John Lennon, en memoria
09/12/2010
- Opinión
Cada que termina o comienza una década, suelen producirse malas, muy malas noticias para el mundo del espectáculo. Es una especie de “maldición del año 1”, como aquel 3 de julio de 1971, cuando se dio a conocer la noticia de la muerte de Jim Morrison; o el deceso de Bob Marley, acaecido el 11 de mayo de 1981; o el 24 de noviembre de 1991, cuando dejó de existir Freddie Mercury. A ellos se les recuerda no sólo por sus méritos musicales, sino porque abandonaron el mundo de los vivos siendo jóvenes: Morrison, a escasos 27 años de edad; Marley, a los 36; Mercury, a los 45.
Considerando el talento desplegado por estos extraordinarios músicos (con “M”, en mayúscula, y no sólo por sus apellidos), siempre queda la sensación de que lo mejor de ellos estaba por venir. No falta quien se pregunte: ¿qué estarían haciendo ahora Morrison, Marley y Mercury, cuyas edades serían de 66, 65 y 64 años, respectivamente? Aquí sería más que apropiada aquella canción que reza: When I get older losing my hair/ Many years from now/Will you still be sending me a valentine/ Birthday greetings, bottle of wine?1
A diferencia de eso tres músicos, John Lennon no murió ni por una sobredosis de estupefacientes (como parece haber sido el caso de Morrison), ni por una penosa enfermedad (el cáncer en el caso de Marley, y el VIH/SIDA en el de Mercury). Su deceso es lamentable pero lo que más duele, en el caso de Lennon, es que muriera a manos de una persona, aparentemente muy perturbada de sus facultades mentales o, peor aún, por una posible conspiración gubernamental, hipótesis, esta última, que se sustenta en la existencia de un amplio expediente que el FBI acumuló sobre el controvertido artista. Una hipótesis sobre Lennon, según las autoridades estadounidenses, es que se le investigaba por su adicción a los estupefacientes, mientras que otras se sustentan en su activismo político, el cual, debido al contexto en que se produjo, incomodó, en particular, a la administración de Richard Nixon. Han pasado seis lustros desde que Lennon se fue. Hoy tendría 70 años de edad, y tal vez se le podría ver de gira a la usanza de los Rolling Stones, o, por lo menos, grabando y/o produciendo música sobre todo si se toma en cuenta, sólo como referencia, que Yoko Ono, en septiembre de 2009, a sus entonces 76 años de edad, dio a conocer una nueva producción discográfica titulada Between My Head And The Sky (Entre mi cabeza y el cielo). Tal vez Lennon hoy tendría algún padecimiento, como le pasó a George Harrison –quien, por cierto, murió un 29 de noviembre de 2001, víctima de un cáncer terminal que invadió sus pulmones y cerebro–. A final de cuentas, la muerte es inevitable, pero en el caso de John Lennon queda la sensación de que Mark David Chapman, su victimario material, por las razones que fueran, le jugó una mala pasada al fundador de los Beatles y se adelantó a los acontecimientos.
John Lennon y el número nueve
Lennon tenía obsesión por el número 9, y no era para menos. Ese número lo siguió desde su nacimiento, a lo largo de su vida e, inclusive, hasta su muerte. Nació un 9 de octubre en Liverpool en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial y su deceso fue confirmado el 8 de diciembre de 1980 a las 11:15 pm en Nueva York, aunque, por la diferencia de horario, en su natal Liverpool el suceso correspondió al 9 de diciembre. La célebre canción #9 Dream (Sueño número nueve), confirma su gusto por ese dígito, aunque en su discografía es común encontrar más alusiones “novenarias”, por ejemplo, en Revolution no. 9. Otros acontecimientos relevantes en su vida, tienen que ver con el nueve, entre ellos, la primera tocada de los Beatles en la célebre Caverna, que ocurrió un 9 de febrero; Brian Epstein, el recordado representante de los Beatles, presumiblemente presenció el espectáculo del grupo por primera vez un 9 de noviembre; la primera ocasión que los Beatles tocaron en el sur de Inglaterra fue un 9 de diciembre; el primer contrato de la agrupación con Parlophone-EMI fue suscrito un 9 de mayo; el debut de los Beatles en el Show de Ed Sullivan fue un 9 de febrero; John conoció a Yoko un 9 de noviembre y el hijo de ambos, Sean, nació un 9 de octubre (fecha, en que, por cierto, el gobierno de Estados Unidos le otorgó la residencia definitiva).
