Pueblos en movimiento por una ciudadanía universal

01/12/2009
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 450: Lecturas desde los movimientos: Qué ha cambiado con los gobiernos de cambio? 06/02/2014
La crisis económica mundial ha precipitado un brutal ataque al derecho al trabajo digno y a la remuneración justa de los trabajadores en todo el mundo, que no alcanza a disimularse con las medidas paliativas que algunos gobiernos han tomado. El desempleo y la rebaja salarial han golpeado particularmente a las y los migrantes, que conformamos uno de los segmentos más vulnerables de las familias trabajadoras. La caída de las remesas –en un 10% a 15%, según la CEPAL-, es sólo una de las evidencias de cómo esta crisis golpea a las familias migrantes. Algunas de ellas enfrentan el duro dilema de quedarse o volver tras sus pasos. Para nuestros familiares, en nuestros países de origen, esta crisis conlleva la vuelta a la angustia de la miseria y de la más dura sobrevivencia.
 
Por todo ello, el movimiento migrante suma su lucha a las de todas y todos quienes estamos por una superación del capitalismo imperante, a nivel mundial y en cada uno de nuestros países. Y en lo inmediato, por la defensa del empleo y del salario y en contra de que los mayores recursos del Etado se vuelquen al apoyo de los banqueros privados y especuladores que llevaron al mundo al descalabro actual.
 
En nuestros países de origen, debemos sumarnos a la lucha por la imposición de un viraje de nuestras economías hacia la protección de nuestros mercados internos y de los productores locales. Por revoluciones agrarias y programas de soberanía alimentaria, por el apoyo prioritario para las empresas de economía solidaria y las de menor tamaño, que son las que generan la mayor proporción de empleos en nuestros países y el cambio estructural de las condiciones que permiten su posición subordinada respecto de las grandes empresas y del capital financiero. No es posible que se nos siga imponiendo el abandonar la tierra en que nacimos para que impere en ella un sistema que nos condena a un horizonte de miseria y de pobreza.
 
La crisis ecológica y climática que atraviesa el planeta evidencia a dónde ha conducido el imperio de un paradigma civilizatorio que desconoce la íntima relación de la humanidad con la naturaleza de la que formamos parte; que se impuso en nuestro continente aplastando a los pueblos originarios que siempre han sabido de esa íntima y sagrada relación. Con necedad y ceguera imperdonables, sin embargo, los gobiernos de las potencias centrales y emergentes del capitalismo, siguen buscando “soluciones de mercado” a esta crisis -que cada día se agrava- condenando al despojo y a la condición de víctimas inexorables de las catástrofes naturales a amplios sectores de la humanidad.
 
Nuestros pueblos indígenas y campesinos sufren el acoso de empresas madereras, petroleras, mineras, de hidroeléctricas, de fuerzas militares y paramilitares, que buscan apoderarse de sus territorios para continuar con su acción de depredación de la naturaleza. Los pueblos desplazados, ya sea por esta acción directa, o por las secuelas de la sequía y la desertificación, las inundaciones y huracanes, que provoca el estrujamiento de nuestros territorios, tenemos por esto un solo enemigo y causante de nuestro dolor, los portadores de esta concepción equívoca del “desarrollo” que es muerte para nosotros y para el Planeta.
 
Por ello, el movimiento migrante adscribe a la sabia cosmovisión de nuestros pueblos originarios, a la armonía y al equilibrio entre los seres humanos y al de la humanidad con la naturaleza de la que formamos parte. Al horizonte de sentido histórico del Buen Vivir, del Sumak Kawsay, de Sumaq Qamaña. Y nos hermanamos y sentimos parte de las luchas de nuestros pueblos indígenas en éste y otros continentes, que resisten al patrón “occidental” y capitalista de vida, en defensa de sus territorios y de la vida. Reivindicamos y proclamamos también como parte de esta herencia, la importancia de la comunidad y de los vínculos familiares, que es esencial a nuestros pueblos. Es como expresión de ello que algunas de nuestras más destacadas líderes/as se han proyectado desde la reivindicación de la unidad familiar[1].
 
Adscribimos, en definitiva, a la exigencia de que se desarrolle un nuevo instrumento legal que garantice los derechos sociales, culturales,  económicos y ambientales de los migrantes forzosos inducidos por el cambio climático, en virtud de un Protocolo bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
 
La lucha contra los muros y por la ciudadanía universal en esta coyuntura 
 
En los países del capitalismo central, las políticas antiinmigrantes han encontrado nuevo aliento con la recesión sincronizada que se vive. En EEUU, la reforma migratoria prometida por Obama sigue postergada hasta ahora, aunque hay propuestas en debate en el Congreso que el movimiento de los migrantes se empeñará se voten a inicios del próximo año.  Mientras tanto, el control fronterizo se intensifica y las redadas y deportaciones siguen sin pausa.
 
