“Manya: Mujer Mía”

22/08/2010
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Quien escribe en un muro de la vía pública o usa como pancarta lo que reproduzco en el título a propósito para resaltar el efecto; es un violento declarado y merece al menos mi denuncia.
 
El espíritu de tal expresión, está en una pared cerca de mi casa y he visto videos en que la usan de bandera en los estadios, utiliza el concepto “mujer” a modo de agravio y la categorización “mía” como máxima desvalorización en el sentido de “hago lo que quiero contigo”. Buscando ofender, declara abiertamente odio al sexo femenino y es preocupante, cuando mueren decenas y decenas de uruguayas por año víctimas de violencia doméstica.
 
Por donde se analice es el colmo de la discriminación, porque también pone la homosexualidad masculina como afrenta. La traducción es: “si sentís y actuás como mujer, no valés nada.”
 
Estos gérmenes de racismo sexual y homofobia deben ser cortados de raíz. Son pequeñas gigantes señales de alerta bajo pretendidas humoradas o brotes de “ingenio” empeñado en denostar.
 
Aluden a diferentes aficiones futboleras según pinte y no atribuyo semejantes intenciones de insultar asociadas a la condición femenina a ningún cuadro en particular ni a sus hinchadas en general, pues el deporte no busca destrucción, sino oponentes para superarse y medir habilidades.
 
El o los misóginos, alardean sadismo desde la cobardía del anonimato y no representan a nadie más que a su propia frustración.
 
Desgraciadamente la frasecita macabra va mucho más allá de un juego. Es igual que alentar al nazismo y no debería ser permitido por omisión.
 
Si se tiene tanta repulsión a las mujeres para transformar el hecho biológico y algunas de sus particularidades amatorias en adjetivo degradante por antonomasia, dará lo mismo pegarles un tiro, una puñalada o asesinarlas a golpes.
 
El acto sexual subyace en este dicho como un castigo e implica poder absoluto sobre la persona que debería ser complemento de la vida rebajada a mera posesión, sometida y tácitamente merecedora de daño o premio según la voluntad del dueño del objeto, despreciable por lo visto, aunque necesitado para satisfacer impulsos. Concluyendo; peor que ser mujer es ser mujer de alguien o siendo hombre preferir ser mujer.
 
Al “creativo”, tal vez lo tiraron al nacer y no sabe de cariño por el resentimiento enfermizo que revelan sus escritos con aspiraciones de ideología desde el momento que difunde.
 
El mensaje de repudio a la esencia femenina trasciende el fútbol en este caso y sólo evaluando cifras; seis víctimas promedio por mes en los últimos tiempos; es muy, pero muy peligroso.
 
Por algo tales aversiones están tipificadas como delito en el Código Penal Art 149: “El que públicamente o mediante cualquier medio apto para su difusión pública incitare al odio, desprecio o violencia moral o física contra una o más personas….”, entre otras razones, por “orientación o identidad sexual, será castigado con tres a dieciocho meses de prisión.”
 
La quinta esencia de la humillación en dos palabras con contenido morboso y quasi delictivo, revelando un profundo y visceral desprecio basado en la naturaleza femenil.
 
El autor de “manya mujer mía” no concibe otra forma de sexo que la brutalidad, no hace el amor sino el odio y al parecer, cuando tiene intimidad (si la tiene) con alguien, manifiesta agresividad a través de su pene.
 
Escribo con la esperanza ilusa de que recapacite el hacedor, sepa que comete un delito, o algún hincha de la vida en paz indignado vecino o vecina, tenga a bien borrar estas cosas donde aparezcan y/o intentar descubrir a sus autores. En mi barrio está en el muro de los talleres de CUTCSA en Andrés Lamas entre Gualeguay y Marne, y por ahora lo dejo como testimonio.
 
Quien se preocupe, presta un servicio a la sensibilidad social, a los derechos humanos y al respeto por la ajena propiedad.
 
Susana Andrade – Atabaque por un país sin exclusiones- FA
 
Publicado en La República, lunes, 23 de agosto, 2010 - AÑO 11 - Nro.3724 
 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/143550?language=es
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