Sólo para añadir más datos curiosos: la ciudad natal de Lennon, Liverpool, tiene nueve letras, igual que Manhattan,donde residió hasta que fue atacado por Chapman; los Beatles se separaron luego de nueve años de éxitos; y, por si fuera poco, el deceso de John ocurrió a nueve años de que viviera en Nueva York. ¿Simple coincidencia?
Sus primeros años hasta la adolescencia
El apellido Lennon es de origen irlandés y deriva posiblemente de O’Leannain u O’Lonain.2 Alfred o “Alf” Lennon y Julia Stanley fueron los padres de John. Alfred pasó su infancia en un orfelinato cuando murió su padre. En su juventud se dedicó a la música y a la actuación, y más tarde consiguió empleo en diversas empresas navieras. Conoció a Julia en un cine de Liverpool y contrajeron nupcias en 1938. La familia de ella se opuso a la relación, por considerar que Alfred pertenecía a un estrato social inferior. De ahí que en la boda, ninguno de los familiares de ella estuviera presente.
John Winston Lennon nació el 9 de octubre de 1940. Sus nombres John o “Jack”, y Winston, fueron en honor al padre de Alfred y Winston Churchill, respectivamente. La infancia de John transcurrió en medio de las prolongadas ausencias paternas, dado que Alfred se embarcaba en diversos viajes, si bien envió cheques para cubrir el sustento de su esposa e hijo hasta 1943. Sobre este episodio, Philip Norman, autor de una de las biografías más completas sobre Lennon, refiere que “las largas ausencias de Alf de su hogar llevarían a que su hijo, más tarde, lo considerara mentiroso, egoísta y carente de amor, pero no hay que olvidar que como navegante en buques comerciales, llevaba a cabo uno de los trabajos más importantes y peligrosos en el marco de los esfuerzos bélicos de la Gran Bretaña. Miles de hombres de Liverpool se encontraban en la misma situación, enfrentando los peligros de los barcos alemanes U (…) mientras que, de regreso a casa, los hijos a los que escasamente conocían, eran criados por (…) las mujeres”.3
Alfred, instigó a Julia para que saliera a divertirse mientras él viajaba y trabajaba, cosa que ella hizo. Puesto que entre 1943 y 1944 Juliano tuvo noticias de Alfred, se involucró sentimentalmente con un soldado, Taffy Williams, de quien se embarazó. Según el propio Alfred, la razón por la que ya no se supo de él, es porque fue arrestado en Argelia por haberse robado una botella de whisky,culpa que él asumió, sin ser el verdadero responsable. Por este hecho fue encarcelado nueve días, siendo obligado a limpiar letrinas, enfrentando amenazas de muerte si comentaba con alguien al respecto. Alfred contaba que gracias a un misterioso holandés de nombre Hans, fue que logró escapar y eventualmente, regresar a Liverpool. Al buscar a Julia, ésta le informó de su embarazo, aunque decía haber sido violada. Cuando Alfred se reunió con Taffy Williams, éste le explicó que lo sucedido no fue una violación, sino relaciones sexuales de mutuo acuerdo.4 En cualquier caso, Alfred ofreció cuidar de Julia, John y el bebé que estaba por venir. Sin embargo, la familia de ella, obsesionada con el escándalo que se generaría al saberse que Julia había concebido un hijo fuera del matrimonio, la presionó para que, una vez nacido, fuera dado en adopción. De manera que cuando Victoria Elizabeth nació, Julia la entregó a una pareja noruega. Entre el embarazo y el alumbramiento de Julia, John fue enviado a vivir con Sydney, hermano de Alfred, con quien permaneció por ocho meses. El biógrafo Philip Norman cuenta que Sydney y su esposa Madge se encariñaron con el pequeño John, al punto de pensar que podrían adoptarlo. Empero, una noche Alfred se presentó para llevarse a su vástago.5
Desafortunadamente, las cosas no mejoraron entre Alfred y Julia. Aquel seguía navegando y Julia se involucró sentimentalmente con un mesero de un hotel, de nombre John “Bobby” Dykins. En 1946, Alfred, quien se encontraba navegando desde Southampton con destino a Nueva York, recibió una llamada de la hermana de Julia, Mary Elizabeth “Mimi”, quien le pedía regresar a la brevedad, dado que la madre de John vivía en “pecado”. Mary Elizabeth explicó a Alfred que el pequeño John no estaba a gusto con la presencia de Dykins y que había caminado por largo tiempo desde la casa de Julia hasta la de “Mimi” para quedarse con ella. Así, Alfred habló con su pequeño y le prometió regresar pronto, cosa que hizo dos semanas después, y llevando al día siguiente al niño, con la intención de emigrar con él a Nueva Zelanda.