Las políticas cada vez más restrictivas y el blindaje de fronteras adoptados por los países europeos, como la Directiva de la Vergüenza, la indignante Ley 94/2009 en Italia que criminaliza la inmigración clandestina, las últimas reformas a la nueva Ley de Extranjería en España, han recibido el rechazo unánime de miles de redes, organizaciones de inmigrantes y movimiento sociales. Un reciente estudio[2] en España sobre los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) revela las difíciles condiciones y la flagrante violación a los derechos humanos que sufren los migrantes en esas cárceles. Se chantajea además a los países africanos, condicionando la “ayuda al desarrollo” a que pongan en marcha programas de “prevención de la emigración”.  
 
En América Latina, algunos países de destino –en lo principal- y unos más que otros (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica), han registrado avances parciales en su legislación en dirección a simplificar el acceso al derecho a una efectiva ciudadanía para la población inmigrante; pero salvo el caso de Argentina, la política migratoria –cuando existe en forma explícita- conserva márgenes aún significativos para la restricción del derecho a migrar en forma más o menos arbitraria.
 
En cuanto a los países de origen –en lo principal-, en los casos de México y Ecuador, se han logrado importantes espacios de interlocución y representación de los migrantes en la formulación de las políticas públicas que los afectan y se han extendido las Casas del Migrante, que les brindan atención a ellos y a sus grupos familiares.  En el caso de Ecuador se ha conseguido avances significativos en la Constitución como aquello de no declarar a ningún ser humano como ilegal por su condición migratoria, el derecho a la libre movilidad y la ciudadanía universal. Sin embargo aún resta que estos importantes principios se concreticen en leyes y políticas públicas. En diversos países, están en discusión proyectos de política y leyes migratorias, con grados diversos de participación de la sociedad civil y de los migrantes propiamente dichos. Más generalizadamente, diversos países han creado dependencias de sus Ministerios de Relaciones Exteriores orientadas a atender a sus connacionales en el exterior. Sin embargo, las representaciones consulares desarrollan una labor de  muy  insuficiente deficiente en la defensa de los derechos de sus ciudadanos en el exterior.
 
La política intervencionista de los EEUU en la región, que apunta crecientemente a establecer un cerco represivo y militar ante el avance de las luchas populares en el continente, liga a los migrantes con el narcotráfico y el terrorismo, como objetivos justificatorios para el despliegue de sus fuerzas. La caza, secuestro y asesinato de migrantes se ha extendido a territorio mexicano. Redes de traficantes de personas (“coyotes”) pagan a los narcotraficantes para que les “despejen el camino”; los que a su vez le pagan a la policía para que detengan a los migrantes y se los pasen a los secuestradores. Grupos de 20 a 30 migrantes son secuestrados diariamente y asesinados si no se paga el rescate exigido.
 
Movilizarnos para obtener una amplia regularización de todos los migrantes sin papeles, y, por encima de ello, de una legislación migratoria justa, integral e incluyente, sigue siendo el imperativo político inmediato del movimiento de los migrantes en la mayoría de los países en que residimos.  Denunciar y derrotar la acción policial y delincuencial en nuestra contra va aparejado con ese objetivo, lo mismo que con la promoción de culturas de acogida y valoración de la diversidad cultural en todo el mundo.
 
Tras estos objetivos es que estamos convocando ampliamente al desarrollo de un Tribunal Internacional de Conciencia sobre las violaciones a los derechos humanos de los Pueblos en Movimiento, que sesionará sucesivamenteen el marco delIV Foro Social Mundial de Migraciones, a realizarse en Quito, Ecuador en octubre 2010 y en el IV Foro Mundial de Migraciones y Desarrollo, en noviembre de 2010, en México. 
 
Los migrantes como vanguardia de una integración desde abajo
 
En cada uno de los rincones de Nuestra América, las organizaciones de migrantes, refugiados y desplazados, en esta coyuntura en que los pueblos de todo el continente se alzan para reclamar su derecho a la soberanía y a la vida, a ser protagonistas en la construcción de un paradigma civilizatorio distinto, nos convocamos a seguir estrechando los lazos entre nuestras luchas y organizaciones; a trazar así, desde abajo, desde la práctica común, desde el intercambio fraterno, desde la convivencia cotidiana con los pueblos que nos albergan, la integración de verdad, la integración de los pueblos. Esa que no es sometimiento, ni asimilación de unos por otros. Esa que es conocimiento y reconocimiento de lo que tenemos en común y valoración y aprecio de nuestra diversidad. Esa que es complementación, cooperación y trabajo colectivo y solidario. Esa que nos permite construir entre todos una comunidad que nos considera a todos y a todas, por igual. Esa a través de la cual vamos construyendo nuestra macro-identidad, la identidad suramericana, mesoamericana, indo-afro-latinoamericana.
 
