esencia, los pueblos y los trabajadores hemos estado a la defensiva. La nueva situación planetaria nos obliga a pensar en una ofensiva estratégica. La crisis sistémica del capitalismo y la decadencia de la hegemonía imperial estadounidense[4] – reafirmada por recientes e incuestionables hechos económicos, sociales, políticos y culturales – nos obliga a pensar y actuar en forma diferente.
Lo que ocurre hoy en
Contrario a las apariencias, los neo-conservadores de los EE.UU. están a la defensiva. Las guerras de Irak, Afganistán y la que impulsan en Libia e Irán, son acciones desesperadas. No pueden invertir la curva descendente que determina su decadencia imperial. Ya no cuentan con la credibilidad en el mundo ni con la legitimidad entre su propio pueblo.
Los trabajadores estadounidenses y europeos han retomado la lucha que – por ahora –, es defensista de los derechos adquiridos durante el “Estado de Bienestar”. Pero sólo es el principio. Muy pronto los trabajadores “informalizados”, los desempleados e inmigrantes van a actuar con fuerza y contundencia. Será una lucha eminentemente política.
Los pueblos, los trabajadores y los gobiernos democráticos de todo el orbe debemos acelerar el paso. Es necesario desarrollar una campaña cultural y pedagógica de amplia cobertura e impacto universal para influir – con especial dedicación –, en la población de los países del centro imperialista.
La propuesta debe contrarrestar la política de la “tensión”[5]. Es ésta la materialización de la estrategia de contención[6] que los gobiernos reaccionarios han utilizado en contra de los avances de los pueblos y trabajadores del mundo. Casi siempre hemos caído en su lógica provocadora que ha sido construida a partir de la “teoría de juegos”[7], que usa y explota a su favor el espíritu de competencia sobre la cooperación.
¿Cómo hacerlo?
Hay que impedir que la población mundial – y sobre todo la de los EE.UU., Europa y Japón – siga siendo manipulada mediante artificios binarios que nos dividen entre buenos-malos, amigos-enemigos, seguridad-amenaza, propios-extraños (migrantes), etc.
Hay que colocar en primer lugar lemas y mensajes unificadores de toda la humanidad.
Debemos elaborar propuestas que lleven a golpear y aislar a las elites financieras.
Debemos lanzar consignas “cañadoras”[8] del siguiente tenor: “Obama está preso de los poderes financieros y guerreristas. ¡Liberemos a Obama!”
Tenemos que centrar todo el esfuerzo de denuncia y aislamiento sobre los sectores derecho-fascistas de los EE.UU. y Europa.
Es la hora de profundizar las contradicciones en el centro imperialista. Es el sistema capitalista en su conjunto el que está podrido.
Los trabajadores del mundo debemos organizar una nueva Internacional y presentar propuestas ante los pueblos de todas las naciones con un programa de salvamento de la humanidad. Sólo así daremos un importante paso hacia un mundo post-capitalista.
Popayán, 9 de marzo de 2011
[1] El organismo de
[2] En
[3] La iniciativa Yasuní ITT es una propuesta mediante la cual el Estado ecuatoriano se compromete a dejar bajo tierra, de forma indefinida, alrededor de 856 millones de barriles de petróleo en la reserva ecológica del parque Nacional Yasuní, para evitar la emisión a la atmósfera de 407 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono -que se producirían por la quema de esos combustibles fósiles- a cambio de una compensación económica de una fracción del valor estimado por el 50% de las utilidades que recibiría por la explotación de esos recursos. Ver: http://andes.info.ec/tema-del-dia/%C2%BFen-que-consiste-la-iniciativa-yasuni-itt-2901.html
[4] El declive del Imperio Norteamericano no es un hecho aislado en la economía política global. Los Estados Unidos entran en decadencia paralelamente al surgimiento de lo que se denomina el "Nuevo Orden Mundial". Ver: Wallerstein, Inmanuel. “La decadencia del poder estadounidense: Estados Unidos en un mundo caótico.”
[5] El gobierno de los EE.UU. siempre usa la “política de tensión” para mantener a raya – principalmente - a sus aliados. Lo ha hecho últimamente en Oriente con el caso de Corea del Norte para presionar al Japón. Es su práctica ya probada.
[6] La política de contención global fue una política adoptada por Estados Unidos hacia
[7] La teoría de juegos es un área de la matemática aplicada que utiliza modelos para estudiar interacciones en estructuras formalizadas de incentivos (los llamados juegos) y llevar a cabo procesos de decisión. A partir de
[8]Propuestas “cañadoras” son iniciativas dirigidas a desenmascarar a un contradictor que posa de progresista.
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