Julia, sin embargo, se las arregló para encontrar a Alfred, quien le reveló su plan. Para ese momento, Alfred y John habían convivido algunos días y dado que aquel había reunido una cantidad importante de dinero gracias al mercado negro de medias de nylon, agasajó a su hijo con diversas amenidades y regalos. Julia, acompañada por Dykins, estuvo de acuerdo con el plan de Alfred, considerando que Nueva Zelanda sería un buen lugar para que padre e hijo iniciaran una nueva vida, y pidió ver a John por última vez. El pequeño fue llevado a la habitación y su primera reacción fue acurrucarse con su padre. En consecuencia, Julia, asumiendo que esa era la decisión del niño, se dispuso a marcharse, pero entonces John corrió hacia ella y llorando le imploró que no se fuera. En medio de este drama, Alfred le pidió a Julia dar una oportunidad al matrimonio de ambos, cosa que ella rechazó.
“Alf(red) entonces le dijo a John que debería elegir entre irse con su mamá o quedarse con su papá. Si quieres romper el corazón de tu hijo en dos, no había mejor manera. John se dirigió a Alf(red) y tomó su mano; luego, Julia otra vez se dio la media vuelta y [John] corrió tras ella, pidiéndole que se esperara, invitando a su padre a venir con ellos (…) Pero paralizado (…) por la fatal autoestima, Alf(red) se mantuvo en su silla. Julia y John abandonaron la casa”6
Una vez que Julia y John regresaron a Liverpool, la tía “Mimi” contactó a la unidad de servicios sociales, argumentando que el niño dormía en la misma cama que Julia compartía con Dykins, por lo que al final el pequeño sería cuidado por su tía y el esposo de ella, George, quienes no tenían descendencia. Las razones por las que Julia accedió a dejar a John bajo la tutela de “Mimi” son variadas, entre ellas, que Dykins no querría hacerse cargo del pequeño; que Julia no podía cuidarlo o bien, no quería asumir la responsabilidad; que “Mimi” y George la presionaron demasiado, o una combinación de todas ellas.
“Mis padres no quisieron lidiar conmigo” decía Lennon en numerosas entrevistas “y por eso me mandaron a vivir con mi tía”.7 Claro que John preguntaba a su tía sobre Alfred y Julia, si bien ella respondía con vaguedad, señalando que ya no estaban enamorados y que su padre tenía el corazón tan triste que no se atrevía a volver a Liverpool.“ John pronto olvidó a su padre y diría, más adelante ‘es como si hubiera muerto.’ Sin embargo, sus sentimientos hacia Julia eran diferentes, quien vivía cerca, en un barrio nuevo de la postguerra con Bobby [Dykins]… ‘Mis sentimientos por ella nunca cambiaron’ decía John. ‘A menudo pensaba en ella’”.8
En la escuela, John era problemático porque quería ser líder y no todos los niños lo aceptaban. Con frecuencia reñía con los demás, amén de que recibía castigos de parte de maestros y directivos, debido a las travesuras que hacía. Con todo, leía mucho –hábito que “Mimi” fomentó en él–. Sin embargo, los roles de “Mimi” y Julia en la vida de Lennon, se fueron modificando, y mientras que la primera era estricta Julia, en cambio, le inculcó, entre otras cosas, el gusto por la música.
