Sobre el tema de una inminente guerra nuclear

Muchos acuerdos y ciertos desacuerdos con los pronósticos de Fidel Castro

09/08/2010
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Desde principios de junio hasta nuestros días, el comandante en jefe de la revolución cubana ha firmado más de diez reflexiones denunciando una inminente guerra nuclear. La misma sería comenzada por Estados Unidos e Israel, en principio contra Irán y Corea del Norte, pero con extensión inmediata a Eurasia y otras regiones del mundo. El 4/7 escribió: “a los pueblos pobres del mundo (…) no nos queda otra alternativa que enfrentar las consecuencias de la catastrófica guerra nuclear que en brevísimo tiempo estallará”.
 
Además Fidel Castro ha dedicado mucho tiempo a esta actividad política, reuniéndose con economistas, embajadores, científicos y últimamente con el pleno de la Asamblea Nacional del Poder Popular de su país.
 
En esos encuentros, según contó, preguntó a los científicos y economistas cómo puede seguir la vida en esta región del mundo y parte de África, que en principio no serían blanco de las bombas atómicas. Tal la gravedad e inminencia del conflicto que él avizora.
 
Para este ignoto secretario general de un partido de izquierda sumamente modesto, es muy complejo exponer acuerdos y desacuerdos con semejante personalidad revolucionaria, que tanto respeta. Es una polémica entre una hormiga y un titán, pero de todos modos dará una opinión por lo que está en juego para los trabajadores y pueblos del mundo.
 
Valoramos positivamente la denuncia del ex presidente cubano sobre las maniobras agresivas de EE UU contra Corea del Norte e Irán, en este segundo caso en asociación de Israel. El puso el dedo en la llaga al alertar que barcos norteamericanos e israelitas habían llegado a la zona del Golfo y pensaban requisar a navíos iraníes. Esa podía ser la mecha que encendiera la hoguera.
 
Tal provocación yanqui tenía como cobertura mediática la resolución votada por el Consejo de Seguridad contra Teherán el 9 de junio, que lamentablemente Rusia y China votaron a favor.
 
La hipótesis del comandante en jefe fue que Obama y Netanyahu aprovecharían el Mundial de Fútbol para encubrir su agresión. Miles de millones de personas iban a estar prendidos a la TV viendo los goles y aquellos gobernantes aprovecharían para agredir al país persa.
 
En una nota anterior (Liberación nº 261, 8/7) ya se expresaron las razones por las que ese vaticinio parecía errado.
 
Lo primero que hay que decir es que tal guerra no estalló ni en los últimos días de junio ni en los primeros de julio. Fidel había dado por seguras esas fechas.  Como los misiles no volaron, el estadista debió revisar sus pronósticos y allí descubrió que la resolución de la ONU fijaba 60 días para que se cumplieran los trámites del Consejo de Seguridad para la comunicación al gobierno de Mahmud Ahmadinejad de lo votado en Nueva York.
 
Ese plazo venció el 8 de agosto. Tampoco hubo guerra. Fidel encontró unos párrafos omitidos por la cancillería cubana, donde la ONU daba un plazo de 90 días para que el titular de la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica) informara a la Junta de Gobernadores y el mismo Consejo de Seguridad de las respuestas de Irán. El pronóstico se estiró hasta setiembre.
 
No hay dudas de la esencia militarista de EE UU, con un presupuesto de guerra de 708.000 millones de dólares y numerosas partidas conexas. En Irak y Afganistán ya hay guerras que han costado centenares de miles de vidas.
 
No es eso lo que está en discusión. Se sabe con Lenin que “el imperialismo es guerra”. La polémica es si habrá ya una guerra nuclear inmediata, como predijo el líder cubano, o no.
 
Un riesgo así para la humanidad movilizaría a millones de personas de todo el mundo, en un movimiento que podría frenar ese riesgo nuclear. En las reflexiones de Fidel se afirmaba que no había forma de pararlo.
 
No parece que el imperio, con frentes abiertos en Bagdad y Kabul, pueda librar otras dos guerras al mismo tiempo, contra Teherán y Pyongyang.
 
Desatar una guerra nuclear no es compartido hoy por la mayoría de los gobiernos del planeta. Se oponen Cuba, China, Corea del Norte y Vietnam, más los demás integrantes del Movimiento de Países No Alineados, el Mercosur, Unasur, la Liga Árabe, la Organización de Cooperación de Shanghai, etc. También Rusia y los 27 miembros de la Unión Europea. ¿Washington irá solito a la guerra nuclear de la mano de Tel Aviv?
 
Imponer una guerra de exterminio contra millones de personas, incluso millones de sus propios ciudadanos, requiere de un proceso de fascistización extremo en EE UU. Obama, con todas sus taras imperialistas, no parece que ya sea Hitler. Fidel Castro ha dado un giro en esto, porque el 7/8 en su mensaje leído a la Asamblea Nacional, afirmó que el presidente norteamericano no firmará la orden de lanzamiento de bombas atómicas.
 
El peligro de guerra es real. Y no se la frenará mandando cartas a Obama, sino organizando a los pueblos en un amplio movimiento de base por la paz, que también recoja las reivindicaciones populares de cada país.
 
- Sergio Ortiz es Secretario General del Partido de la Liberación (PL) de Argentina
 
https://www.alainet.org/es/articulo/143316?language=en
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