No como negación, sino como articulación y fusión de nuestras identidades mestizas, indígenas y afroamericanas, portadoras de la enorme riqueza espiritual de nuestros pueblos. Y que un día será reconocida como base de la ciudadanía suramericana, mesoamericana e indo-afro-latinoamericana.
 
Derrumbando el modelo, construyendo actores
 
Junto con otras redes de migrantes, desde 2005, MIREDES Internacional ha llevado adelante una intervención política orientada a construir el protagonismo de las organizaciones de migrantes, refugiados (as) y desplazados (as), en los ámbitos nacionales e internacionales en que se definen las políticas públicas que nos atañen y alentado la voluntad de constituirnos en un movimiento social, a escala nacional e internacional, que junto a otros movimientos sociales y organizaciones ciudadanas luche no sólo por la exigibilidad de nuestros derechos humanos integrales, sino por cambiar las estructuras y políticas de dominación y explotación imperantes.  
 
En esta orientación, hemos confluido con otras redes, como el Migrants Rights International (MRI), el Migrant Forum in Asia (FMA), el International Migrants Alliance (IMA) y otras organizaciones de migrantes de África, Asia, Europa y América que han promovido foros alternativos para disputar el carácter de las instancias y resoluciones que se acuerdan en el espacio de la ONU. El Foro Global sobre Migración y Desarrollo (FGMD), que surgió en 2007 como un espacio intergubernamental,  ha sido diseñado por el Banco Mundial y la OCDE para promover programas de migración temporal[3], con una visión que no cuestiona el marco capitalista de “desarrollo”. El III FGMD que acaba de realizarse  en noviembre de 2009 en  Atenas, ha significado una vez más una enorme frustración, al no poner en el centro de la agenda internacional la necesidad de avanzar a un cambio radical del sistema político y económico imperante y de las instituciones que lo regulan, en particular, en lo que tiene que ver con el mundo del trabajo y de los y las migrantes. El FGMD, con el nombre ahora de Foro Mundial de Migración y Desarrollo, se reunirá por cuarta ocasión en noviembre de 2010 en México y las redes de migrantes nos estamos preparando para rechazar las posiciones que pretenden funcionalizar la migración a la supervivencia del sistema capitalista.
 
Por otro lado, en el marco del proceso del Foro Social Mundial, las organizaciones ciudadanas y las redes de migrantes desde el 2005 han creado su propio espacio y se han venido reuniendo para analizar, intercambiar y fortalecer sus luchas en defensa de los derechos de los/as migrantes. El I Foro Social Mundial de Migraciones (FSMM) se reunió en Porto Alegre, Brasil (2004) bajo el lema “Travesías en el Desorden Global”, el II FSMM se llevó a cabo en Rivas Vaciamadrid, España (2006),  levantando la consigna de la “Ciudadanía Universal” y el III, en 2008,  también en el mismo lugar con el lema “Nuestras voces, nuestros derechos, por un mundo sin muros”. 
 
El lema del IV FSMM, “Pueblos en movimiento por una ciudadanía universal: Derrumbando el modelo, construyendo actores”, recoge las convocatorias centrales de la hora actual: llamamos a unir a nuestros pueblos tras el derrumbamiento del sistema capitalista y al surgimiento, en este proceso, de un nuevo actor social: el movimiento de los migrantes.
 
- MIREDES Internacional, Red de Migrantes, Refugiados/as y Desplazados/as nacida en México en el 2005 con referentes en México, EE UU, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Ginebra.


[1] Es el caso de Elvira Arellano, que levantó la campaña “Familia Latina Unida”, en Chicago, alzándose como un referente de la lucha del movimiento migrante en EE UU, desde los años 2003 en adelante.
[2] Investigación “Voces desde y contra los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), Para quien quiera Oír”. Editan Ferrocarril Clandestino, Médicos Mundo Madrid y SOS Racismo Madrid, Octubre 2009.
[3] Declaración de la Asamblea Internacional de Migrantes y Refugiados (AIMR), Noviembre, 2008, Manila-Filipinas.
https://www.alainet.org/es/articulo/141465
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