Eran los años 50. En el próspero Estados Unidos de la posguerra, los músicos de raza negra grababan para las más importantes disqueras, quienes entendieron la importancia del mercado de las audiencias negras. Sin embargo, los jóvenes blancos compraban la “música racial”, y los que no lo hacían, escuchaban la radio. Se cuenta que en Cleveland, Alan Freed, quien creó el programa The Moondog Show en 1951, tenía récords de audiencia, que inicialmente consistía de jóvenes negros, pero pronto los escuchas blancos se hicieron fans de las emisiones. Freed acuñó el concepto de rock’n’roll para describir la música que divulgaba y en 1954 tuvo tanto éxito que se mudó a New York. Él pensaba que si lograba que un hombre blanco cantara y bailara como negro, se haría millonario. Y no se equivocó. Justo en la primavera de ese año un joven llamado Elvis Presley llegó al estudio de grabación de Freed y grabó dos canciones. Aparentemente Freed no quedó muy a gusto con el resultado y pidió a Elvis prepararse más con un par de amigos –un guitarrista y un bajista– y regresar semanas después. Para el momento en que Elvis regresó y bailó y cantó al ritmo de That’s All Right, Mama, Freed quedó complacido y produjo su primer disco.9
Con Elvis se conjuntaron los ritmos negros, el blues y el rock’n’roll y él mismo alcanzó el estrellato de inmediato. Cuando John estaba por terminar sus estudios en Quarry Bank, en 1956, se estrenó la primera película de Elvis, Love Me Tender, y por supuesto que Lennon, al igual que otros tantos jóvenes, acudieron al cine para presenciar la magia del sensual Presley y mientras las chicas lloraban y gritaban eufóricas ante su imagen, los jóvenes lo imitaban y se vestían y peinaban como él.
Lennon señaló en alguna ocasión que “cuando escuché por primera vez Heartbreak Hotel, no podía comprender la letra. Era simplemente la experiencia de escuchar la hasta el final. Nunca habíamos escuchado voces de estadounidenses cantar así. Siempre interpretaban como Sinatra, con una pronunciación impecable. Y de repente apareció este plebeyo balbuceante con ecos y fondos corales del blues. No sabíamos qué rayos cantaba Presley, como tampoco Little cual eRichard o Chuck Berry. Tuvo que transcurrir mucho tiempo antes de que entendiéramos qué estaba ocurriendo. Para nosotros sonaba como un ruido enorme”.10 Julia y John se visitaban con frecuencia y a insistencia de él, le compró su primera guitar ra una Gal lotone Champion algo a lo que “Mimi”s e oponí a , porque esperaba que su sobrino se dedicara a cosas más “serias”.John, fascinado con la música del momento, reiteraba a su tía que algúndía lograría ganar dinero en ese ámbito. Y entonces, a los ojos de Lennon, su tía parecía cada vez más una mamá regañona, y Julia semejaba una tía consentidora. Así, mientras que a “Mimi” le disgustaban cada vez más los intereses mus icales de su sobr ino, además de su pobre rendimiento escolar, el joven Lennon pasaba las noches y a veces los fines de semana en casa de Julia, escuchando discos y practicando en su guitarra. Como le costaban trabajo los acordes, Julia le enseñó a practicar en un banjo.
