Qué con los Legionarios?

13/07/2010
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“No es tarea fácil dirigir a hombres; empujarlos, en cambio, es muy sencillo”:
Rabindranath Tagore (1861-1941).
 
Lo de los Legionarios de Cristo nació corroído. Dicen que lo que mal comienza mal termina. Empezó mal pero no terminará tanto así. Es decir, que pese a los excesos que le descubrieron al mexicano Marcial Maciel Degollado hasta después de fallecido —cuando en vida era un “santo” y de sus manías y perversidades nadie sabía nada; hasta intentaron canonizarlo—, su obra seguirá en pie. Sí, con todo lo que representa, la congregación de los Legionarios seguirá rindiendo frutos. Dinero, pues.
 
Así, con todas las buenas intenciones que dice tener la Iglesia católica de recrear la obra de Maciel, lo que en el fondo le interesa es la red de “negocios” que fundó y operó el occiso para beneficio de tantos. Los hombres y mujeres de buena fue que están en medio, seguramente, no les interesan.
 
El pasado 5 de mayo lo expresaba con estas palabras: “¿Será que basta la ‘orden’ de ‘refundar’ a los Legionarios, para borrar de un plumazo las tropelías de un Maciel, quien era bien recibido en la Santa Sede porque aportaba cuantiosos donativos en dólares (y eso seguirá igual)? [Pero no sólo los Legionarios, la institución completa]. La Iglesia requiere una refundación, como la propone Hans Küng [antiguo amigo de Joseph Ratzinger]. Pero no la habrá. Seguirá como un barco sin timón en la tormenta, con pocas esperanzas de tocar tierra. Mejor dicho, es tan pecadora y terrenal como el dinero mismo”. (Disculpando la cita, puede verse en: http://maniobrasdelpoder.blogspot.com/2010/05/terrenalidad-de-la-iglesia....)
 
Por eso mismo el Papa Benedicto XVI nombró al “contador” de la Santa Sede —un “duro”— para que se encargue de la acción que justifique la existencia de las obras fundadas por Maciel. ¡Como nuevos! Sí, porque según el anuncio Vaticano del pasado 9 de julio, el “delegado” será el ahora titular de los asuntos económicos de la iglesia. El cargo del arzobispo Velasio De Paolis, es presidente de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede, hoy el delegado pontificio para la Congregación de los Legionarios de Cristo, de acuerdo con información de la Santa Sede.
 
Como aclaró el propio Federico Lombardi, el director de la oficina de información de la SS: “monsignor” De Paolis conserva también la función de presidente de la Prefectura de los asuntos económicos, pero “cuanto antes mantendrá encuentros con los actuales superiores de la congregación de los Legionarios” —salvo Álvaro Corcuera, porque ha sido destituido del cargo, como sucesor de Maciel en dicho emporio religioso desde el 2005 para acá.
 
Es una decisión de Benedicto, después de la reunión que sostuvo con la comisión investigadora del caso (conformada por cinco personajes católicos: monseñor Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid; monseñor Charles Chaput, arzobispo de Denver; monseñor Ricardo Ezzati Andrello, arzobispo de Concepción; monseñor Guiseppe Versaldi, obispo de Alessandria, y; monseñor Ricardo Watty Urquidi, obispo de Tepic), quienes ante el propio Papa habrían presentado una síntesis de los delitos (no tienen otro calificativo) encontrados y cometidos por Maciel.
 
Esto es, según informó dicha comisión a Benedicto XVI (comunicado del 1/mayo/2010), los “visitadores”: entrevistaron personalmente a más de 1000 Legionarios y analizado varios centenares de testimonios escritos; visitado casi todas las casas religiosas y obras del apostolado dirigidas por la congregación; escuchado o leído el juicio de muchos obispos diocesanos de la congregación; hablado con numerosos miembros del movimiento “Regnum Christi”, especialmente hombres y mujeres “consagrados”; recibido correspondencia de laicos y familiares del RC. Ardua labor.
 
Todos coinciden, según la traducción al español de ZENIT, que: “Han dado testimonio de la acogida sincera que les ha dispensado el espíritu de colaboración activa mostrada por la congregación y por los diferentes religiosos…”; llegando a la valoración de “haber encontrado un gran número de religiosos ejemplares, honestos, llenos de talento, muchos de los cuáles jóvenes que buscan a Cristo con celo auténtico y que ofrecen toda su existencia a la difusión del Reino de Dios”.
 
Sobre Maciel, los informantes dijeron: “La conducta del padre Maciel ha causado consecuencias serias en la vida y en la estructura de la Legión, hasta el punto de que requiere un camino de profunda revisión”. Agregan: “Los gravísimos y objetivamente inmorales comportamientos del padre Maciel, confirmados por testimonios incontrovertibles, representan, en algunos casos, auténticos delitos y manifiestan una vida sin escrúpulos ni auténtico sometimiento religioso. Esta vida era desconocida (¿sic?) por gran parte de los Legionarios, sobre todo por el sistema de relaciones entretejidas por el padre Maciel, quien hábilmente había sabido crearse pretextos, ganarse la confianza, amistad y silencio de los que le rodeaban y reforzar su propio papel de fundador carismático”.
 
Pese a tamaña sutileza por parte del occiso, y a que su obra mejor debería desaparecer para extirpar los daños de origen, el Papa asegura que ni los Legionarios ni los miembros del Regnum Christi se quedarán solos. Porque “la iglesia tiene la firme voluntad de ayudarles en el camino de purificación que les espera. Éste comportará también un encuentro sincero con cuantos, dentro y fuera de la Legión, han sido víctimas de los abusos sexuales y del sistema e poder aplicado por el fundador”. Para ellos, “el pensamiento y la oración del Santo Padre”. ¿Nada más?
 
El comisionado del Vaticano, el “duro” De Paolis, entonces, llegará a la Congregación como “contador”, a revisar las operaciones financieras que le interesan a la Iglesia católica. Esa es la explicación el nombramiento de Benedicto XVI. Después vendrá, según el comunicado del 9 de julio pasado, “la creación de una comisión de estudio de las constituciones de los Legionarios de Cristo”. Como agregó el portavoz vaticano: “El espíritu de estas medidas del Santo Padre, como se había dicho en el comunicado del 1 de mayo pasado, es el de acompañar y ayudar, por parte de la Iglesia, en el camino comprometedor de purificación y renovación que espera a la Congregación”. Pero eso cae en el terreno de la espera, porque primero lo primero. Entre tanto, las consagradas de la Congregación ya no podrán decir “nuestro padre” a Maciel, según nueva orden vaticana. Como para toda la Iglesia: los cambios son superficiales; o, para seguir igual.
https://www.alainet.org/es/articulo/142783?language=es
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