Así las cosas, en 1956 John creó el grupo de los Quarrymen, que inicialmente se denominó Blackjacks. El grupo lo integraron en distintos momentos, además de John, su amigo Pete Shotton –quien, de hecho, no tocaba ningún instrumento musical–, Eric Griffiths, Colin Hanton, Len Garry, Rod Davis, Stuart Sutcliffe, Paul McCartney y George Harrison. Todavía hoy, tres de los Quarrymen, Hanton, Garry y Davis, siguen participando en conciertos y giras.11
Los Quarrymen constituyen el origen de los Beatles. Paul McCartney tenía 15 años cuando conoció a John Lennon y los Quarrymen. Su primer encuentro causó una grata impresión en Lennon, debido a las habilidades mostradas por McCartney para interpretar, en la guitarra, melodías con acordes muy complejos. “John, acostumbrado a tomar decisiones rápidas, se enfrentó a un dilema. Aunque Paul era casi dos años más joven [que él], poseía habilidades musicales impresionantes. ¡Inclusive sabía cómo afinar su guitarra! Tenerlo en el grupo mejoraría de manera notable su música. Pero John estaba preocupado de que [Paul] pusiera en peligro su liderazgo. ‘Pensé para mí que él era tan bueno como yo’ (…) [Finalmente] John decidió que valía la pena tener a Paul en el grupo”.12
La amistad entre John y Paul se desarrollaría de manera más intensa, debido a un acontecimiento muy desafortunado en la vida de Lennon. Julia solía visitar a “Mimi” con frecuencia y en la tarde del 15 de julio de 1958, salió de la casa de su hermana para tomar un autobús. Alrededor de las 9:30 Julia cruzó una avenida y fue atropellada por un policía que estaba aprendiendo a manejar. Testigos presenciales relatan que ante el impacto, el cuerpo de Julia voló varios metros. Su muerte fue un duro golpe para John, quien de alguna manera encontró consuelo y empatía en Paul, quien había perdido a su madre en 1955, a causa de un cáncer de seno. John tenía 17 años y este hecho fue decisivo en su vida. A Julia le dedicó algunas canciones, la más conocida, Mother, da cuenta de su sentir: Mother, you had me, but I never had you/I wanted you, but you never didn’t want me/ So I got to tell you/ Goodbye, goodbye (Madre, tú me tuviste, pero yo nunca te tuve/Te quería, pero tu nunca me quisiste/Por eso tengo que decirte/Adiós, adiós). En Julia, Lennon revira When I cannot sing my heart/I can only speak my mind/Julia/Julia/Sleeping sand/Silent cloud/ Touch me/So I sing of love/Julia (Cuando mi corazón no puede cantar/Sólo puedo hablar con mi mente/Julia/ Julia/Arena durmiente/Nube silenciosa/Tócame/Así que canto sobre el amor/Julia.
De los Quarrymen a los Beatles
Los Quarrymen interpretaban sobre todo covers de otros artistas, si bien Lennon y McCartney comenzaron a escribir y cantar sus propias canciones. Sus actuaciones eran principalmente en fiestas, reuniones, bodas y otros eventos. Tras la muerte de Julia, John perdió interés en el grupo, pero poco a poco fue retomando la música y los Quarrymen se fueron dando a conocer, logrando una presencia cada vez más constante en diversos locales como bares y tabernas, e incluso participando en audiciones. Stuart Sutcliffe, considerado el “quinto Beatle” se integró al grupo como bajista y se cuenta que fue él quien sugirió el nombre definitivo de la banda.
Los Quarrymen, en su primera etapa que fue de 1956 a 1960, reunió a John, Paul y George Harrison, este último introducido al grupo a sugerencia de McCartney. Si bien John no estaba muy conforme con la participación de George, sobre todo por su edad (tenía 14 años), al final lo aceptó como el guitarrista principal de la banda. Para su presentación en Hamburgo, el grupo se denominaría Beatles y requería un baterista. Pete Best aceptó el desafío y participó en diversas presentaciones de la banda, aunque, todo parece indicar que no logró integrarse a ella del todo. Se cuenta que mientras John, Paul y George se reunían en grupo para escribir canciones en Hamburgo y/o Liverpool, o simplemente para divertirse, Pete prefería salir en solitario. Él no participaba en las reuniones de los demás Beatles y cuando éstos consumían drogas, Pete se rehusaba a ingerirlas. Se especula igualmente que siendo Pete muy atractivo –y dado que muchas chicas gritaban eufóricas al verlo en las presentaciones–, 13 el resto de los Beatles tenía celos.
Asimismo, Pete no respetaba la indumentaria de los demás integrantes, y mientras que John, Paul, George y Stuar t usaban chamar ras de piel, mezclilla y botas , Pete aparecía en mangas cortas, desentonando de sus compañeros. Aun así, se considera que John tenía cierto aprecio por él, en tanto Paul y George estaban cada vez más inconformes con su presencia.
Antes de que los Beatles realizaran su legendaria gira por Hamburgo, el empresario Brian Epstein se presentó el 9 de noviembre de 1961 en el club La Caverna. Este lugar se encontraba muy cerca de una tienda, donde había un departamento de música a cargo de Epstein, al que acudían músicos y público en general, para adquirir discos . S i bien existen distintas versiones sobre la manera en que Epstein conoció a los Beatles, la más conocida es la de su visita a La Caverna y la manera en que quedó impresionado por la música, el buen humor y el carisma de sus integrantes. Un mes más tarde, el 10 de diciembre, se decidió que Epstein sería el representante del grupo, cuyos miembros firmarían un contrato con él por cinco años, justamente en la casa de Pete Best, el 24 de enero de 1962. Epstein no firmó el contrato, argumentando que prefería que los Beatles tuvieran la libertad de ponerle fin en cualquier momento. Allan Williams, el representante anterior de la banda, fue contactado por Epstein para corroborar que no había problema en el desempeño del trabajo que, en adelante, desarrollaría con los Beatles.
Epstein, quien no parecía ser un empresario exitoso hasta ese momento, “refinó” de alguna manera al grupo, convenciendo a sus integrantes para que asumieran una conducta más “seria” en el escenario, sin comer ni fumar, modificando su indumentaria –logró que usaran trajes– y que al final de cada interpretación hicieran una reverencia sincronizada para agradecer al público. Inclusive, los peinados de “cazuela”, fueron introducidos por Epstein. A la postre, los Beatles modificarían su atuendo y apariencia, pero la imagen del grupo que inicialmente impulsó Epstein, fue determinante para su aceptación, por parte del público en general.
Una tarea inaplazable que tenía Epstein era la suscripción de un contrato con alguna disquera. Diversas empresas se negaron a firmar a los Beatles, hasta que Epstein encontró a la pequeña Parlophone, propiedad de EMI. Así, Epstein realizó una transferencia de un demo del grupo a vinyl y como a Jim Foy, de la tienda local HMV donde se hizo el transfer le gustó la grabación, remitió al representante de los Beatles con George Martin, quien era productor de Parlophone. Mar t in es tuvo de acuerdo en que el grupo tuviera una audición, y estuvo conforme con el desempeño de cada integrante, excepto con Pete Best. Martin consideraba que era necesario contar con un baterista que fuera músico de estudio, por tratarse de un grupo de rock, donde las percusiones eran fundamentales. Así, con este telón de fondo, diversas situaciones se combinaron para el despido de Pete Best. Epstein más tarde externaría su remordimiento por este hecho, por considerar que fue un factor que influyó en la salida de Best. Claro que fue el propio Eps tein quien informó a Bes t que John, Paul y George ( r ecuérdese que Stuart había renunciado al grupo para dedicarse a estudiar arte en Hamburgo, y que súbitamente falleció a los 21 años de edad en 1962, a causa de un aneurisma cerebral)14 no lo querían en la banda. Su lugar sería ocupado por Richard Starkey, mejor conocido como Ringo Starr. En los meses que siguieron al despido de Best, decenas de fans protestaron en las calles, pidiendo su reincorporación.
Este suceso en la vida de los Beatles fue parodiado en el primer episodio de la quinta temporada de Los Simpson –transmitido en 1993–, que constituye un homenaje a los Beatles, contando con la participación del mismísimo George Harrison.
- María Cristina Rosas es Profesora e investigadora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
https://www.alainet.org/es/articulo/146104?language=en
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